Presidente de Ancap ve un “problema gigantesco” con el área de portland
El negocio del portland sigue en rojo. La expresidenta Marta Jara opinaba que no debía haber “vacas sagradas”. ¿Está de acuerdo?
—La anterior administración prometió que se iba a llegar a resultado cero y cuando se fue, tuvo el enorme gesto de reconocer que no lo habían logrado. El directorio que asumió en 2016 lo hizo con una presión brutal de la tribuna y las personas y estructura de Ancap habían sido sometidas al escarnio público. Lo que hubo fue un error de apreciación que es grave; no hay soluciones mágicas.
Si tuviera que tomar una decisión hoy, hay dos extremos que son inadmisibles: cerrar porque hay que cerrar o dejar que todo esté como está. Hay personas de por medio, expectativas, activos y bienes, hay historia, y uno tiene que ser cauteloso. Si luego de que todos los actores participaron y acordaron un diagnóstico y decidieron una solución, esta no es satisfactoria, tomemos otra decisión, cualquiera sea.
En el portland hay un problema de obsolescencia tecnológica —que solo se resuelve con inversión—, de productividad de la mano de obra, de costos fijos y de mercados. Ahora, si no resolvemos los cuatro al unísono, vas a hacer una inversión que nunca va a ser rentable, mantener a gente que no está capacitada, seguir con costos fijos que lo hacen inviable…
—¿Considera estratégico para Ancap la producción de cemento?
—Lo estratégico es resolver el problema gigantesco que tenemos con portland. El negocio necesita inversiones y Ancap no está en condiciones de hacerlas. El horno nuevo es un activo: o lo vendemos o lo instalamos o lo instala alguien. En estos últimos cuatro años el horno siguió ahí; no es admisible.
—¿Y en Alcoholes del Uruguay?
—En Bella Unión tenemos caña de azúcar plantada. Va a tener que seguir con términos cada vez más exigentes. Hay productores que obtienen rindes muy competitivos y otros no, vamos a trabajar para que lo sean.
Llegar a la paridad de importación es una meta de Ancap y exige que todos los componentes de la cadena se pongan las pilas.
▪ Recuadro de la entrevista a Alejandro Stipanicic