Cabildo Abierto propone limitar la forestación y apostar a la producción de alimentos
El objetivo es “proteger al medio ambiente” que debe liderar la agenda de Estado sin depender de los gobierno de turno, también “proteger y asegurar la producción de alimentos” y la “permanencia” de las familias en medio rural”
La forestación siempre ha estado en el centro de atención de Cabildo Abierto. El senador Guido Manini dijo que no se opone a esa actividad, pero que está “en contra del modelo celulósico” que hace del país “en un gigantesco bosque” controlado por “multinacionales”, que empelan “un par de miles” de uruguayos y “corre a la gente de los campos” en perjuicio de la producción de alimentos que es donde Uruguay debe centrarse.
En ese mismo sentido, el Dr. Rafael Menéndez, diputado de Tacuarembó por Cabildo Abierto, presentó un proyecto de ley de tan solo tres artículos pero que introduce importantes cambios en la producción forestal limitándola suelos con índice Coneat menor a 76, debe estar a 300 metros de los cursos de agua, obliga a la rotación y le da a la Dinama un papel protagónico.
Consultado por La Mañana dijo que con ese proyecto, a pesar de ser tan breve, tiene “múltiples enfoques y alcances” y que el objetivo es “proteger al medio ambiente que debe ser el ítem número uno en cualquier agenda de Estado sin depender de los gobierno de turno”, pero también “proteger y asegurar la producción de alimentos” y la “permanencia” de las familias en medio rural”.
Además “todos sabemos cuáles son los beneficios que se le han dado” a las empresas forestales, y “eso va a provocar un aumento de la actividad forestal que obviamente puede pagar mejores precios, y por lo tanto va a desplazar a otros tipos de producciones como la agrícola, la ganadera y la lechería”.
El legislador considera que una forma de prevenir ese problema que se nos viene es “la limitación de la forestación exclusivamente a las áreas de prioridad forestal, siempre que no sobrepase el índice Coneat 76 que es lo que actualmente tienen las hectáreas forestadas en Uruguay”, lo cual está previsto en el artículo 1 del proyecto.
“Teóricamente, Uruguay tiene en prioridad forestal el 25 % del país, 4.300.000 hectáreas están en suelo de prioridad forestal, eso fue establecido por la Ley Forestal 15.939 de 1988 que tiene cuatro artículos reglamentarios y en cada uno se fue extendiendo el área forestal. Empezamos con 1.700.000 y ahora estamos con más de 4 millones de hectáreas”, explicó.
Lo que “pretendemos es que no pase como ahora, que se sigue forestando por fuera de las áreas de prioridad forestal, y por lo tanto en un montón de campos con índice Coneat muy superior. Campos en los que en otro momento se producía alimentos”, subrayó.
Otro punto es el de los cursos de agua, los que “pretendemos proteger”, dijo Menéndez, ya que “está comprobado que la forestación disminuye la cantidad de agua en la napa freática”. El proyecto de ley establece “que la distancia que debe haber a un curso de agua al borde del monte tiene que superar los 300 metros”, explicó Menéndez. “Hoy vemos que eso no pasa” cuando “es una evidencia que la forestación seca todos los cursos de agua donde se establece”, comentó.
No se trata de estar en contra de la forestación, sino que “se plante dentro del área forestal, que no supere el índice Coneat 76”, destacó el legislador.
Por otra parte se pretende que la forestación “tenga las mismas exigencias que los cultivos de cereales y oleaginosas” en cuanto a “la exigencia de la rotación del cultivo”. Es lo que propone el artículo 2.
Argumentó que actualmente, cuando “se termina de cortar los árboles se empieza a plantar nuevamente. Pretendemos que no se siga expoliando la tierra indiscriminadamente y que se respeten las rotaciones de los cultivos”.
El proyecto no establece qué tipo de rotación debe hacerse, “entendemos que si se rota entre árboles con especies diferentes, ayudaría también a lograr que no sea solo solamente producción de árboles para celulosa”.
