ENTREVISTA A DIEGO DURAND
“No queremos poner dinero en el portland de Ancap, si seguimos gastando vamos a establecer un plan social”
El vicepresidente de la empresa habló sobre la licitación fallida y los próximos pasos de un negocio estatal que perdió US$ 761 millones en los últimos 23 años.Luego que la licitación internacional para la asociación integral del portland quedara desierta, Ancap deberá afinar otras alternativas, primero para reducir costos, y segundo para intentar convencer a potenciales inversores, algo que hasta ahora no fue posible.
“No queremos poner dinero de los uruguayos como se hizo con inversiones que no se van a recuperar”, dijo el vicepresidente de Ancap, Diego Durand. El jerarca reconoció que llegado el momento se podría evaluar hasta el cierre de las plantas. “Todos los escenarios están arriba de la mesa. Si seguimos gastando vamos a establecer un plan social”, afirmó. También habló sobre el alcance de la reestructuración operativa y societaria que hoy está en carpeta para el negocio; y sobre el futuro del “horno podrido” por el que se pagaron US$ 53 millones y quedó sin instalarse. Lo que sigue es un resumen de la entrevista que Durand concedió a El Observador.
¿Cuántas empresas compraron el pliego de la licitación del portland?
Tenemos que ir varios meses para atrás. Había 12 empresas que demostraron interés (en data room y diálogo competitivo), y hubo 4 que llegaron hasta la etapa final de compra del pliego. Hubo empresas con delegaciones de ingenieros que visitaron las plantas de Minas y Paysandú. Incluso hubo alguna manifestación sindical ante las propias visitas, pero el interés se mantuvo. Luego la conflictividad sindical siguió escalando. En este último tiempo se prorrogó la licitación a solicitud de una empresa internacional que por escrito nos dejó dicho que veían un riesgo de inversión, dada la conflictividad sindical y política. No es que queremos endilgar la falta de ofertas a alguien, sino que es un dato de la realidad, que forma parte de un expediente. Otra empresa internacional reiteró el mismo motivo por teléfono, y otra simplemente no se presentó. La restante manifestó un eventual problema que podría generarse por defensa de la competencia y posición dominante.
Hay obsolescencia industrial, baja eficiencia de la mano de obra, atrasos tecnológicos en las líneas de producción y conflictos sindicales. Y se suma una región con capacidad de producción superior a la demanda. ¿Dónde está el atractivo para que un privado se interese y quiera poner plata?
Esto no fue caprichoso, fue manejado en forma profesional por un equipo. Manejar la expresión de improvisación como se nos ha dicho es un calificativo grave, porque acá empezamos en 2021 un intercambio de baño de realidad con el sindicato, donde le presentamos la problemática del portland, una problemática heredada e histórica en Ancap. Ellos plantearon que iban a traer un informe técnico que no apareció y siguió pasando el tiempo, hasta que tomamos la decisión de ir por una asociación como tantas que han existido y que existen en Ancap. ALUR es una asociación con Pdvsa, Ducsa nace como una asociación, Gas Sayago (UTE y Ancap) hace una licitación internacional que gana Gaz de France. Nunca en la historia de Ancap se vivió que un sindicato se oponga a esta asociación del portland, y no a todas las otras asociaciones anteriores y existentes, y que a su vez la alta política de la oposición recurra con el sindicato los pliegos de una licitación internacional.
¿Dónde está el atractivo para que un privado quiera venir a Uruguay con ese panorama, si por ahí ya está ganando plata en otra parte de la región?
Aparte del análisis lineal del negocio que podría ser ese, el negocio del cemento es mucho más complejo porque los actores internacionales son muy pocos. Muchas veces hay algunos que deciden invertir para bloquear negocios, para cautivar un mercado y que la competencia no se lleve parte de ese mercado. Es bastante más complejo, estratégico y geopolítico cómo funciona el mundo del cemento en los negocios privados.
¿Cómo vio algunas declaraciones hechas por la oposición tras el resultado de la licitación?
(Yamandú) Orsi dijo como autocrítica que se quedó a mitad de camino (en administraciones anteriores). Sí, se quedaron bastante más que a mitad de camino, porque hicieron una inversión de US$ 53 millones en un horno que nunca instalaron y que se pudrió. Cuando nosotros llegamos el horno estaba en esas condiciones, y se requieren US$ 130 millones para instalarlo. ¿A quién se lo vamos a pedir? ¿A Juan Pueblo? Otra cosa, siempre está en el tapete, y está bien, el debate sobre los precios de los combustibles, que los precios tienen que estar más abajo, que no se deberían subir. ¿Y los precios del portland? La misma ideología política que se opone a los precios de los combustibles no lo hace con el precio del portland. Como los costos operativos de Ancap son más altos, se fija un precio que a la competencia le viene fantástico porque ellos tienen menos costos. Le regulamos el precio a la competencia. El privado que está en competencia con nosotros gana un mayor dinero, y Uruguay tiene un producto esencial para la construcción de vivienda más caro.
Ya veníamos con el lastre heredado de un horno podrido, de la no toma de decisiones en la administración anterior, con el lastre de un negocio perdidoso, con el lastre de una reducción de mercado, y se instala Cielo Azul, que es un competidor más. La situación es mucho más compleja y caótica que la que ya se tenía antes. Cuando nosotros salimos con todo esto (por la licitación) es porque existió interés, llamadas, visitas. Trabajamos para buscar la mejor opción para rescatar el negocio. Eso significa no dejar que los trabajadores pierdan su fuente laboral, no cerrar las plantas.
