trigoUna buena: perspectivas optimistas para los cultivos de invierno

La primera parte de la agricultura de 2020/21 arranca con una perspectiva relativamente favorable para mantener esa parte de la economía en funcionamiento

En medio de tanta turbulencia, una perspectiva climática moderada en lluvias, un dólar más firme y una interesante suba del trigo en Chicago en las últimas dos semana dan a los cultivos de invierno un panorama más alentador que el previsto al comienzo de este mes.

Es posible que en tiempos turbulentos apostar a lo básico, como el trigo, tenga sentido, por la seguridad alimentaria de Uruguay  y del mundo que no puede permitirse que el pan falte en tiempos de pandemia.

Al cierre de esta nota, la posición diciembre de trigo Chicago –referencia para los planes de cebada en Uruguay– que llegó a operar por debajo de US$ 190 la tonelada, alcanzó los US$ 208 la tonelada, con la mayor suba semanal en nueve meses.

Inquietud y buenos precios
Aunque el mundo y Uruguay están bien abastecidos, la inquietud lleva a compras y un buen precio del trigo en Chicago se traduce en buenos precios para los contratos de cebada en Uruguay, por lo que las malterías no deberían tener dificultades en cubrir sus áreas previstas.

En principio el área de cebada quedaría similar a las 185 mil hectáreas del año pasado, con posibilidad de subir unas 20 mil hectáreas más si surgen negocios sobre mayo o junio, si los buenos precios se mantienen.

Un aumento de área que puede prolongarse en 2021 con la expansión de la capacidad industrial de Maltería Oriental.


También la soja tuvo un repunte en las últimas dos semanas, desde precios muy bajos, lo que le consolida un marco para sostener el crecimiento a la colza y carinata, que ya venían en ascenso.

Oleaginosas de invierno pueden superar las 100.000 hectáreas
Las brassicas, a través de dos especies, colza y carinata, se presentan año a año con más fuerza como una opción crecientemente elegida principalmente por ser el mejor antecesor de la soja liberando antes las chacras.

Pablo Uteda, director de IPB Semillas, dijo a Blasina y Asociados que “nuestras estimaciones dan un crecimiento importante para esta zafra (2020/21) debido a la alta demanda de semilla. Colza y carinata podrían superar las 100.000 hectáreas”.

El área sembrada con las oleaginosas de invierno –con una mayor participación de colza– alcanzó en 2019/20 un récord de 73.000 has, según la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA), el triple que las sembradas cinco años atrás.

El rendimiento promedio en ambas especies se ubicó entre 1.300 y 1.500 kilos por ha, por debajo de los 1.646 kg/ha del año pasado, alcanzando una producción récord de más de  100.000 toneladas.

“Se ha logrado un mayor conocimiento del cultivo en todo el sector. A pesar de la variabilidad, algunas chacras de colza lograron rendimientos de 2.600 kilos/ha”, dijo Uteda.

Desde UPM, empresa que impulsa el cultivo de la carinata, similar a la colza, Pieter Boutmy (gerente de biocombustibles) dijo a 100% Mercados de Radio Rural que para carinata se mantendrá la referencia de precio en el valor de la colza en París, aunque habrá ajustes en las bonificaciones y la posibilidad de realizar fijaciones anticipadas. Esta semana ALUR pasó precios por encima de US$ 300 por tonelada.

La empresa finlandesa apunta a un gradual crecimiento, aunque sin un objetivo específico, pero con la intención de aumentar la superficie teniendo en cuenta los buenos resultados económicos del año pasado. Para el precio se seguirá tomando el 90% del valor del contrato febrero de colza en el mercado de Matif en París, con una bonificación de 10% por el volumen que supere los 1.800 kg/ha.

El crecimiento de las oleaginosas volverá a ser central para que el área con cultivos de invierno crezca este otoño por tercer año consecutivo, de 476.000 hectáreas en 2019 a unas 500 a 520 mil hectáreas.

El área final dependerá del ajuste fino de las áreas de trigo y cebada. En el caso del trigo, la suba del mercado internacional tiene un traslado relativo al mercado regional, pero ayuda como señal y puede permitir sostener el área del año pasado, levemente superior a la de años anteriores, algo por encima de las 200 mil hectáreas.

Eso permite además tener seguridad alimentaria en Uruguay, algo que tiene una importancia que en otros años es relativa. Las exportaciones de trigo de la pasada cosecha han sido lentas. Los stocks de trigo al 1° de marzo son los más altos para esa fecha desde 2016. Totalizaron 578.237 toneladas, frente a las 415.718 toneladas de igual fecha del año pasado, según los datos del Plan Nacional de Silos. Una vez y media el consumo anual de Uruguay, de unas 400 mil toneladas.

