El plazo, UPM, el Estado y la pandemia: La opinión de Mercedes Vigil
Por: Mercedes Vigil
El coronavirus ha llegado sin aviso y los ciudadanos manejamos nuestra crisis personal echando mano a miserias y fortalezas propias.
Señor presidente, el plazo vence el 13 de abril.
El coronavirus ha llegado sin aviso y los ciudadanos manejamos nuestra crisis personal echando mano a miserias y fortalezas propias.
Durante miles de años el homo sapiens ha aprendido a sofisticar su vida sobre el planeta. La buena noticia es que esos años de sofisticación no han borrado nuestra memoria genética y seguimos preparados para afrontar toda crisis, con bastante éxito.
Hoy la crisis no solo es la enfermedad, es también las consecuencias de esta y no solo nos vulnera cuando llega, nos vulnera también cuando comprendemos las consecuencias que dejará.
La crisis está llegando al Estado ya que el coronavirus es una bomba sobre nuestra economía y marcará la desaparición de miles de empresas que, con sus aportes permiten su funcionamiento.
Hoy las solicitudes de ayuda económica se cuentan por miles y debemos recordar que el Estado funciona con aportes privados con lo cual, con empresas paradas, no habrá manera de sostener privilegios.
Transitamos tiempos aciagos y aún quedan ciudadanos que ignoran la gravedad de la situación y la importancia de la función de gobernar.
Por eso es tan importante las señales que se brinden desde el gobierno.
Si bien todos esperamos el milagro, el presidente no puede dejar en manos de la providencia ciertos asuntos fundamentales para que el Estado pueda seguir brindando aquellas funciones que no puede abandonar.
Las últimas decisiones del presidente Lacalle Pou nos hablan de un gobierno que comprendió prontamente la necesidad de tomar medidas excepcionales para tiempos, también excepcionales.
Él debe anticiparse al desastre que significará que las arcas Estatales no recauden los dineros necesarios para pagar sueldos y jubilaciones, para que sigan funcionando hospitales y empresas públicas.
Sin actividad privada no habrá salarios ni pasividades, ni respiradores ni medicamentos porque el dinero el Estado lo obtiene recaudando impuestos. Quien les diga lo contrario, les está mintiendo.
Aún no hemos llegado al pico de la epidemia y tenemos miles de empresas negociando préstamos para pagar sueldos.
En esta emergencia sanitaria Uruguay no puede seguir amarrado al contrato con UMP que nos obliga a erogar millones de dólares.
El 13 de abril vence el plazo para acogernos al artículo 7 del contrato que nos habilita a dejarlo sin efecto por razones de pandemia.
Es imprescindible soltar toda obligación que distraiga dineros públicos que evidentemente necesitaremos para mantener operativos los servicios esenciales y que aún no podemos cuantificar.
Señor presidente, el plazo vence el 13 de abril.