cianacteriaENTREVISTA
Luis Aubriot: "Tenemos que adaptarnos a las cianobacterias y vivir con la mala calidad del agua"

El científico experto en limnología dijo que el diputado César Vega ha sido "muy ridículo" y ha decepcionado a nivel ambiental.El diputado César Vega "ha sido muy ridículo" y "ha decepcionado a nivel ambiental", el Ministerio de Ambiente no ha mostrado "ningún cambio positivo" sobre la contaminación del agua, y los uruguayos tendrán que acostumbrarse a las cianobacterias y la mala calidad del agua.

El científico experto en limnología, Luis Aubriot, tiene una mirada pesimista y dice que no es posible revertir la contaminación de los cursos de agua.

El investigador de la Facultad de Ciencias tiene varios proyectos en curso y algunos más avanzados que ya muestran los niveles de contaminación de embalses sobre la cuenca de Santa Lucía, la más contaminada del país –y la fuente de agua potable de Montevideo y zona metropolitana–. Allí, las políticas de control que se aplican desde 2013 han quedado "a medio camino" debido a que lo que pasa allí es, según sus palabras, un globo pinchado: se infla pero el aire se escapa por otro lado.

¿Qué puede evaluar sobre los resultados de la investigación sobre embalses de la Cuenca del Santa Lucía?
Se logró hacer una evaluación a través de 14 embalses del arroyo Santa Lucía. Se logró llegar a más de 400 embalses a través del traslado de la información. Son ambientes que son desconocidos, no hay información, la Dinama no accede porque son predios privados, la formas de acceso tienen que ser remota.

Es un llamado de atención porque estamos hablando de una zona que no está siendo monitoreada regularmente, que no se conoce, los propios productores no saben que hay en el agua, la ven verde pero no tienen ni idea si es malo o bueno. Y una vez que llueve eso pasa al curso de agua, se transporta por el río de Santa Lucía y lo recibe OSE. Y OSE lo recibe a destiempo, una vez que toma las muestras para realizar su laboratorio. Está faltando un sistema de alerta temprana para estos fenómenos. Ese es un debe que existe en la cuenca desde 2015 que estuvimos trabajando, y lo propusimos pero nunca se implementó.

¿Cuál es la situación general de los cursos de agua?
Los cursos más complicados están en el sur en la cuenca Santa Lucía mismo, y en la parte sur de la cuenca, en el Canelón Grande y el Canelon Chico. Y algunos próximos a centros urbanos en el interior. El Santa Lucía es la cuenca grande del país que está en peor situación. Otras cuencas tienen valores intermedios que a veces generan floraciones y a veces no: El río Negro, el embalse de Salto Grande, la laguna de Castillos, que ahora está con floraciones. El Río de la Plata muestra síntomas de contaminación muy importantes, y que ahora por ejemplo está habiendo floraciones en Colonia y en San José, desde antes de Navidad.

Después de los episodios de 2013, quedó la idea de que Santa Lucía se estaba controlando mucho más. ¿Las políticas que se implementaron no dieron resultado?

Algunas dieron resultado y otras quedaron a mitad de camino. Las que dieron resultado fue el tratamiento de efluentes industriales y algunos domésticos, porque no se llegó al saneamiento completo en la cuenca. Sí de muchas industrias grandes, de gran porte, como frigoríficos y la actividad láctea. Eso genera una mejora parcial. Pero es como una especie de globo pinchado: las áreas buffer que se realizaron, que es una zona verde donde hay cultivos está totalmente perforada. Algunos cumplen con el retiro que deben tener legalmente y otros no. Y la Dinama ha hecho esfuerzos en el control de eso. Hay de todo: hay productores que antes de empezar a plantar ya hicieron su retiro. Eso disminuye la entrada de los químicos al agua. No evita.

Si no se evita la contaminación, entonces el tema no está en disminuir agroquímicos sino en cambiar el modo de producción.

La regulación de la fertilización en un principio yo creí que era posible. En este año y a partir de interacciones con agrónomos estamos totalmente desahuciados en ese sentido. Es parecido al cambio climático: se sabe qué hay que hacer, el tema es que se haga, y qué tenemos que ceder para hacerlo como sociedad.

