puerto32Sobre lastres y corsés

"A casi 30 años de la Ley de Puertos, tan beneficiosa para la competitividad, la borramos con el codo y le asestamos un duro golpe al comercio exterior".Uruguay se queja del lastre y corsé que hoy representa el Mercosur, pero, ¿qué hace con los lastres y corsés autoimpuestos por propia determinación?

Por Alejandro Gorostidi (*), especial para El Observador

Son ya sabidos los reclamos del sector productivo del país con respecto a los cambios estructurales necesarios para una mayor competitividad. Ahora resulta que no sólo nadie “agarra el toro por las guampas” para procesarlos, sino que por decisión propia se trata de empeorar aún más la competitividad.

Con un mercado interno tan pequeño, hay monopolios de hecho, como en la cerveza. Aunque hay omisión del Estado en su rol de regulador de la competencia, en este caso a quien no le guste podría elegir no tomar cerveza o tomar vino.

También tenemos monopolios legales con impacto en todos los sectores, como con los combustibles, en los que no hay posibilidad de escaparse (salvo el caso de las pasteras operando en Zonas Francas). Alguno podría pensar que al menos se trata de un monopolio estatal y que esto garantizaría la soberanía en un sector estratégico.

Volviendo a lo pequeño de nuestro mercado interno, es por eso mismo que el comercio exterior es el motor del desarrollo nacional. Asimismo, sabemos que un 85% de las exportaciones son de origen agropecuario y que el transporte marítimo mueve casi el 90% del comercio mundial.

¿Qué hemos hecho entonces con aspectos estructurales que afectan a todo el comercio exterior, en un sector estratégico y con impacto en cuestiones de soberanía nacional, como es el sector portuario?

Este fue casi el único cambio estructural que Uruguay logró procesar en las últimas décadas. La llamada “Ley de Puertos” instauró un régimen de libre competencia en el Puerto de Montevideo, permitiendo que la actividad portuaria incrementara su productividad, lo que resultó en mejoras para la competitividad del comercio exterior. Hoy el movimiento portuario en números redondos es de unos 14 millones de toneladas en Montevideo y un volumen similar en Nueva Palmira.

En lo que hace a las exportaciones de granos, los usuarios se benefician de la libre competencia de dos terminales graneleras especializadas y una multipropósito en Nueva Palmira, a la que se suma otra terminal especializada en Montevideo. Hoy tienen libertad de elegir en qué terminal operar.

En lo que hace al comercio en contenedores de carnes, lácteos, arroz, cítricos, así como la mayoría de los bienes de consumo e insumos para la industria y el agro, estos se mueven por Montevideo. Allí existe una sola terminal especializada en contenedores, que goza de una concesión pública y se llama TCP. A pesar de lo que han venido haciendo sucesivos gobiernos, la libre competencia hasta ahora ha sido garantizada de alguna forma por la existencia de Montecon, un operador privado que opera en los muelles públicos. Así que hoy al menos los usuarios tienen la libertad de elegir entre estas dos empresas.

Lamentablemente, hoy parece que se quiere involucionar, extendiendo por decreto hasta el año 2081 la concesión a TCP y otorgándole innecesariamente un monopolio que ni siquiera es legal y es violatorio de la Ley de Puertos y la de Defensa de la Competencia.

Asimismo, en vez de regular un monopolio privado, el gobierno lo desregula expresamente, eliminando las tarifas máximas existentes en el anterior contrato de concesión. Los usuarios pagarán lo que este monopolio privado decida. Sin regulación y sin competidores, la referencia a “fijar precios de mercado” de la nueva normativa no tiene sentido alguno, ya que el “mercado de referencia” será la propia terminal operada por quien fijará las tarifas.

A casi 30 años de la Ley de Puertos, tan beneficiosa para la competitividad, la borramos con el codo y le asestamos un duro golpe al comercio exterior. Pareciera que la libertad no es hoy el principio rector y que hay entrega de soberanía en un sector estratégico.

En este caso, es el gobierno quien decide que carguemos más lastre y ajustemos el corsé.

(*) integrante de Un Solo Uruguay / Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Diario EL OBSERVADOR -Montevideo - URUGUAY - 30 Abril 2021