PROYECTANDO LA REFINERÍA DEL FUTURO
ANCAP invirtió US$79 millones en la parada de mantenimiento: mirá las fotos
Casi 1500 personas, entre personal propio de ANCAP y de las empresas contratistas trabajaron durante más de 5 meses en turnos de 12 horas y hasta de 24 en la unidad de cracking.El funcionamiento habitual de todas las refinerías del mundo lleva a que, cada determinado período de tiempo, se deban parar todas las operaciones y realizar un mantenimiento de las instalaciones. De esta forma se aumenta la vida útil y se recupera la eficiencia en el proceso de refinación.
En el caso de la refinería de La Teja, al tratarse de unidades en serie, es necesario detener todo el proceso mientras duran las tareas, y es por esto también que se trata de dilatar estas paradas el mayor tiempo posible, explicó Mario Rodríguez, gerente de Mantenimiento de ANCAP.
Durante una parada de mantenimiento se intervienen todos los equipos de la refinería y además se aprovecha para agregar nuevos elementos para aumentar la eficiencia.
Los trabajos realizados en esta parada comprenden el cambio de tres torres de destilación, de unos 30 metros de altura y entre 20 y 23 toneladas de peso cada una, cambio de precalentador de aire de horno, la instalación de 17 bombas nuevas de hasta 250 caballos de fuerza, la reconstrucción de la chimenea del incinerador y la adecuación tecnológica del cracking.
Justamente, en esa última unidad es donde se realizarán los mayores cambios, que es a su vez, la unidad que da mayor ganancia a la refinería. El cracking catalítico es el proceso que convierte un producto de bajo valor comercial, los somete a gran presión y temperatura, para producir transformaciones en las cadenas de carburos que permiten elaborar gasolinas y otros productos. Esta unidad entró en funcionamiento en 1996 y las dos torres que fueron sustituidas en su totalidad eran de 1962, por lo que estaban llegando al final de su vida útil.
La inversión total en esta parada de mantenimiento fue de US$ 79 millones, de los cuales US$67 millones se destinaron a la unidad de cracking. Todos los trabajos ocuparon a 470 empleados de la refinería, y entre las empresas contratadas hubo un promedio de 1000 operarios más trabajando de lunes a sábado durante doce horas diarias. La unidad de cracking catalítico mantuvo un régimen especial, con 200 personas trabajando allí las 24 horas del día los 7 días de la semana. En esta parada además se redujo a menos de 10% la cantidad de operarios extranjeros realizando tareas especializadas.
Según las autoridades de ANCAP, las obras realizadas alargan la vida útil de la refinería por varias décadas y la preparan para un futuro de transformación energética, cuando deje de procesar combustibles fósiles.