debate forestacionFORESTACIÓN EN DEBATE
Gustavo Guarino

Recientemente la Cámara de Diputados votó un proyecto de Ley que regula algunos aspectos de la actividad forestal. Eso ha sido motivo de la salida mediática de algunos analistas en su contra, particularmente los voceros de la Sociedad de Productores Forestales.

Plantean que esta Ley será nefasta para el futuro de la forestación, que se actúa contra derechos adquiridos, que se violenta la propiedad privada y el derecho a hacer lo que cada uno quiere con su tierra y muchas cosas más; poco o nada explicitan por qué sucederá todo eso, simplemente ponen el grito en el cielo ante la nueva Ley.

Dicen que esa Ley desconoce los aportes de la cadena forestal a la economía del país, etc. Primero,es bueno remarcar que no vemos justificación real para decir todo eso. Dicho proyecto, hoy con media sanción, no significa desconocer el aporte que la Forestación genera para la economía del país, para la creación de empleo en zonas deprimidas de nuestro interior más alejado, y lo que han aportadolas plantas de pasta de celulosa, también se contribuyó al proceso de la elaboración de maderas de calidad, que fue uno de los objetivos de la Ley Forestal original, quizás este aspecto sea el que tenga más pendientes.

En realidad el proyecto de referencia plantea dos cosas básicas; una, que la forestación para bosques  generales y de rendimiento solo pueda realizarse en suelos de prioridad forestal y la otra que dichos bosques no podrán superar el 10 % de la superficie productiva del país.

El que solo pueda plantarse en suelos de prioridad forestal fue la idea básica de la Ley Forestal 15.939 y esos suelos fueron tipificados durante un largo periodo por los servicios técnicos del MGAP, sobre dichos suelos se desarrollóel grueso del impulso forestal. La Ley 15.939 y sus decretos reglamentarios establecíanuna serie de ventajas tributarias y subsidios que de hecho llevaba a instalar los bosques en dichos suelos.

El problema se origina cuando a partir de que la forestación ya caminaba sin andador, se generó masa crítica de conocimiento, de infraestructura, viveros, etc. se fueron retirando esas ventajas y con la instalación de las dos plantas hoy existentes,se comenzó a forestar en suelos que no son terrenos de aptitud forestal ni declarados de prioridad forestal,pero que por su cercanía a plantas y mejor calidad,hacían rentable el negocio en estas nuevas condiciones.

Quizás ahí esté la mayor molestia de mucha gente del campo y del interior que empezó a ver que se estaban plantando suelos con potenciales agrícolas y ganaderos, y poco quedaba del espíritu original de la Ley Forestal 15.939 que en su artículo 5 to.Dice: "Son terrenos forestales aquellos que arbolados o no: A) Por sus condiciones de suelo, aptitud, clima, ubicación y demás características, sean inadecuados para cualquier otra explotación o destino de carácter permanente y provechoso. B) Sean clasificados de prioridad forestal mediante resolución del MGAP en función de la aptitud forestal del suelo o razones de utilidad pública.

Es notorio que el legislador recogiendo el sentido común de cualquier paisano que sabe apreciar lo que aporta un  bosque de eucaliptus en un establecimiento, en cuanto a sombra, abrigo, madera, pero que  también sabe que difícilmente se pueda realizar una recuperación a niveles originarios de un suelo que durante años fue bosque, delimita y expresamente  lo dice, terrenos forestales serán aquellos inadecuados para cualquier otra explotación.

Es decir en ese tipo de suelos la rentabilidad y sostenibilidad en el largo plazo será mayor explotando bosques que cualquier otra actividad agropecuaria. También la Ley faculta al MGAP a tener otras razones para ampliar los suelos de prioridad forestal, al punto tal que en sucesivos decretos se fueron ampliando los grupos de suelos aceptados como tales y hoy supera los 4 millones de hectáreas, de las cuales hay plantadas alrededor de 800.000 hectáreas; por lo que el argumento de que este nuevo proyecto de Ley le corta las posibilidades de crecer al sector, no es válido.

El otro elemento es el tope del 10 % de la superficie del territorio que se podrá forestar, si tenemos en cuenta que hoy hay en el entorno de 1.100.000 forestadas y que ese tope andaría en las 1,6 o 1,7 millones,veremos que hay para crecer entre 500 y 600 mil hectáreas,cosa que no está en un horizonte posible en los próximos 30 o 40 años.

Esta cifra no es antojadizarecogela experiencia de otros países como Nueva Zelanda que tiene forestado un 8% de su territorio y lo hace también en forma regulada. El Sr. Javier Otegui que representa una parte importante del complejo forestal, en la Comisión de Ganaderíade Diputados expresó según actasde fecha 15-07-2020: "Ni el más optimistade los forestales  imagina que de acá a treinta años superemos el 10 % del área agropecuaria de esas 16.300.000  hectáreas".

De modo que tampoco por ese lado se está poniendo una restricción al crecimiento del sector. También es bueno recordar quedentrolas áreas hoy forestadas  hay alrededor de 300.000 has. ensuelos que no son de prioridad forestal y que se seguirán forestando (despuésde iniciadas en ese camino difícilmente haya otra actividad más provechos a que seguircon árboles, quizás esto haya que agregarlo explícitamente en la Ley, pero es de sentido común. Hay suelos de prioridad forestal distribuidos en todo el país para seguir creciendo y falta aún un 4% del territorio para llegar al tope.

Bueno es recordar que el país tiene una Ley de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible que da el marco para la definición de las Directrices Nacionalesde OT y DS, también las Directrices Departamentales y Estrategias Regionales, que regulan la ocupación y el uso del suelo en función del interés general y al amparode la legislación vigente.Un país serio que pretenda el desarrollo sostenible debe tener regulaciones que preserven y ordenen el uso de sus recursos.

Bueno es recordar que cuando se pusieron en debate público las Directrices Nacionales de Ordenamiento Territorial y Desarrollo Sostenible la Sociedad de Productores Forestales también manejó una postura donde decía prácticamente lo mismo, que si se regulaba y se pretendía tener un desarrollo sostenible y ordenado delterritorio, sería el acabose de la forestación.

Eso fue en el año 2012, cuando se aprobaron normativas nacionales y departamentales, y nada de eso ocurrió, y hoy se va por una tercera planta de Celulosa.

Ojala podamos seguir perfeccionando las regulaciones y en el futuro inmediato podamos profundizar en el desarrollo de la cadena de valor forestal más allá del modelo celulósico.

UYPRESS -Montevideo - URUGUAY - 04 Enero 2021