ecomnLa “cruda realidad” que los empresarios hicieron ver a Francisco Bustillo

Éstos cuestionan la “voluntad” de integración.Mejorar la inserción internacional ha sido uno de los objetivos del actual gobierno, pero, a pesar de diferentes intentos, los empresarios cuestionan la “voluntad política” de integración en los países de la región.

En la presentación del informe “Caminos para la integración, facilitación del comercio, infraestructura y cadenas globales de valor”, realizado por CAF-banco de desarrollo de América Latina (y del que El País dio cuenta el 19 de noviembre pasado), se señaló que Uruguay presentó niveles de comercio inferiores al promedio regional y con bajo dinamismo en el período 1980-2019, pasando su inserción internacional de 40 a 48 puntos del Producto Interno Bruto (PIB), mientras que el promedio regional se encuentra en 62 puntos del PIB.

Este documento, explora la hipótesis de que la baja inserción internacional de las empresas de América Latina en general y, en particular, de Uruguay, se debe en parte al poco aprovechamiento del espacio regional como complemento de una estrategia de expansión global de las exportaciones.

En este sentido, el ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, dijo ayer en la presentación que el documento aborda los beneficios de una mayor apertura regional y global, así como en la “retroalimentación derivada de esas aperturas”.

Asimismo, sostuvo que la CAF ya está apoyando los proyectos de la concesión a la hidrovía Uruguay-Brasil (Laguna Merín) y el proyecto que hace al puente Monte Caseros-Bella Unión,

“Estas acciones se traducen en un impulso entre el comercio de economías vecinas, lo que desencadena incentivos para reducir aranceles y otros obstáculos al comercio regional, como las barreras no arancelarias y promueve medidas de facilitación del comercio”, afirmó.

En tanto, señaló que la agenda para la integración se puede resumir en “tres grandes andariveles”. El primero, sostuvo que es la reducción de “los niveles de aranceles, aplicados unilateralmente, que en algunos casos son todavía altos” en el Mercosur e “incompatibles con una estrategia de regionalismo abierto”.

El segundo andarivel, dijo que es la “necesidad de trabajar en la disminución de los costos aduaneros y de frontera, y en mejoras sustantivas en la infraestructura de transporte que facilite la integración física entre los países, incluyendo aquella que favorece la integración energética”.

El último “refiere a las regulaciones domésticas y regionales, por ejemplo las normas de origen, que faciliten la integración productiva entre las economías, promoviendo la participación de las empresas en cadenas globales de valor”.

“La clave está, desde nuestro punto de vista, en conciliar la voluntad política con una buena dosis de pragmatismo y simplificación de trámites transfronterizos que no suman, diríamos que restan”, sostuvo el ministro.

Empresarios
En tanto, se desarrolló un panel que contó con la participación de Juan Martínez, presidente de la Confederación de Cámaras Empresariales, la gremial que agrupa a las mayores cámaras empresariales del país.

“El informe nos hace aterrizar a la cruda realidad que vivimos los empresarios en el día a día”, señaló Martínez.

Asimismo, afirmó que en 2019 desde la confederación plantearon una serie de medidas para impulsar el desarrollo productivo y la economía, en donde todos los empresarios pusieron “el ojo” en la mejora de la competitividad, siendo que en un país como Uruguay, “es obligatorio tener una mayor inserción nacional e incrementar su comercio global”.

En función de esto, señaló que plantearon “la necesidad de encarar y rever los bloques existentes”, en referencia al Mercosur, en donde lo único que se logró “es tener un arancel común bastante elevado relativamente”.

Asimismo, señaló que se debe hacer autocrítica de los niveles de competitividad en el país, ya que no se puede “salir al mundo” si se tienen regulaciones y trabas internas, tarifas o falta de capacitación, que permitan brindar productos y servicios de calidad. “Ahí venimos trabajando en mejoras, inclusive con esta administración de gobierno”, agregó.

Por otro lado, dijo que en la “diversidad” de propuestas de los países latinoamericanos, “no han sabido concordar y conciliar acciones para enfrentar la región”.

A su vez, agregó que hay esfuerzos comerciales, empresariales bilaterales y desde Cancillería para facilitar el comercio, pero se preguntan “si existe al voluntad política” en los países del bloque, en tener una “real integración”, en donde “basta pensar que no tenemos un visado común sudamericano”.

“Entonces, ¿hasta dónde existe esa voluntad? Mientras esta no exista, por más que el sector empresarial empuje, se va a encontrar con trabas, con altos costos de traslado, de comercio frenado por demoras o de falta de competitividad en precios, que tenemos que buscar, en el caso de Uruguay, nichos muy pequeños, para segmentarnos y poder allí volcar nuestra producción”, agregó.

El panel, contó a su vez con la participación de Marcel Vaillant, profesor de Comercio Internacional en la Universidad de la República; Juan Labraga, director de Política Comercial del Ministerio de Economía y Finanzas; Pablo Mosto, gerente de Área Planificación de UTE; y Adriana Peluffo, investigadora y docente en el Instituto de Economías.

Recomendaciones del CAF para la inserción regional
El representante de CAF en Uruguay, François Borit, dio inicio al evento y expresó que los grandes retos que se encuentran para una mejor inserción regional, son la reducción de costos aduaneros; proveer mayor integración e infraestructura para la integración regional; adecuar la regulación tanto nacional como regional, para que haya una integración productiva más efectiva; y la cooperación de la agenda ambiental, social y climática.

A su vez, al presentar el documento, Lian Allub, economista principal en la Dirección de Investigaciones Socioeconómicas del CAF, destacó que la “integración comercial permite a los países expandir sus mercados, promoviendo ganancias de especialización y economías de escala, impulsando al productividad y el bienestar en general”.

Asimismo, señaló que la firma de “numerosos acuerdos de libre comercio al interior de América Latina y el Caribe, ha permitido eliminar aranceles implicando que casi el 85% del comercio no está sujeto a estos tributos”.

Sin embargo, sostuvo que tanto en la región como en Uruguay, el comercio tuvo un aumento moderado, “explicado principalmente por un bajo nivel de comercio interregional”. En tanto, sostuvo que Uruguay tuvo un incremento significativo en la exportación de servicios tecnológicos, que pasó de representar el 1% de las exportaciones, al 10% de las mismas.

Dentro de la agenda “pragmática” que propone el CAF, se encuentran la facilitación del comercio, infraestructura de transporte e interconexión y regulaciones para fomentar la integración productiva.

En este sentido, Allub señaló que Uruguay “tiene espacios de mejora en lo relacionado a facilitación de comercio” y destacó que la simplificación y armonización de las reglas de origen, en lo relacionado a la integración productiva, podrían impulsar la integración del país en cadenas regionales y globales de valor.

Iniciativas para facilitar el comercio

Dentro de las iniciativas que plantea el CAF, se encuentran la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE, la cual ya se emplea en Uruguay), el programa de Operador Económico Autorizado (certifica firmas para realizar operaciones de comercio exterior, reduciendo el número de controles para exportar e importar), servicios postales simplificados para exportaciones de mipymes, Transporte Internacional de Mercancías (TIM, el cual facilita el tránsito de bienes, reduciendo y unificando documentos), entre otros.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 16 Marzo 2022