Por el momento el factor depreciación de la moneda parece tener un impacto relativo. Andrés Contatore, asesor agrícola Fucrea, dijo a Blasina y Asociados que “los costos de sembrar una hectárea de trigo –desde preparación a cosecha– se mantienen muy similares a los de un año atrás, en aproximadamente US$ 600/ha.

A pesar del aumento del dólar –que influye bajando los costos del combustible que son en pesos–, los costos de la fertilización nitrogenada –urea– aumentaron respecto a un año atrás”.

Considerando un precio de venta de US$ 200/ton, el rendimiento de equilibrio para trigo en esta zafra –cuánto tendría que cosechar un  productor para igualar los costos del cultivo– sin incluir la renta, es de 3.030 kg/ha, por debajo del promedio nacional de los últimos 10 años (3.136 kg/ha) y del estimado para la zafra pasada de 3.189 kg/ha.

El coronavirus y la demanda
Todavía no queda claro si el coronavirus generará un salto en la demanda. Fernando Villamil, broker de granos de Agrosud, dijo a Blasina y Asociados que hay una gran incertidumbre en el mercado por el coronavirus. “La principal incertidumbre es como se va a recomponer la economía mundial. Las compras de trigo de China a Estados Unidos fueron una señal positiva y, si no hay a nivel país alguna restricción de logística al momento de la siembra del cultivo, el área debería mantenerse”.

Por ahora, en Uruguay, el movimiento desde la exportación es limitado con precios inferiores a los manejados en el mismo momento del año pasado (US$/ton 200 vs. US$/ton 217).

En lo que va del año comercial (1° diciembre-16 de marzo) las exportaciones de trigo sumaron 106.544 toneladas por un valor de US$ 21,6 millones, de acuerdo a datos de la Dirección Nacional de Aduanas. Menos de la mitad de las 240.610 toneladas exportadas en igual período del año pasado.

“La cosecha pasada de trigo de Uruguay dejó un saldo exportable de 250.000 toneladas, pero por ahora sólo se comercializaron unas 100.000 toneladas. La oferta está esperando mejores precios y las molinerías abastecidas, al menos hasta mediados de año. Todo esto llevó a un aumento en los stocks de trigo en Uruguay”, explicó Villamil.

Brasil sigue siendo el principal destino del trigo uruguayo en lo que va de 2020, con 32.996 toneladas por un total de US$ 6,8 millones. Un descenso de 15% y 21% en volumen e ingresos respectivamente respecto al mismo período de 2019. Christian Nolte, Gerente de Cofco en Uruguay, dijo a Tiempo de Cambio de radio Rural que “Brasil devaluó un 25% en el último tiempo, por lo tanto los molinos están retirados y no hay demanda del cereal”.

El panorama global
A nivel global el abastecimiento es importante. En el informe de marzo el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) revisó al alza en 540.000 toneladas su previsión anterior sobre producción mundial de trigo 2019/20, que se sitúa ahora 764 millones de toneladas –la mayor de la historia–. Argentina es responsable de esta suba, con una producción de 19,5 millones de toneladas, 500.000 toneladas más que en el informe del mes pasado y también la más alta de la historia.

El consumo aumenta, pero en menor medida que el stock mundial, que alcanza un récord de 287 millones de toneladas. El impulso del precio del trigo en Chicago, fruto de la preocupación por el abastecimiento de productos básicos, da buenas perspectivas a la siembra de cebada para la próxima zafra de invierno. Con los planes asegurando un precio de US$ 200 la tonelada o más las malterías esperan un interés fuerte por sembrar el cultivo y atender la demanda local y posiblemente generar un saldo exportable.

Son precios que ya esta semana se pudieron asegurar a US$ 208, algo mejores a los del año pasado.

En ese marco, con la construcción de una nueva torre que estaría operativa en 2021, Maltería Oriental busca aumentar su capacidad de siembra otorgada en 20.000 ha.

En tanto, Maltería Uruguay (Ambev) presentó dos opciones. Uno es con un valor fijo de US$ 200 por tonelada por el que se pueden fijar hasta 2.000 kilos por hectárea hasta el 29 de mayo. La otra contempla una fórmula con el 70% del precio en base al 100% del contrato diciembre de trigo Chicago y el otro 30% con un valor fijo de US$ 215 por tonelada de cebada.

Considerando un precio de venta de US$ 200/ton, el rendimiento de equilibrio para cebada en esta zafra, sin incluir la renta, es de 3.000 kg/ha. Un rendimiento frecuentemente superado con clima normal por el cultivo.

En el balance, es bueno saber que al menos la primera parte de la agricultura de 2020/21 arranca con una perspectiva relativamente favorable para mantener esa parte de la economía uruguaya en funcionamiento y aún en un crecimiento, al menos en área, respecto a ciclos anteriores.

Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY  - 26 Marzo 2020