Con esa mirada, ¿cómo se pueden revertir los niveles de contaminación?  

Estamos dependientes de las variaciones climáticas, porque tenemos un escenario súper enriquecido de suelos en algunas cuencas, entonces estamos un poco llevados de la mano de dos factores: la variabilidad climática, con el con el cambio climático incluido, y por otro lado, los precios de los commodities o de los alimentos o los granos, cómo varían y cómo se cotizan, y cómo el sector productivo hace foco en uno u otro, con determinadas prácticas. Si es transgénico, si no es transgénico...

¿Los alimentos transgénicos contaminan más?
Sí, porque tienen aplicaciones de agroquímicos muy fuertes. Es muy agresiva para el suelo y para los ambientes acuáticos que la rodean.

¿Entonces no se puede revertir el nivel de contaminación?

No. No es factible. Se va a lograr revertir algún aspecto en cuanto al aporte puntual, que se ha logrado en algunos lugares. En el arroyo Canelón también, pero sigue contaminado y vierte a un kilómetro de la planta de OSE. Hay una industria frigorífica muy grande que tuvo problemas económicos y está tirando efluentes directamente. Esa parte va de la mano con la economía: hasta dónde las empresas pueden soportar tener una planta de tratamiento, que deberían legalmente tener. Pero soy muy pesimista sobre hacia dónde vamos en cuanto a la producción. Creo que vamos a tener que pasar a un escenario de adaptación a las floraciones de cianobacterias y adaptación de eutrofización del agua y vivir con la mala calidad del agua. Es la lección nuestra como sociedad. Como sociedad elegimos esto. Y en ese sentido me voy a poner en contra de muchos ambientalistas que conozco, que se van a enojar conmigo, pero es un mensaje pesimista de que no va a mejorar la calidad del agua. Y si mejora, es porque hay una menor producción agrícola por equis cosa. Por una peste, o por un problema económico, o la soja no rinde, o el cultivo ya no es importante para el productor...

Por ejemplo, en la cuenca del río Negro. Hubo un evento muy masivo (de cianobacterias) en 2019 que afectó las playas hasta Rocha y el origen fue Rincón del Bonete. En ese contexto, se viene a instalar una planta de altísimo porte que va a dar más nutrientes al agua.

¿Cómo mide el impacto de UPM 2?
Va a ser importante. Negativo, los informes técnicos lo dicen. Va a haber un impacto en la calidad del agua y principalmente en cianobacterias y en fitoplancton.

¿Por qué eso no se puede evitar?
Por el gran porte de la industria y por el bajo caudal del río Negro. Ellos van a ir por la última tecnología para controlar, pero van a llegar hasta donde pueden. No va a ser suficiente. Va a ser suficiente cuando tengamos condiciones de caudales medio altos o medios. Pero con condiciones como la de este verano, sequía, veranos secos, calientes y con bajos caudales, va a ser complicado.  Y ahí tenemos la ventana de crecimiento de cianobacterias.

¿Eso quiere decir que vamos a tener que acostumbrarnos a las cianobacterias en la costa?
Sí. Esos eventos vienen en aumento, en escala de 20 años. Los fenómenos se vienen intensificando y a ese problema le ponemos una planta. En vez de bajar, aumentamos. ¿Cómo esperamos mejorías si seguimos aumentando el aporte contaminante? En el río Uruguay es menor la afectación por su gran dimensión. En el Río de la Plata también hay un gran poder de dilución, en río Negro estamos al límite. Se asumen como efectos secundarios de una política industrial que es transversal a los partidos. Todos le dieron el visto bueno.

¿Cuál es la gravedad real de que haya cianobacterias?
Tienen un lado muy positivo, que dieron origen a la vida tal cual la conocemos hoy porque generaron el oxígeno para que el resto de la vida se pudiera desarrollar. El tema es cuando le damos condiciones de exceso de aportes en agua dulce y provocamos crecimiento masivo y pueden dejar el agua verde en días. Producen toxinas, y cada vez se encuentran más. Ataca a los animales y a nivel humano algunas atacan el hígado, o cualquier órgano.

