Gobierno y FA chocaron codos, bajaron tensiones y debatieron más subsidios y aportes
Miranda dijo que el gobierno "mide los tiempos" y "no descarta pedir esfuerzo a los que más tienen"; Lacalle planteó que le hubiera gustado tener esas instancias con Vázquez cuando fue oposición
Sentado en la cabecera de la mesa en el piso 11 de la Torre Ejecutiva, Luis Lacalle Pou recordó este martes los tiempos no muy lejanos en los que, aún como senador y líder de la oposición, reclamaba con fervor cruzar la puerta del edificio en plaza Independencia y conversar cara a cara con el entonces presidente Tabaré Vázquez.
“A mí en su momento me hubiera gustado tener esta instancia con Vázquez”, lanzó el actual mandatario. A su derecha estaba la ministra de Economía Azucena Arbeleche. A su izquierda, el secretario de Presidencia Álvaro Delgado. Del otro lado de la mesa cuadrada, algo más alejados, lo escuchaban atentamente los cuatro delegados del Frente Amplio que llevaron al gobierno las propuestas y reclamos de la oposición.
Al ingresar a la sala de reuniones hubo choque de codos, espacio entre unos y otros, y risas por tener que evitar el saludo.
La reunión que era reclamada hace días por la coalición de izquierda finalmente se concretó y dejó a ambas partes conformes. De un lado y del otro se vio el encuentro como una señal clara de “apertura” que dejó las puertas abiertas para continuar la senda del diálogo en plena crisis por el avance del coronavirus.
Acompañado por dos de sus personas de máxima confianza, Lacalle recibió al presidente del Frente, Javier Miranda, con una delegación completada por el secretario general del Partido Comunista, Juan Castillo, y los senadores Mario Bergara (Fuerza Renovadora) y Daniel Olesker (Partido Socialista).
A la salida del encuentro, que duró casi una hora y media y que tuvo como foco analizar las medidas propuestas por el Frente Amplio, Miranda destacó el hecho de que oficialismo y oposición pudieran juntarse alrededor de una misma mesa y pensar en conjunto formas de hacerle frente a la crisis.
El presidente del principal partido de oposición remarcó también que el pedido del FA, de entablar un ámbito de conversación con participación de los actores políticos y sociales, no implicaba “cogobierno” sino “colaboración”. “Quien lleva las riendas es el gobierno”, aclaró Miranda en conferencia.
Salario mínimo nacional
Aunque el Frente Amplio llevó varias iniciativas y sugerencias, la que concitó la máxima atención de Lacalle Pou y su equipo fue la creación de un subsidio equivalente al salario mínimo nacional para todos aquellos hogares a los que no llega ninguna prestación de seguridad social.
En ese terreno, Lacalle pidió a Olesker que explicara a fondo la propuesta y el exministro de Desarrollo Social se explayó en números y variables.
La medida que se convirtió en parte medular del encuentro implica otorgar unos $ 13 mil mensuales (unos US$ 300) a los cerca de 310 mil hogares de trabajadores que no están registrados en el Banco de Previsión Social y quedarían “a la deriva” con el parate económico.
Olesker se tomó más de 20 minutos explicando esa propuesta al presidente, al secretario y a la ministra, a quien conoce desde hace muchos años, indicaron a El Observador fuentes políticas. En un escenario de “hipótesis máxima” –que implica extender el distanciamiento tres meses– el costo total de la medida, según dijo Olesker, es de unos US$ 240 millones. A ese monto se llega multiplicando el salario mínimo por los tres meses y restándole las prestaciones que ya cobra una parte de esa población, como las asignaciones familiares o lo que puedan recibir por la Tarjeta Uruguay Social del Ministerio de Desarrollo Social.
El Poder Ejecutivo no tiene previsto tomar esa medida tal cual está planteada por la coalición de izquierda pero sí está evaluando qué otras prestaciones puede ofrecer a los trabajadores que no están registrados en ningún sistema formal, además de las canastas alimenticias que entregará este mes que comienza y el que viene.
En el Frente Amplio –y así lo argumentó Olesker en la reunión– sostienen que el subsidio no solo sería un tema de justicia social, sino que además colaboraría a mantener activa la economía, en el entendido de que ese dinero luego es volcado al mercado de consumo.
