Pou entrevistado Pablo Mestre y Martín OlaverryNo se puede entender al país sin mirar lo que pasa en el campo”

Asumiendo el compromiso de no aumentar impuestos y de hincarle el diente a la baja de los combustibles y la energía eléctrica, el presidente electo sostuvo que debe haber un mensaje claro de lo que se va a hacer. Ratificó que el camino es bajar costos, atendiendo el tema fiscal. Si bien dijo que se acompañará a la región, descartó una devaluación brusca de la moneda. Defendió la libre importación de combustibles, así como los tratados comerciales que mejoren la inserción internacional. Prometió lucha frontal contra el abigeato, reforzando las comisarías en el medio rural. Sobre UPM, es favorable a la instalación, pero quiere revisar lo firmado. Y dijo que en Colonización hay que hacer una pausa y ver cómo seguir

 

Pablo D. Mestre, Martín Olaverry.

De chico quería ser domador, se crió andando a caballo. “Cuando sonaba la campana al mediodía no desensillaba, agarraba un sobeo y me iba al potrero del fondo a tirar lazo a las ovejas”. Luego quiso ser embolsador de lana, “pero con pocos kilos no rendía”, un poco más grande fue agarrador de ovejas “y me pasaba la semana trabajando en el campo”. Hoy reconoce que es más bien un usuario del campo, actividad que confiesa que le gusta y valora mucho. Tanto, que afirma que “sin el campo no hay ciudad”. Lo que sigue es lo sustancial de una charla, mate de por medio, sobre todos los temas con quien será el presidente de los uruguayos desde el primero de marzo.

-¿Cómo ve al sector agropecuario?

-Me cuesta hacer un análisis global. Hoy tenemos un problema de competitividad en casi todos los sectores, y en algunos de rentabilidad, aún siendo productores de punta. Existe preocupación con el endeudamiento, no por el endeudamiento en sí, porque uno toma crédito para producir; el tema es cuando no está acompañado de rentabilidad, de ver qué capacidad hay de ir cumpliendo con los pagos. Los números que manejaba son de 5 veces más del endeudamiento de la salida de la crisis, obviamente con otro patrimonio, otra actividad, pero allí hay un tema. Están además los combustibles, la energía eléctrica, que hace a muchos sectores, sobre todo cuando hay valor agregado, allí tenemos un compromiso de hincar fuertemente el diente. Tenemos un tema de mercados y no solo de abrir, sino de competencia en esos mercados, porque está bien cuando se abre, pero es la posibilidad de vender y no la seguridad de vender. Después, cuando se abre, hay que ponerse en fila con los que compiten con nosotros. Y allí tenemos otro tema importante que es el asunto arancelario que hay que trabajar fuertemente.

– Para sectores complicados ¿se puede instrumentar en el corto plazo algo que sea de impacto y revierta la situación?

-Más que el corto plazo, lo que tiene que haber es un mensaje claro del camino que se va a seguir. Primero, el tema de la competitividad vía costos, allí hay un compromiso fuerte. Segundo, preocupación en casi todos los sectores, el tema fiscal. Se habla del final, del atraso cambiario y del precio del dólar, que allí hay un tema de mercado, de tener una equiparación con los vecinos, con la canasta de moneda que de alguna manera nos relacionamos, pero también hay un tema fiscal, porque para realmente actuar sobre el atraso cambiario tenemos que actuar sobre el tema fiscal. Hoy es insostenible y vamos a hincarle el diente desde el primer día, para terminar con ese concepto que cualquiera entiende que no podés gastar todo el tiempo más que tus ingresos. Y como tenemos claro que la gente ya hizo el esfuerzo, hoy el esfuerzo está de este lado del mostrador.

La fruticultura y la lechería, son actividades que no son fácilmente sustituibles, un productor lechero después de tener años de genética, tener su rodeo, la sala de ordeñe, la concepción familiar de un trabajo sacrificado, no lo cambia de un día para el otro. O sea que cuando ves un camión de ganado Holando entrando a un matadero decís: acá hay una familia. Lo mismo el que tiene que arrancar los árboles de fruta. No es de un día para el otro, sin menospreciar las otras actividades, allí hay un componente de pensamiento a muy largo plazo.

Tenemos una granja de punta con capacidad exportadora, que esa es la que hay que estimular, buscar el contra cíclo, penetrar en mercados como el argentino, porque si no sacamos esa tapa, olla a presión, el productor familiar ve inundado el mercado interno y no es competitivo. Algunas políticas que se llevaron adelante durante muchos años, que son del gobierno de Jorge Batlle después del famoso temporal, de un fondo específico, había una comisión fiscal que regulaba y vigilaba y tenía un componente importante para los seguros granjeros que son muy onerosos. Luego se licuó vía ley y el gobierno lo envió a rentas generales. Ese fondo carece de autonomía para la ejecución. Fue un error y allí hay que insistir para ver si se puede recuperar eso.
“No se bajarán tarifas para sectores diferenciados, deben ser baratas para todos”

Tenemos un problema de la lechería de la tranquera para adentro y para afuera: el de la industria. Y podría ser asimilada en algunos términos al sector arrocero. Tenemos problemas en las chacras de arroz y otros en la industria. Sino, no se explica cómo estamos exportando arroz cáscara, o como tenemos algunos mercados que se han perdido en una licitación, por un tema de costo agregado ya no en el productor mismo, pero lo que hace a la cadena, que al fin y al cabo imposibilita el crecimiento del sector.

– Pueden existir tarifas diferenciales para algunos de los sectores más sensibles?

-No es la idea a priori. La idea es tarifa barata para todo el mundo.

– ¿Que los Entes no sean generadores de divisas para rentas generales como ya pasó?

-Porque en algún momento ese círculo se cierra. Hay una definición de base y es quién genera la riqueza del país y no la generan los gobernantes o el Estado, sino el que agacha el lomo todos los días para trabajar y no se queja y no tiene quién lo defienda. Esa persona va a sembrar una pradera, mejorar el alambre, arreglar un embarcadero, comprar una punta de ganado, tecnificar. Hay que volcar ahí. El productor pasa raya, lo que cuesta y lo que gana.

 

– ¿Qué posición va a tener el próximo Ejecutivo con respecto a la deuda de Venezuela con Conaprole?

-He estado reunido con productores y he escuchado un par de versiones con respecto a cuándo se dijo que no y cuándo se embarcó, y si había en depósito o se embarcó después. Todo lo que fue discutido en asambleas. Lo que está claro, y todos vimos, es un gobierno que se sentó en la mesa y dijo: “tirate que hay arenita”. Claramente había un impulso, un apoyo a hacer este tipo de negocios. Que puede tener o no el sustento jurídico formal, pero en la cabeza del Uruguay había un canal. Recuerdo al presidente Vázquez en ese día. Cobrarle a Venezuela no parece hoy algo muy lógico, he escuchado algunos mecanismos que no son directamente esos US$ 30 millones, que paulatinamente se pueden ir cobrando. No tengo una decisión formada porque la cosa no está como para tirar manteca al techo. Hemos estado reunidos con los propios productores por este tema. El gobierno actual ya les dijo que no. Los manijeó y después les sacó el apoyo.

Diario EL PAIS - Montevideo - URUGUAY - 23 Enero 2020