Nuevo presidente de AFE toma protagonismo en el Ferrocarril Central y, por “austeridad”, también en la operadora Self
En contraste con su escaso protagonismo actual en la vida del país, el transporte ferroviario tiene varias caras, dependencias y organismos dentro de la administración pública. A la tradicional Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE) se sumaron, con las reestructuras promovidas en los últimos dos períodos de gobierno, la Dirección Nacional de Transporte Ferroviario (organismo regulador que funciona en el Ministerio de Transporte) y la sociedad anónima estatal Servicios Logísticos Ferroviarios (Self), como operadora de las cargas por tren.
A impulso de la inversión de la segunda planta de UPM, surgió también la obra Ferrocarril Central, un contrato de participación público privada (PPP) para rehabilitar las vías entre Paso de los Toros y Montevideo, que tiene un presupuesto estimado de US$ 1.000 millones.
Buena parte de esa diversificación ferroviaria tendrá, al menos en el comienzo de este nuevo período de gobierno, una misma cara, la del nuevo presidente de AFE. El arquitecto Miguel Vaczy recibió el viernes 17 la venia del Parlamento para encabezar el Directorio del organismo. Según dijeron a Búsqueda fuentes del Partido Nacional y del sector privado, por instrucción del ministro de Transporte, Luis Alberto Heber, Vaczy también fue designado como referente del gobierno en la obra Ferrocarril Central, que está en proceso de construcción por el consorcio Grupo Vía Central, integrado por las uruguayas Saceem y Berkes, la francesa NGE y la española Sacyr. El jerarca integra ahora el órgano de control del proyecto junto con otros dos funcionarios del Ministerio de Transporte.
Durante el gobierno pasado, la coordinación de esa obra había estado a cargo del entonces subsecretario de Transporte, Jorge Setelich. AFE había quedado algo relegada de la obra, pese a ser el organismo encargado de la infraestructura ferroviaria. La distancia produjo algunas tensiones. Hubo, por ejemplo, una investigación administrativa relacionada a la obra porque técnicos de una empresa contratada mostraban una autorización de AFE para entrar a predios privados a hacer estudios, que no estaba firmada ni era conocida por ninguno de los miembros del Directorio. El exdirector en representación del Partido Nacional, Alfonso Lereté, fue uno de los que más criticó que se dejara a AFE al margen de la obra. También el oficialista Luis Rivero, que se desempeñaba como vicepresidente, transmitió su disconformidad en un episodio.
“Toman a AFE como bienes de difunto y creen que pueden hacer cualquier cosa”, dijo una vez, molesto porque no se los había invitado a participar de un encuentro en Durazno, promovido por una empresa subcontratada por UPM (Búsqueda N° 1.924).
Además de AFE y el Ferrocarril Central, Vaczy quedará a cargo en principio de la operadora Self. El gerente general de la sociedad anónima estatal —propiedad de AFE y de la Corporación Nacional para el Desarrollo— era hasta este mes Fernando Valls. Ese cargo no era un cargo político y tenía, en consecuencia, continuidad más allá del cambio de gobierno. Por eso, Vaczy tuvo que tomar la decisión de interrumpir el vínculo.
Valls había expresado su intención de continuar en su cargo con el nuevo gobierno, pese a que había llegado a la actividad ferroviaria por su militancia en la lista 711 de Raúl Sendic, espacio que luego abandonó (Búsqueda N° 2.053).
Las nuevas autoridades ferroviarias se encontraron con Self en números rojos. Como medida de “austeridad” para intentar que la empresa sobreviva, Vaczy decidió no designar a un nuevo gerente general. La dirección de la empresa será liderada de forma honoraria por él mismo y un equipo de asesores.
La delicada situación de Self obedece principalmente a que la operativa ferroviaria está parada por el Ferrocarril Central. En diciembre de 2019 Valls había elaborado un documento en el que analizaba el impacto de la obra. Según sus cálculos, Self perdía $ 4,5 millones mensuales, lo que en el plazo de un año equivaldría a US$ 1,4 millones. Por esos días, le reclamaba al Poder Ejecutivo una definición de apoyo económico clara para hacer sostenible a la operadora, que había demorado años en consolidarse.
“Creamos una operadora, la logramos desarrollar contra todo, y cuando está preparada para trabajar en un ferrocarril de otro nivel le cae el propio ferrocarril arriba”, decía sobre la ironía de que la mayor inversión en la historia del ferrocarril los terminara perjudicando (Búsqueda N° 2.052).