Antes de la pandemia del coronavirus, agencia gubernamental estimaba una caída de 8% en las exportaciones para 2020
Apesar de los efectos de la “guerra comercial” entre Estados Unidos y China, en 2019 Uruguay logró colocar más soja y carne en los mercados externos, lo que compensó —en grandes números— la menor comercialización de ganado en pie, celulosa y madera. Con eso, las exportaciones de bienes alcanzaron a US$ 9.146 millones, un leve aumento (0,7%) en relación con el año anterior.
Pero ya antes de que se configurara la actual coyuntura de expansión del coronavirus hasta convertirse en una pandemia, de caída del precio del petróleo, de suba del dólar y sequía —en el plano local—, las perspectivas para este 2020 en materia comercial ya eran negativas.
A mediados de enero, el Instituto Uruguay XXI calculó que las exportaciones caerían 8% este año —totalizando US$ 8.407 millones— por menores ventas de carne bovina, soja y celulosa, tres commodities que representan más del 50% de los envíos totales del país. Ahora esa estimación se transformó en un “piso”, dijeron a Búsqueda fuentes de esa agencia gubernamental. Además, piensan que el alza de la cotización del dólar —que podría ayudar en la ecuación exportadora— será “transitoria”.
Perspectiva “más negativa”
“Luego de dos años de crecimiento muy magro, se espera que 2020 también sea de bajo dinamismo” para las colocaciones de bienes uruguayos, indicó el instituto en el documento Perspectivas de comercio internacional realizado a mediados de enero. Allí analizó que el contexto global y regional seguiría siendo “complejo” y aludió a la reimplantación de las licencias no automáticas de importación en Argentina, a los problemas con las ventas de carne a China y el acuerdo entre ese país y Estados Unidos, que contiene compromisos comerciales que pueden resultar competitivos con las exportaciones uruguayas.
En cuanto a los precios promedio de venta de los bienes agroindustriales —que agrupa al 78% de la oferta exportable de Uruguay—, proyectó crecimientos “moderados” para soja, arroz y lácteos. Los de la celulosa se estabilizarían o incluso bajarían. Y para la carne bovina, previó una cotización “levemente a la baja”.
Para los bienes no agropecuarios, cuyo mercado es principalmente la región, el instituto estimó una demanda “deprimida” por el escaso dinamismo económico en América Latina.
Con ese panorama de precios y demanda, Uruguay XXI pronosticó una retracción promedio de 8% en el total de ventas al exterior, al comparar con 2019. Por rubro, solo previó un crecimiento para los concentrados de bebidas (6%) que se elaboran en la planta de Pepsico, en la zona franca de Colonia. Habría caídas en carne bovina (10%), celulosa (14%), soja (15%), arroz (4%), madera (22%), así como de los otros bienes agropecuarios (1%). Los lácteos mantendrían similar performance respecto al año anterior.
Por destinos, el informe identificó que Brasil daría el “principal impulso” y a escala extraregional, señaló un “enlentecimiento”.
En relación con China, que desde el 2013 es el principal cliente, Uruguay XXI previó una variación “de estable a negativa” en los envíos para 2020.
“Amigos de China”
Antes de la propagación y la escalada del cornoavirus que se dio en las últimas semanas, el instituto aludió a los efectos de la enfermedad en China mencionando las previsiones realizadas por las consultoras internacionales sobre la reducción del comercio, las distorsiones en las cadenas globales de valor y el efecto negativo en el crecimiento de la economía mundial.
Sobre ese punto, la Dirección de Inteligencia Promoción Comercial e Inversiones de la Cancillería uruguaya remitió el viernes 6 un informe de “antena comercial” a Uruguay XXI y a las gremiales de Industria, Comercio y Servicios, Mercantil y la Unión de Exportadores.
En cuanto al impacto sobre la economía uruguaya, indica “oportuno” ante la “inestabilidad e incertidumbre” provocada por el covid 19 que se continúen estrechando los “lazos políticos” con China. “Hoy contamos con un importante capital político que nos hace ser ‘amigos de China’ y un ‘socio estratégico’ con ambiciones a ser un ‘socio estratégico integral’, estatus que se puede desdibujar si las señales no son las esperadas por la contraparte”. Y añade: “Esta crisis pasará eventualmente, y las autoridades chinas, fiel a su estilo diplomático y político, llevarán un detallado registro de quienes le acompañaron y quienes optaron por buscar otros aliados. Esto incluye una relación simétrica y equidistante entre las señales que nuestro país brinda a Washington y a Beijing. La mirada de largo plazo debe primar en las relaciones con China, aunque en el corto plazo la situación sea desventajosa para nuestro sistema productivo”.
Al mismo tiempo, sugiere “extremar medidas” para minimizar el impacto negativo en el aparato productivo y considerar para ello acciones “transitorias”, como flexibilizar el crédito a empresas con deuda a cuenta de exportaciones a China; buscar mercados en terceros países para no generar sobrestock de commodities y evitar un desplome en los precios; mantener una relación peso uruguayo-dólar competitiva; y maximizar el diálogo tanto a escala política como empresarial con las contrapartes chinas.
En cuanto a los precios de los bienes que Uruguay coloca en China, el documento de “antena comercial” indica que se trata de productos de los que el país asiático “no puede prescindir”, por lo que “habrá correcciones” pero no un “desbarranque del mercado”, como ocurre con rubros no alimenticios, minerales y el petróleo.
A su vez, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por su sigla en inglés) estimó recientemente que, dependiendo del escenario de propagación de la epidemia, habría una presión a la baja de la inversión extranjera directa (IED) de entre 5% y 15% a escala global. Si bien el impacto negativo en la IED se concentraría en los países con mayor presencia del coronavirus, también afectará a otras economías.
En promedio, agrega la Unctad, las 5.000 principales multinacionales que representan una parte significativa de la IED mundial revisaron a la baja las estimaciones de ganancias para el 2020 debido al covid 19. Las perspectivas son peores para aquellas con sede en economías emergentes.