Javier de Haedo e Ignacio MunyoJavier de Haedo e Ignacio Munyo desmenuzaron aspectos del Presupuesto y cuestionaron otros, ¿qué opinan?

Los economistas sostuvieron un diálogo que abarcó Consejos de Salarios, inversión y política monetaria en Uruguay, entre otros, en un evento de Asociación de Promotores Privados de la Construcción.

En diálogo fluido y cada uno con su ángulo, los economistas Ignacio MunyoyJavier de Haedo “pelotearon” los grandes temas de la economía nacional, con ejes en el Presupuesto, Consejos de Salarios, inversión y política monetaria, en el “Coloquio de pesos pesados”, que organizó ayer la Asociación de Promotores Privados de la Construcción (Appcu), en la feria de este sector en la Rural del Prado.

De Haedo consideró que hay que reconocer las restricciones que impone la economía política “para pararnos en la realidad”, aunque no por ello dejar de luchar; apuntó que los cambios propuestos vinculados al Impuesto Mínimo Global (IMG) es para adecuar al país a las nuevas realidades; valoró positivamente los incrementos patrimoniales por activos radicados en el exterior; dijo que el impuesto del 22% para empresas como Temu había quedado corto; valoró también la desindexación de los salarios de la inflación.

Munyo, por su parte, se mostró preocupado porque en el proyecto de Ley de Presupuesto se plantea que la inversión va a ser del 16% del PIB y no del 20% como había dicho el Ministerio de Economía (MEF); observó que también en el Presupuesto se proyecta “un país igual de caro que ahora, para los próximos cinco años de gestión” —dijo— ; y propuso que “Uruguay tiene que ser más generoso con la inversión, porque pensamos que lo somos, pero la competencia internacional ha aumentado mucho”, afirmó.

“Cuando se exprime la naranja y no da más jugo, hay que hacer reformas”, destacó en otro orden de temas.

De hecho, si Munyo tuviera que jerarquizar una exigencia para hacerle al gobierno, sería seguramente que cumpla con las reformas que necesita el país, priorizando el objetivo de “desempapelamiento” que prometió el MEF. Esto es, simplificar y agilizar procesos, con miras a abaratar costos y atraer inversiones. “Más que atraso cambiario, hay atraso de reforma”, lanzó.

Además, señaló que “mientras se hacen reformas (estructurales en el país), los empresarios son rehenes del desfasaje de velocidad”.
Ambos economistas coincidieron, entre los múltiples temas que abordaron, en que el objetivo de desdolarización que se plantea el Banco Central (BCU) es inviable. Al decir de De Haedo: “Los uruguayos estamos con dólares en la cabeza y eso no va cambiar por más que un burócrata lo quiera”. Y según palabras de Munyo: “Es perder el tiempo hablar de desdolarización”.

Asuntos bajo la lupa
De Haedo afirmó, tal como señalamos, que habría que reconocer las restricciones que impone la economía política no solo por el presupuesto con el que se dispone, sino también porque éste enfrenta un contexto internacional de neoproteccionismo. “No obstante, no hay que rendirse ante eso, hay que tratar de ganar la batalla”, dijo al señalar la importancia de que el gobierno cumpla con las promesas de campaña.

El gasto público viene creciendo desde gobiernos anteriores, incluso, por períodos, bastante por encima de la inflación. Según datos de Ceres, creció dos veces y medio desde el año 2005 a la fecha. “¿Qué servicio ofrece? Como país, no logramos un presupuesto con contrapartida de resultados. Se discute adónde van los gastos (primera infancia, seguridad, etcétera), pero no sobre los resultados”, cuestionó Munyo.

Su preocupación central está en la meta del MEF de hacer crecer a 2,5% el PIB, ya que esto depende muy poco de lo que se pueda hacer en Uruguay, y mucho de factores externos. Ahora, como el contexto externo es neutro, a su entender, es momento de avanzar. “Hay que sacar los remos”, alentó al considerar que hay que enfocarse en lograr mayores inversiones.

De Haedo recordó que este país sí tuvo una gran inversión con UPM en su momento. Pero actualmente no hay algo similar en la mira, lo que hace más difícil que el PIB crezca.

Sobre el planteamiento del MEF de alcanzar una mejoría fiscal hacia el final del período de su administración, De Haedo afirmó que “no es creíble”. Algo similar se propusieron algunas otras administraciones anteriores, sin resultados. “Ojalá los astros se alineen”, expresó.

Sobre los Consejos de Salarios, De Haedo destacó que “No va a haber gatillos en esta ronda, prácticamente”, porque ningún aumento es inferior a 4,5% (inflación estimada), por lo que la desindexación se habría logrado en los hechos. El economista destacó que ésto responde a la credibilidad de una inflación que ha bajado sistemáticamente, lo que hasta ahora no se había dado.

Resumiendo algunos puntos, De Haedo ve que los cambios en el Presupuesto son “mínimos” y también en materia de salarios, salvo la innovación de la desindexación.

“La política salarial se volvió consistente con la política monetaria, pero la política fiscal es inconsistente con las otras dos”, agregó.

De su lado, Munyo expresó un pensamiento que sonó a desafío: “Cuando suba el dólar y la inflación se mantenga, sí habrá un cambio en el régimen cambiario, ahora no lo veo”.

Sobre su visión del mundo del trabajo, Munyo destacó que en la regulación aún falta incorporar nuevas categorías laborales y actualizaciones en materia de descripciones de cargos (importante en la medida en que son la base para la determinación y suba de salarios). Los cargos deberían definirse en función de responsabilidades y no de funciones, para no ir contramano de los avances mundiales de los nuevos tiempos.

“Nuestra regulación no está adaptada a las necesidades del trabajo”, redondeó, un asunto en el que ha estado insistiendo, sobre todo ante las negociaciones salariales.

“Hay que proteger al trabajador y no al puesto de trabajo”, atajó De Haedo a determinada altura del coloquio, al hacer foco en los trabajadores que van a quedar por el camino cuando se aceleren los cambios tecnológicos en Uruguay (una realidad que ya ha comenzado y es difícil de evitar), y también considerando que la protección social “no es buena para quienes están en negro”, acotó.

En cuanto a las proyecciones, según Munyo, lo más probable es que no haya crecimiento del PIB uruguayo en el segundo semestre de este año, aunque reconoció que, si las tasas de interés en EE.UU. (la Fed) siguen a la baja, será algo bueno para Uruguay.

“El problema es que ese factor no depende de nosotros”, insistió, refiriéndose al gobierno nacional.

Finalmente, “no existe capitalismo sin lágrimas”, dijo De Haedo, al comentar la idea de economistas que sostienen que, para que el Producto Interno Bruto crezca, las empresas tienen que morir y nacer, lo que permite la innovación.

Así, con una breve reflexión sobre este postulado que esgrimen los Premio Nobel de Economía 2025 —Joel Mokyr, Philippe Aghion y Peter Howitt—, los economistas mencionaron la idiosincracia de este país, que se resiste a ese tipo de dinámicas. “Es muy difícil que Uruguay vea bien a las empresas morir”, coincidieron, poniendo punto final al evento.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 17 Octubre 2025