Pero uno no consume esa agua.
No consume, hasta que consume. Ha habido muchísimos casos internacionalmente. Un caso fue en Brasil, que murieron más de 80 personas que se estaban dializando y el agua que estaban usando era con camiones que venían de un embalse con cianobacterias.

Eso solo podría pasar si la OSE cometiera un error al potabilizar el agua.
OSE tiene sistemas de potabilización muy buenos. El tema es que se produzca un error, o ocurra un evento que no haya sido visto a tiempo. Y que no le haya dado tiempo a actuar. Pero hubo casos donde el tratamiento no fue suficiente, como en Maldonado en Laguna del Sauce en 2015, que se tuvo que cortar el suministro de agua porque una sustancia aromática muy fuerte no la podían bajar.

Muchos ingenieros creen que pueden potabilizar cualquier agua, la que les llegue. Puede ser, pero no siempre. No nos podemos respaldar tanto en la tecnología como solución. Y surge otra propuesta de OSE de hacer una planta de tratamiento de potabilización de agua en Arazatí. Van a tomar agua en un lugar donde las floraciones de cianobacterias son año a año, recurrentes. Se elige un lugar donde sabemos que ya hay un problema.

El tratamiento de esa agua entonces seguramente sea más fuerte.

Costoso y arriesgado. Porque van a estar tratando con cianobacterias muy tóxicas.

¿Más tóxicas que las del Santa Lucía?
Sí, por la concentración y por el tipo de toxina. Es tóxica como la del río Negro. Y eso sí es un problema porque los efectos a largo plazo de los niveles basales de toxinas son poco conocidos. Los efectos crónicos.

¿El nuevo Ministerio de Ambiente incidió en mitigar los problemas de contaminación?

En principio no veo ningún cambio positivo. No estoy muy al tanto de qué modificaciones o políticas nuevas se van planteando. A nivel de residuos sí, de plásticos. Se había dicho que se iba a aplicar el ultrasonido como herramienta para control de cianobacterias, eso también quedó ahí. Hay una empresa internacional que ofrece el producto y se ha probado en Salto Grande pero no ha sido nada viable. Nosotros lo preinvestigamos en 2013, es parecido al cloruro férrico, tiene aplicaciones en sectores muy pequeños, no es para grandes extensiones. No observo políticas o un cambio de políticas dirigidas a la mitigación de la contaminación más allá de lo que ya conocíamos. Políticas fuertes de mitigación, ni antes ni ahora.

¿Cree que fue un bluf?
No sé si un bluf. A mí me dio temor de que perdiera peso al desprenderse de Ordenamiento Territorial y Vivienda, como un ministerio fuerte, y que Ambiente quedara solo frente a otros, como Ganadería, que son muy poderosos. Cabe la posibilidad de que para muchos haya sido una fortaleza, pero cabe la opción de que sea una debilidad. En el rol de investigador, preciso más información. Todavía está por verse.

¿Cómo le cae Uruguay Natural como marca país?
Es un eslogan un poco contradictorio porque no se ha llevado a sacar el verdadero provecho. El país, desde hace décadas, ha incursionado en otro tipo de prácticas que no van con el eslogan de Uruguay Natural: el ingreso de transgénicos al país, que históricamente las industrias en Uruguay hayan generado sus productos usando sistemas de tratamientos de efluentes de los años ‘70 en pleno siglo XXI, que se haya avanzado hacia los feedlots frente al campo natural y a la ganadería extensiva. Eso sería lo más próximo al Uruguay Natural. Y por más que la administración interior haya avanzado sobre las áreas protegidas del país, ha quedado a mitad de camino de lo que es la experiencia internacional con los países que se dicen naturales. Un extremo en eso es Costa Rica.

¿Ese sería el país ejemplo? ¿O cuál sería el que, a nivel mundial, está haciendo las cosas bien en términos de ambiente?

