El turismo rural se ha consolidado generando empleo en el interior del país
“En estos 25 años se fue construyendo un sector que a la larga genera empleo en distintas partes del país, sobre todo para las mujeres y para los jóvenes”, dijo a La Mañana Marina Cantera, presidenta de la Sociedad Uruguaya de Turismo Rural y Natural (SUTUR). Hoy tiene más de 50 socios distribuidos en todo el país, con muchas pequeñas y medianas empresas familiares.
La Sociedad Uruguaya de Turismo Rural y Natural (Sutur) surgió en el año 1995 impulsada por el trabajo de unos pioneros del sector rural que vieron un potencial turístico en emprendimientos agropecuarios. Al sumar otra actividad a sus establecimientos, notaron que era positivo poder vincularse con otro sector de la economía para afianzar el rubro en el que se desarrollaban. Fue así que, poco a poco, abrieron las puertas de sus bodegas, tambos, estancias y granjas a turistas que, curiosos y deseosos de conocer más sobre la vida en el campo y los atractivos naturales que ofrece nuestro país, comenzaron a llegar.
Fue un comienzo muy arduo, recordó a La Mañana Marina Cantera, presidenta de SUTUR, ya que aún no había una legislación al respecto y tampoco estaba la costumbre instaurada en la sociedad de visitar la ruralidad como destino turístico. En estos años de gran fermento y mucho trabajo, según indicó Cantera, el sector turístico comenzó a afianzarse y crecer. El agroturismo comenzó a volverse más popular y a diversificar sus productos.
Hoy se pueden encontrar, por ejemplo, turismo en espacios rurales y naturales, enoturismo, agroturismo, turismo de áreas protegidas, posadas de campo y turismo aventura, entre otros subsectores. La variedad de propuestas los hace adaptables para todas las edades. Por ejemplo, mientras que a algunos adultos les puede resultar interesante visitar una bodega, algunos jóvenes pueden preferir saltar en tirolesa en el Penitente y una parte de los adultos mayores ir junto a sus nietos a una granja para vivenciar un turismo de experiencia con animales, donde en algunas opciones incluso pueden ordeñar una vaca o participar de una esquila.
En este momento son más de 50 los emprendimientos rurales afiliados a Sutur. Dentro del país, la zona este es la que cuenta con mayor cantidad de turistas, pero –aclaró Cantera– no es la única.
Además, el 85% de los emprendimientos de agroturismo son familiares, en los que participan padres e hijos, así como personas de la comunidad. Además, caracteriza el hecho de que los emprendimientos nuclean a personas que sienten amor por la naturaleza y el medioambiente, y que creen en aprovechar y aprender de lo que el campo enseña.
Una fuente de empleo para las comunidades
Uno de los desafíos que enfrenta el sector es la necesidad de profesionalizar la formación de quienes comienzan por este camino. Ante ello, el nutrirse de los conocimientos necesarios para poder efectuar un emprendimiento de agroturismo es una de las preocupaciones de las cámaras turísticas, tanto de la Cámara Uruguaya de Turismo como de Sutur. Es fundamental poder brindar todos los años a los afiliados cursos, capacitaciones y actualizaciones. Normalmente, cuando se comienza, se cuenta con poca tecnificación o capacitación y, a medida que transcurre el tiempo, los conocimientos se adquieren. Aunque, claro está, existen excepciones, como por ejemplo los grandes emprendimientos que tienen la posibilidad de contratar gente formada. En ello la formación proporcionada por UTU provee de personas capacitadas específicamente para este sector. “En estos 25 años se fue construyendo un sector que a la larga genera empleo en distintas partes del país, sobre todo para las mujeres y los jóvenes”, observó la entrevistada.
A la vez, durante la pandemia el agroturismo ha sido uno de los que más ha crecido. “Cada vez más la gente quiere hacer actividades al aire libre. En agosto, setiembre y octubre de 2020, la actividad creció muchísimo y en esta oportunidad las personas salieron a conocer muchos productos que no sabían que existían, como por ejemplo el Valle del Lunarejo, las minas de Amatistas en Artigas, los pueblitos del litoral del Río Uruguay como San Javier o los atractivos del Anglo en Fray Bentos, así como un montón de propuestas que se potenciaron”, explicó.
Pero, a pesar de este crecimiento, es menester continuar trabajando para potenciar las propuestas. Esto hará, según expresó la presidenta de Sutur, que los mismos uruguayos continúen prefiriendo visitar los sitios atractivos de su país aún con las fronteras abiertas.
El turismo rural es un puente que ayuda a vincular a las comunidades locales, los pequeños pueblos y las subculturas de algunas zonas del país con gente de la ciudad. “Es una linda dinámica que se genera. Nuestros colegas siempre cuentan historias simpáticas de gente que no vive en la ruralidad y que visitarlas termina enriqueciendo a ambos: a quien recibe y a quien visita”, subrayó Cantera.
Impacto por el rebrote de covid
Las actividades que ofrece el turismo rural no solo van para todos los gustos, bolsillos y edades, también lo son para todas las épocas del año. Podría decirse que es como una gran temporada extendida. Sin embargo, en invierno algunas propuestas decrecen debido a que las inclemencias climáticas no permiten la realización de actividades al aire libre. En contraparte, en verano una buena parte de los turistas internos deciden volcarse a la costa con el fin de desarrollar turismo de sol y playa. Es por esto que en la temporada estival el turismo extranjero crece. De todas formas, el movimiento más importante del turismo rural sucede en los meses de otoño y primavera.
El hecho de que el verano no sea uno de los picos fuertes para el turismo rural se sumó con la baja en la demanda de los servicios propiciados por el rebrote de la nueva variante de coronavirus. Según informó Cantera, en la actualidad la ocupación que están teniendo los alojamientos rurales turísticos los fines de semana es de un 17%, mientras que entre semana es de un 10%. “Es bajísimo en comparación con un hotel tradicional, y además tienen costos más altos que la hotelería. Por lo tanto, tienen más dificultades que son propias del sector y menor cantidad de público”, sostuvo.
No obstante, también es un sector que depende de la comercialización, siendo este el cuello de botella más grande. “A veces da la impresión que estamos cortos en difusión. Las personas a veces dicen desconocer la existencia de algunas de las propuestas. Por lo tanto, la difusión de las opciones es fundamental y el apoyo del Estado es importantísimo. Muchas de las campañas que el Ministerio de Turismo ha realizado han venido muy bien al sector”, indicó.