Trabajadora rural envenenada al ser fumigada en un viñedo
Natalia Antelo es una trabajadora rural zafral que estaba desempeñándose en los viñedos de la empresa Bodega Rosés, −conocida popularmente por sus vinos de mesa− y literalmente fue rociada, junto a otros trabajadores, por el mosquito que fumigaba las plantas de vid, lo que le generó una reacción alérgica muy fuerte, tanto en las vías respiratorias como en la piel.
EL ECO denunció en su pasada edición la fumigación que se realiza en Riachuelo, y ahora presenta este caso que no ha tenido mayor trascendencia pero que preocupa y mucho porque la fumigación no se está realizando en algunos lugares con los debidos recaudos.
Hace poco tiempo también hubo una denuncia de un trabajador de un arrozal de Treinta Tres, que a causa del pesticida debe andar con una mochila con oxígeno porque ya no puede respirar por sus medios.
El caso Natalia
La trabajadora denunció la situación a la Unión de Trabajadores Rurales y Afines del Uruguay (UTRAU) afiliada a la UITA (Sindicato de Trabajadores de las Industrias de la Alimentación), de la cual es delegada de base y posteriormente al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
En la gremial rural, Natalia contó que a pesar que fue de inmediato a consultar un médico, sobre todo por la reacción en su piel, los tratamientos indicados hasta el momento no han tenido efecto.
“Del cuello hasta los pies tengo erupciones que me provocan comezón intensa y ardor. También pude notar una especie de laceración en uno de mis ojos”, señala.
Ante lo sucedido junto a sus compañeros de tareas presentaron la queja ante la jefa de cuadrilla, que el 14 de enero la máquina fumigadora había pasado mientras ellos estaban en la quinta de Bodegas Rosé en Canelones, pero “no obtuvieron ningún tipo de respuesta”.
“Al día siguiente de que fumigaran las plantas mientras nosotros estábamos ahí trabajando e incluso cuando estábamos en el descanso, almorzando a un compañero le dieron náuseas, dolor de estómago y a mí a los dos días se manifestó la dermatitis”, señaló.
Frente a lo sucedido la UTRAU efectuó la denuncia en el Ministerio de Trabajo. Y solicitó reuniones con el Instituto de Derechos Humanos, el Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico (CIAT) del Hospital de Clínicas, la Comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados, la Inspección General de Trabajo y el Departamento de Salud Laboral de la central obrera PIT- CNT.
Cuando la vida del trabajador importa poco
Según relató la trabajadora, hace 6 años que se desempeña en diferentes quintas de la región en la época de zafra y jamás tuvo ningún tipo de problema de salud por lo que responsabiliza la fumigación de su actual estado.
“No sabemos qué tipo de veneno es el que usan para la vid, pero lo que sí sabemos es que no pueden fumigar mientras haya trabajadores en las quintas. Tampoco sé si este episodio se queda en esta erupción que tengo ahora o puede derivar en algo peor más adelante”, dijo.
Según indican “las condiciones laborales en Bodega Rosés ya eran bastante precarias, los trabajadores denuncian tener que trabajar bajo lluvia sin ningún tipo de protección y carecer de un sanitario para sus necesidades fisiológicas e higiene adecuada”.
“Lo de fumigar mientras los trabajadores almuerzan a escasos metros de las plantaciones o mientras están desarrollando sus tareas”, es un acto considerado por la central gremial como “criminal”.