Ley forestal Balance político de otro año enmarcado en la pandemia

En un año marcado, otra vez, por la pandemia el gobierno puede rescatar puntos positivos pero con algunas luces amarillas.Se termina el año y es momento de un balance político. Si tuviera que sintetizar en una frase el actual período bien podría referenciarse como “la nave en la tormenta”, tomando así la metáfora utilizada por Carlos Manini Ríos (1) .

Es que un balance de este año no puede separarse del período que comienza con la emergencia sanitaria el 13 de marzo de 2020 y se extiende hasta hoy día, en un ciclo excepcional pautado por la pandemia de Covid-19 y la forma en que la gestiona el gobierno.  

En líneas generales podríamos decir que este fue un buen año para el gobierno, aunque diría que con algunas luces amarillas. Tras confirmar el funcionamiento de la coalición en el Parlamento durante el primer año, concretando grandes proyectos legislativos como el presupuesto quinquenal y la LUC, se asumían nuevos desafíos. Por un lado, respecto a la gestión de la pandemia; donde se conjugó el aumento sostenido de casos, pérdida de vidas en una ola implacable, y el inicio del plan de vacunación. Aquella frase del presidente de “blindar abril” se vio fuertemente cuestionada ante una escalada del virus que llegó a 3.000 nuevos casos y 60 muertes diarias en su punto más crítico. Se llegaba a mitad de año con una gran incertidumbre a lo cual se agregaba la salida del GACH en el mes de junio.

En el acierto o en el error, el gobierno, encolumnado bajo la figura del presidente, supo mantener un rumbo, aun en los momentos más oscuros. Este rumbo se verificó tanto en el plano sanitario como en la orientación económica, atendiendo el gasto excepcional causado por la pandemia, pero sin perder el objetivo de mejorar el perfil de las cuentas públicas. Apelación a la libertad responsable, como forma también de justificar un plan de reactivación económica que no admitía ir hacia una suspensión temporal de actividades. Pero también en cuanto a la puesta en marcha del plan de vacunación. Con datos a diciembre, tomando como referencia la web Our World in Data, se observa que Uruguay se ubica en el top 10 de países vacunados (75% con dos dosis y 40% con tres dosis). En el plano de la opinión pública, las distintas consultoras recogen una valoración de saldo positivo en lo que refiere a la gestión de la pandemia por parte del gobierno.  


En el frente parlamentario, 2021 presentó el desafío de atender las demandas de los distintos socios del gobierno y las interpelaciones. En este aspecto las turbulencias se manifestaron en algunas votaciones divididas como por ejemplo el Sistema Nacional de Aeropuertos que se sancionó con los votos del oficialismo sin Cabildo Abierto (CA) pero con el apoyo del Frente Amplio (FA). Pero la Ley Forestal es la que ha causado más ruido en virtud de que el presidente tuvo que activar el veto presidencial para laudar el tema. Más allá de las negociaciones y dichos a la prensa para postergar el proyecto de ley para después del referéndum, terminó con la aprobación en el senado por parte de las bancadas de CA y el FA. El veto presidencial marcó un hito importante en cuanto los límites de la coordinación parlamentaria en el oficialismo, cuando se negocia temas que están en la agenda de los socios. Pero además hay otros temas relevantes en la agenda que se siguen postergando, como la modificación de la ley de medios, el proyecto de eutanasia, tenencia compartida y la prisión domiciliaria para mayores de 65 años, entre otros.  

El otro aspecto relevante a nivel parlamentario han sido las interpelaciones. En el 2020 la única interpelación que se votó la inició el propio oficialismo para poner sobre la mesa el tema UPM. Pero este año la oposición promovió cinco interpelaciones por diversos temas. En particular, la exoneración tributaria al director de OPP Isaac Alfie, la gestión de la pandemia, extensión de la concesión del puerto a Katoen Natie, fuga en cárceles y compra de dos aviones. Asimismo, el oficialismo reeditó la estrategia de convocar a un ministro, -Omar Paganini de Industria- para interpelarlo por hechos de la anterior administración en el Antel Arena. Esta acción generó el rechazo de la bancada frenteamplista que no ingresó a sala en un hecho inédito.

A las interpelaciones se agrega además el escándalo por las compras en el Ministerio de Turismo. Este tema derivó nada menos que en el relevo del ministro del ramo Germán Cardoso y que el tema ingresara en agenda al ser aprobada una comisión investigadora en diputados. De este modo, la sumatoria de distintas instancias de interpelaciones y la comisión investigadora pautan lo que ha sido un año donde el Parlamento contrabalanceó la centralidad que venía teniendo la Torre Ejecutiva en marcar la agenda.  

Por su parte, el Frente Amplio termina un buen año donde se le ve más sólido en su rol de oposición. La campaña de firmas contra la LUC le dio un argumento a partir del cual trazar un relato de oposición. En eso tiene mucho mérito las organizaciones sociales, aspecto que ya abordé en otras notas de análisis. Pero que cabe destacar ya que la insistencia en promover la campaña de firmas termina por equilibrar fuerzas en la disputa por la agenda. Tal es así que diversas fuentes del oficialismo han confirmado que contemplan el referéndum en los procesos de toma de decisión de gobierno.

La elección de presidente en el Frente Amplio, también ratifica ese aumento de la movilización lo cual ha sido celebrado por sus dirigentes. Y a ello se agrega en el plano social los buenos resultados que vienen teniendo distintos sindicatos y gremiales opuestos al gobierno. Principalmente en lo que refiere a las elecciones universitarias, sindicato médico, colegio médico, caja de profesionales, representación de los trabajadores y jubilados en BPS y a nivel de los consejeros en Codicen. En todos los casos, organizaciones que cuestionan al actual gobierno demuestran que tienen capacidad de representación. Estos son resultados importantes que también hacen al balance político en la medida que hay una muestra clara de capacidad de representación.

Pasando raya, hay saldos favorables tanto para el gobierno como para la oposición. Hilando un poco más fino la diferencia que cabe marcar para la coalición multicolor es que el crédito por los logros tiende a reclamarlos en mayor medida el Partido Nacional más allá de que son logros colectivos. Ello producto de la dinámica natural del presidencialismo. En tanto, colorados, cabildantes e independientes se ven en la necesidad de hacer un esfuerzo mayor por marcar su impronta y así reclamar parte de ese rédito. En estas fiestas todos tienen algo para festejar.

1 La metáfora corresponde al segundo volumen de la “Crónica política del Uruguay contemporáneo”, iniciada en 1911 y cuyo segundo volumen analiza el período 1919-1923.

Diario EL OBSERVADOR -Montevideo - URUGUAY - 02 Enero 2022