En suelo duraznense, con escasas protestas y con anuencia presidencial, quedó inaugurada “la mayor inversión de la historia de UPM”
La inauguración formal de la planta procesadora de pasta de celulosa de UPM tuvo ribetes de espectáculo, pensados desde una empresa dedicada a este tipo de eventos, con música y puesta en escena incluida.Ambientado como un monte —con sonido de pájaros—, el acceso al enorme salón dispuesto para el acto protocolar ya hacía presagiar las características del acto, desarrollado a medio camino entre Finlandia y Uruguay.
Los dos países involucrados en la mayor inversión histórica de UPM a nivel global, coincidentemente la más grande inversión económica recibida por Uruguay desde un conglomerado privado, tuvieron participación activa en la ceremonia que comenzó sobre las 13 horas, a pocos metros de la propia planta.
Muy cerca de Pueblo Centenario y Paso de los Toros, la producción no se detuvo en ningún momento, a excepción de la enorme chimenea que minutos antes de las 12 horas dejó de enviar señales de humo al cielo.
Mientras cientos de personas cumplen funciones en el complejo industrial más grande del centro del país, el presidente de la República Oriental del Uruguay lideró un acto en el cual participó gran parte de su gabinete —ministros, subsecretarios y secretarios—, intendentes de la región y cientos de empresarios invitados especialmente para la ocasión.
El acto fue bilingüe, desde la participación del titular de UPM hasta la conducción. Donde sí primó Uruguay fue en la música, telón de fondo dado por el candombe de la comparsa C1080 y el tango “La Cumparsita”. Antes y después, se respiraban aires nórdicos a orillas del Río Negro.
Palabra presidencial
Decenas de medios de la capital del país cubrieron la actividad, ruta 5 mediante. El gran atractivo se situaba en la presencia de Luis Lacalle Pou y su equipo de trabajo.
Los colegas lo esperaban al ingreso formal, pero tanto el primer mandatario como los intendentes hicieron su presentación obviando este acceso. “Ya está adentro”, dijeron los colegas.
Entonces todo sucedió puertas adentro, donde las enormes pantallas led dominaban el escenario.
“La obra es producto de la concepción que han tenido las administraciones uruguayas de respetar contratos, la Constitución, de disponer de una ley forestal, de un tratado de protección de inversiones con Finlandia y del cuidado del ambiente”, aseguró el presidente de la República en la inauguración de la planta industrial de UPM II. “Los gobiernos en Uruguay no tienen complejos refundacionales y eso genera confianza”, agregó.
Respecto a presencias, dominaron las orientales por sobre las europeas, que también las hubo, desde la representación diplomática de Finlandia en el Río de la Plata, con sede en Buenos Aires.
Junto con el mandatario estuvieron presentes el secretario y prosecretario de Presidencia, Álvaro Delgado y Rodrigo Ferrés respectivamente; los ministros de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini; de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos; de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres; de Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero; de Turismo, Tabaré Viera; de Interior, Luis Alberto Heber; los intendentes de Durazno, Carmelo Vidalín; de Tacuarembó, Wilson Ezquerra; de Río Negro, Omar Lafluf; de Montevideo, Carolina Cosse, y los integrantes del Directorio de la empresa finlandesa, encabezado por el presidente, Henrik Ehrnrooth, entre otras autoridades.
En su intervención, Lacalle Pou reflexionó, en nombre del Estado, y recordó que desde 1987 hasta la fecha han intervenido distintos gobiernos para impulsar la cadena forestal, la ley de puertos y el tratado de protección de inversiones con Finlandia.
“Los gobiernos en Uruguay, con distintas sensibilidades, matices, impulsos e ideologías, no tienen complejos refundacionales; eso genera confianza. Hay Constitución, leyes y contratos que siempre se van a respetar. Uruguay, en todo lo relacionado con la industria, tamiza la sustentabilidad ambiental porque protege el ecosistema y piensa en las nuevas generaciones”, sostuvo.
Antes de la ceremonia oficial de apertura, Lacalle Pou recorrió las instalaciones de la fábrica, acompañado por Delgado, Ferrés, los directivos de UPM y los intendentes Vidalín y Ezquerra. En ese sentido, valoró que “la infraestructura es de última generación y fue hecha con profesionalismo y dedicación de todos los obreros que trabajaron en ella”.
La estabilidad por delante
Omar Paganini, ministro de Industria del Uruguay, tomó la palabra. Siguió de cerca lo que tenía escrito y así se refirió a la mayor inversión recibida por el país desde un operador privado.
En ese marco, destacó las condiciones institucionales, tales como “la democracia plena, el imperio de la ley y el respeto a los compromisos y contratos asumidos, así como la estabilidad política y social. Estos aspectos que ostenta Uruguay fueron clave a la hora de captar la mayor inversión productiva en el país, que insumió 3.470 millones de dólares”.
Paganini remarcó la importancia de la cadena forestal-industrial, que es ejemplo por la sostenibilidad y cuidado del ambiente con certificación internacional, descentralizada con dinamismo regional, tecnología de última generación, integración de todos los procesos, inserción internacional y potencial de la bioeconomía como una gran oportunidad para el mundo sin fósiles, que migrará al uso de combustibles alternativos.
La mejora de la infraestructura a nivel nacional, la conexión en una red logística multimodo con el ferrocarril, el camión y el puerto como pilares fueron otros aspectos considerados indispensables para concretar la obra, agregó el ministro.
Un complejo sencillo
La planta industrial que se inauguró ayer ya estaba en operaciones desde hacía semanas, a tal punto que ya embarcó su primer cargamento de celulosa, tal como comunicó El Acontecer en ediciones pasadas.
La historia del complejo es dilatada y engloba negociaciones entre gobiernos y empresas, entre partidos políticos y gobernantes de turno. Allí aparece Durazno como actor protagónico, cobrando mayor presencia en el escenario cuando UPM se inclinó por construir a orillas del Río Negro…, pero del lado duraznense.
La planta inaugurada ayer inició operaciones en abril de 2023 y se ubica a orillas del Río Negro, cerca de Pueblo Centenario. Producirá 2,1 millones de toneladas de celulosa por año, a través del consumo de 7 millones de metros cúbicos de madera. La obra posiciona a Uruguay entre los principales exportadores globales de celulosa de mercado.
Está diseñada para enviar su producción por ferrocarril hasta la terminal especializada de UPM en el puerto de Montevideo, que posteriormente será cargada en buques transoceánicos con destino a Europa y Asia.
Mientras el tren falta con aviso, el transporte se genera por modo carretero, a través de ruta 5. De hecho, ya están circulando por esta vía los camiones cargados con celulosa y los que contienen productos químicos.
Las cifras respecto de la generación de puestos de empleo directos e indirectos las colocaremos entre comillas, pues corresponden a los datos que brinda UPM. El cuestionamiento desde diferentes frentes a la realidad de estas cifras nos obliga a ello.
“El emprendimiento genera 7.000 empleos directos y 10.000 indirectos a través de los puestos en la cadena de valor (más de 20.000 uruguayos participaron de la construcción) y 600 medianas y pequeñas empresas. Redistribuirá 290 millones de dólares en salario neto anual; generará un impacto de 3,4% en el producto bruto interno (PBI) con el crecimiento de las operaciones y 280 millones entre impuestos y contribuciones al seguro social en forma anual. Además, le permitirá al país alcanzar los 1.900 millones de dólares en exportaciones de sus productos, por año”, se indicó desde estamentos oficiales vinculados a Presidencia de la República.