"El presidente no descarta pedir mayor esfuerzo a los que más tienen"
En un mensaje enviado a dirigentes frenteamplistas en la tarde, Miranda resumió algunos de los puntos principales de la reunión. El presidente del FA dijo que hubo "un rico intercambio" con "buen clima". "El gobierno agradece nuestra voluntad de colaborar y la acepta", escribió. Miranda informó que "en varias ocasiones el gobierno ratificó su posición de que se va a gastar lo que sea necesario para enfrentar la emergencia" con "responsabilidad social".
Respecto al planteo del FA de "profundizar" las medidas –tanto a nivel de ingresos como de gastos–, el presidente del FA dijo que en el gobierno "son conscientes de que tienen que avanzar más pero prefieren ir midiendo los tiempos". "En este sentido el presidente manifiesta que no descartan pedir esfuerzo mayor a los que más tienen", informó.
En su mensaje, Miranda también pidió tener claro que el Frente no es gobierno, sino oposición. "Es importante para el país permitir que el gobierno gobierno. Somos oposición responsable, por ello tendemos la mano al gobierno", expresó.
Otro de los planteos realizados por el Frente Amplio fue el de alcanzar un acuerdo nacional con actores de diversos ámbitos para afrontar la crisis sanitaria. El gobierno aprovechó ese planteo para anunciarles que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social iba a convocar en los próximos días al Consejo Superior Tripartito precisamente por la situación laboral y empresarial generada por la emergencia sanitaria. Esa noticia fue muy bien recibida por los cuatro representantes frenteamplistas, que lo tomaron como un gesto de apertura hacia ese acuerdo. O al menos un primer paso para concretarlo. El Consejo Superior Tripartito es el órgano mayor de los consejos de salarios privados, con representación de trabajadores, empresarios y gobierno.
Como gesto recíproco de mano tendida, la coalición opositora se dijo dispuesta a votar el proyecto de ley que crea el Fondo Coronavius y dispone, entre otras formas de nutrirlo, un porcentaje de los salarios públicos mayores a $ 80 mil líquidos y de los cargos de confianza. De todas formas, dentro de la oposición hay matices en cuanto a la posición oficial que debe adoptarse.
Durante la reunión, el gobierno preguntó a los delegados opositores cuál sería su postura, pero el proyecto todavía no había llegado al Parlamento para ese entonces. La bancada del Frente discutirá el texto este miércoles. En la izquierda creen que las medidas anunciadas por el Poder Ejecutivo en las últimas semanas van “en el camino correcto”, aunque consideran que deben profundizarse algunos puntos, como el aporte del sector privado.
Algunos de esos conceptos fueron explicitados puertas adentro por los frenteamplistas, que indicaron que las medidas quedaban “rengas” y cuestionaron que se fueran anunciando “a cuentagotas”, contaron las fuentes. Desde el gobierno se insistió en que no se descartaba agregar otras fuentes de aportes.
La propuesta global del Frente Amplio tiene un costo aproximado de US$ 1.000 millones, aunque ese monto varía de acuerdo a la población comprendida por los beneficios y el plazo de duración. En conferencia de prensa, Bergara insistió en que se trata de “medidas transitorias” y que “si bien son costosas e implican endeudamiento, sería más costoso no tomarlas”.
Por su parte, Castillo dedicó su intervención –tanto dentro como fuera de la reunión– a remarcar la “importancia de los gestos” en la “construcción de los consensos”. “La reunión sirvió para romper el hielo, y bajar la tensión que se había generado, con la discusión de si pedíamos o no ser cogobierno. Eso quedó claro”, dijo el secretario general comunista a El Observador.
Castillo agregó que “una reunión que podía ser política y formal terminó siendo de trabajo”, y que quedó planteada la “necesidad de ampliar el diálogo a una mesa integrada también por organizaciones sociales”, tal cual reclama el PIT-CNT, en procura de un “gran acuerdo nacional”.
Entre algunas diferencias, matices, evaluaciones de medidas y risas por esos choques de codos que aliviaron la tensión, hubo un mensaje común que estuvieron de acuerdo en transmitir y reforzarlo a través de la unidad política. El Frente Amplio y el gobierno coincidieron en que la mejor medida para esta crisis sanitaria es que los uruguayos se queden en sus casas.