Lo que está pasando ahora en Tacuarembó y Rivera, que es donde hay mayor cantidad de pinos, “es que cuando se levantan los pinos se plantan eucaliptos por los márgenes” que da la producción de celulosa.
Eso sucede por los “beneficios que le hemos dado a una planta” de celulosa que “la estamos ubicando en una zona franca” y con eso “lo que se va a lograr es que la producción de árboles sea exclusivamente para la producción de celulosa. Entendemos que con la rotación permite, aunque sea entre diferente especies de árboles, mantener una industria que genera mucho más mano de obra como es la industria del pino y que además no sea tan dañina para el medio ambiente”, explicó.
El último artículo pone a la Dirección Forestal que depende del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, y la Dirección Nacional de Medio Ambiente en un rol más activo porque actualmente “hay muchas iniciativas forestales que no pasan por la Dinama y nosotros pretendemos que la Dinama sea partícipe de proyectos forestales” y no como ahora que “la gran mayoría sólo son aprobados por la Dirección Forestal”, señaló, y agregó que hay proyectos forestales “de menos de 100 hectáreas que directamente no pasan por la Dinama”.
Diversificar y cuidar el entramado social
Menéndez profundizó en el alcance del proyecto que no se limita a lo productivo sino que incide directamente en el entramado social del país, algo que “Uruguay debe cuidar” y que no está pasando porque no se tiene en cuenta todo “lo que deja por el camino el establecimiento de los montes”.
“Todos sabemos que existen pueblos que han desaparecidos después que comenzó la forestación, y sabemos que una de las causas fundamentales del desplazamiento de la producción ovina es la forestación”, aseveró.
“Vivo en el departamento más forestado del país, y he visto la evolución del modelo forestal a pleno en estos departamentos donde se ha instaurado, y realmente deja mucha cosa en el camino, han desaparecido las escuelas rurales y los poblados, y no quiero para todo el país lo que vi que pasó en estos departamentos donde se dio carta libre” a la forestación.
“Por la ley forestal se han otorgado muchísimos beneficios que no lo tienen otras cadenas productivas, por lo que intentamos poner ante la misma situación a los diferentes rubros y que Uruguay pueda producir materia prima, dar mano de obra y sobre todo diversificar. No jugarnos a una sola producción” que además es perjudicial para el medio ambiente.
El legislador dijo que tiene “mucho contacto con gente que trabaja en el sector forestal. Conozco la opinión de los productores porque soy productor agropecuario, soy veterinario y trabajo con muchos productores”.
También “me interesa mucho la gente que la tildamos de ‘ambientalista’ y muchas veces consideramos que su opinión está fanatizada, pero lejos de eso creo que tiene una visión más a largo plazo y hay mucha gente que no lo ve”, destacó.
Un proyecto sin banderas políticas
El proyecto fue presentado con la firma de “todos los legisladores de Cabildo Abierto” pero “esto no depende de la fracción política porque pretende proteger el trabajo del Uruguay, el medio ambiente uruguayo, así que creemos que vamos a contar con el apoyo de muchos legisladores”, algunos de los cuales ya lo han expresado.
“Antes de presentar el proyecto” formalmente, “se lo hicimos llegar a varios diputados que “nos llamaron y nos dijeron que lo estudiaron y lo van a aprobar. Dependemos de la voluntad de quienes nos han llamado, pero es un proyecto equilibrado que no debería tener banderas políticas”, concluyó.
Los tres artículos
El artículo 1 “limita la aprobación de los proyectos forestales de bosques” a áreas cuyo índice Coneat “sea en todos los casos inferior a 76”, y “el borde del monte” debe mantener una distancia “siempre superior a los 300 metros” de cursos de agua.
El artículo 2 obliga a “proyectos de rotación de cultivos entre cada turno forestal”, entendiéndose por tal “el período transcurrido entre la plantación y la cosecha del monte”.
El tercer y último artículo determina que la aprobación de los proyectos forestales “estará a cargo de la Dirección Forestal y la Dinama” (Dirección Nacional de Medio Ambiente) que “en todos los casos deberán considerar prioritariamente la voluntad de los habitantes de las zonas afectadas”.