Costa Rica tiene otro tipo de estructura ecosistémica. Hay países europeos que han sido muy estrictos en cuanto a nivel de aportes industriales y domésticos, pero tanto Europa como Estados Unidos adolecen del mismo problema nuestro, que es el agro. No han podido solucionarlo. Pero capaz que no hay que buscar el país insignia o compararnos con un país en particular, quizá la respuesta sea: sí, bueno, si queremos tener eso como un eslogan, que esa grifa esté respaldada por un tipo de producción, aprovechando que somos un país pequeño, con poco territorio, más allá de que producimos para 10 veces más población de la que tenemos. Uno no pensaría en que todo el país pase a una producción extensiva, pero sí a un mejor ordenamiento del territorio y buscar compensar con un tipo de producción más amigable.

Hay ambientalistas que a veces usan argumentos falaces. ¿Cómo los analiza?
Conozco movimientos ambientalistas honestamente preocupados. Ideología hay en casi todo, hay ideologías de fondo. Ellos van en una línea de que no hay necesidad de una producción tan intensiva para que se enriquezcan unos pocos y el problema lo sufran todos. Después están los argumentos científicos o técnicos, que a veces ellos detectan problemas y denuncian, son un llamador de atención, incluso para dirigir algunas investigaciones, y a veces nos llaman para tener un aporte de conceptos para charlas o capacitaciones.

¿No percibe que hay casos en donde se ridiculiza o se caricaturiza la situación?
Es muy diverso. Creo que, y en esto me voy a meter en un problema, el más ridiculizable es un partido político ambientalista.

Habla de César Vega. ¿Por qué?
Ha sido realmente ridículo su accionar a nivel ambiental. Incluso su ausencia de propuestas, su ausencia de políticas. Es un diputado nacional, y lo que ha dado es mucha vergüenza. Es ingeniero agrónomo, salido de la universidad. Y ha dado mucha vergüenza no solo con las vacunas, que ha sido el extremo de lo payasesco, pero ha sido también muy ridículo en otras declaraciones que ha tenido en contra de nosotros, de que decimos que en realidad el origen de las cianobacterias en el país es lo que él determinó, como un autócrata, que es el glifosato, y que nosotros “lo estamos ocultando”, porque de alguna manera tenemos “algún interés” en “proteger” el glifosato. Es innecesario, ridículo… Él dice que el glifosato tiene fósforo y viene de ahí el fósforo que produce las cianobacterias. Si uno hace cálculos mínimos básicos de laboratorio, se da cuenta de que no llega ni al 1% de lo que aporta el agro como fertilizante. El glifosato tiene fósforo y alimenta las cianobacterias, pero en comparación con el resto, es insignificante. Me parece ha decepcionado a nivel ambiental.

Uno de los argumentos de quienes están en contra de la forestación es el consumo de agua que tienen los eucaliptus. ¿Es un problema?

Otros colegas de la facultad lo han estudiado. Sí, tiene un consumo enorme de agua y la disminución de napas freáticas, que eso es muy importante para la recarga de los cursos de agua, sobre todo en las nacientes. Hay un problema, y es que muchas zonas de prioridad forestal son nacientes de cursos de agua, porque no son productivas para otro tipo de cultivo. Ahí se está afectando desde la naciente misma el agua, al menos en cantidad. En calidad se las afecta por el tipo de hojarasca, cortezas. La fertilización es al comienzo, pero el manejo también tiene impacto porque se ralea, se cortan los troncos, quedan suelos desnudos, no es inocuo.

Decía que tenemos que convivir con la contaminación, ¿de qué manera?
Esa respuesta no está todavía. Tenemos que ir viendo. Yo, al menos, estoy entrando en la aceptación de esa situación. Así como con la pandemia, hay situaciones a nivel ambiental que vamos a tener que naturalizar y van a pasar por un control más fino y detallado para que las personas no entren en contacto con esas aguas contaminadas, sistemas más de acceso directo, como con aplicaciones de celular, que se les pueda alertar en el momento de no ingreso al agua, no como de esa pesca... y que los ciudadanos estén más al tanto de qué tipo de agua consumen, qué tratamientos se realizan, creo que se va a tener que trabajar en sistemas de alerta temprana y sistema de anticipación de fenómenos. Y en nuestro caso, seguir investigando para buscar alternativas de focos de control de incendios y saber qué factores los generan, y dar herramientas de manera rápida y precisa sobre la detección del problema.

Diario EL OBSERVADOR -Montevideo - URUGUAY - 03 Enero 2022