¿Qué opciones están hoy arriba de la mesa?
En cualquier licitación internacional o nacional que queda desierta, el Tocaf habilita la contratación directa conforme a las mismas condiciones, en un diálogo con quienes manifestaron interés. Vamos a explorar esa posibilidad. Podríamos evaluar arrendamientos con opción a compra, podríamos evaluar hasta el cierre definitivo porque llega un momento que uno también tiene que replanteárselo. La otra alternativa es decirle al pueblo uruguayo que ponga más dinero en este negocio. El dinero que se tiró en Gas Sayago lo podrían haber puesto en el portland. No vi a ningún legislador que presentara recursos jurídicos contra Gas Sayago. Tampoco lo vi al sindicato haciendo esa ferviente disputa. Por eso digo que esto es político e ideológico.
¿Se va a tener que cambiar alguna condición para que alguien se quiera presentar?
Claro que se tiene que cambiar alguna condición. Vamos a tener que analizar todo. Se nos dijo que Ancap regalaba el portland. Entonces, si lo estábamos regalando y no se presentaron, quiere decir que ni regalado lo estarían aceptando los posibles interesados.
¿Qué implica la reestructuración anunciada desde el punto de vista operativo y societario?
Tenemos un plan de incentivos para los empleados de las empresas contratadas que trabajan con Ancap hace 15 o 20 años. Los públicos están asegurados, ninguno pierde el trabajo. La reestructuración implica pasar el negocio a las empresas controladas de Ancap, y salir de la esfera pública que es donde tenemos muchas dificultades. Se tranca un molino, se viene una movilización sindical y la planta no despacha, los horarios de entrega de cemento en las plantas son hasta las 15 horas y la competencia entrega las 24 horas. Tenemos un lastre y una diferencia con la competencia muy grande. Queremos dividir el negocio, Paysandú con Pamacor; y en Minas y Treinta y Tres con Cementos del Plata. Eso nos permitiría que las empresas de derecho privado que son de fondos públicos controlados por Ancap tengan un mayor dinamismo para la comercialización del cemento portland y de la cal.
También implica que mañana podamos seguir con el camino de la asociación y ver si eso no es atractivo, o incluso hasta manejar hasta otra licitación llegado el momento. Lo que quiero que quede claro para la ciudadanía es que el problema es más grave de lo que pensábamos, y que todos los escenarios para nosotros están arriba de la mesa. No podemos permitirnos que el precio del cemento en el Uruguay sea caro, ni podemos permitirnos tener que poner más plata de los uruguayos en un negocio que no da réditos.
En cualquier empresa privada con 20 años a pérdida ya se hubiera bajado la cortina ¿Por qué no se cierran las plantas? Eso es lo que se preguntan muchos contribuyentes.
Cualquier empresa privada hubiera cerrado hace rato. Para mi todos los escenarios están arriba de la mesa. Si seguimos gastando vamos a establecer un plan social. No queremos poner dinero de los uruguayos como se hizo con inversiones que no se van a recuperar. Eso ya se gastó y eso ya no vuelve. Y a eso hay que sumarle las pérdidas operativas. No puede ser que todo vale y que el dinero del Estado no cuesta, el dinero del Estado es de la gente. Yo quisiera que el sindicato se haga cargo de la inversión, tienen personería jurídica, que se hagan cargo del negocio, que haga la inversión, que inviertan los US$ 130 millones. No se lo podemos pedir al ciudadano común, porque en definitiva vamos a sacar plata de los combustibles para mantener un negocio de asistencialismo social del portland.
*Nota de redacción: Las pérdidas acumuladas desde 2000 a valores presentes ascienden a US$ 761 millones (US$ 433 millones en pérdidas operativas y US$ 328 millones por la pérdida de valor de todas las inversiones realizadas), mayores a la capitalización realizada en 2015.
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Saldo en millones de pesos constantes
¿Qué va a pasar con el horno de Paysandú?
El horno se decidió que irá a remate. Es una decisión que se fue postergando por la licitación. Una vez dada vuelta esa página, el camino que sigue es el remate y ver qué avidez hay en el mercado y qué precio tiene. El equipo de asuntos especiales está trabajando con la Asociación de Rematadores en el proceso. Hay que hacer una tasación de mercado y salir a la venta. Es un horno viejo, el proceso de compra se inició en 2010, vino una parte en 2012 y la otra en 2014.
¿En qué situación está la planta de cal en Treinta y Tres?
En noviembre de 2024 vence el contrato que la planta de cal tiene con Candiota (central termoeléctrica de Brasil). La planta costó US$ 143 millones. Es una planta que se hizo para un único cliente. En 2020 cuando recién ingresamos perdimos la licitación internacional y la ganamos en la liga. Vamos a terminar el contrato y haremos el máximo esfuerzo por renovarlo. Si no se renueva o no ganamos la licitación eso implicaría tener que mandar a pérdida la planta de cal. Las decisiones que se tomaron en los negocios de Ancap vinculados al cemento y a la cal han sido todas decisiones que no tienen un retorno de la inversión, y que no tienen un análisis de factibilidad del negocio.
Diario EL OBSERVADOR -Montevideo - URUGUAY - 16 Setiembre 2023