La nueva ronda de salarios debutará con un peso pesado: el Sunca
El sindicato de la construcción será el primero en salir a la cancha; coincidirá con el desarrollo de obras claves y lo hará incentivado por un horizonte de mayor dinamismo para esa industria
Es uno de los platos fuertes que tendrá este 2020 en materia de relaciones laborales. El cambio de gobierno y la asunción de nuevas autoridades coincide con la octava ronda de Consejos de Salarios en el sector de la actividad privada.
De pique se sabe que no será una ronda como las anteriores. Por primera vez desde la vuelta de los Consejos de Salarios en 2005 la negociación entre trabajadores y empresarios se dará sin el Frente Amplio en el gobierno. Eso no es algo que pase desapercibido para los sindicatos. En el PIT-CNT son varias las voces que ya se han manifestado en alerta ante un posible cambio en las reglas de juego.
En lo previo diferentes autoridades designadas por el presidente electo Luis Lacalle Pou ya anunciaron públicamente que se mantendrán los Consejos de Salarios, pero al mismo tiempo hablan de “flexibilizarlos”. También están a favor de derogar el decreto de 2006 que regula las ocupaciones en los espacios privados de trabajo. Los empresarios apoyan estas medidas y el movimiento sindical las rechaza, porque no quiere modificaciones a la ley de Negociación Colectiva y defienden que la ocupación es la extensión del derecho de huelga.
De un total de 227 subgrupos que tienen convenios vigentes, más del 60% vence en el primer semestre de 2020. Hay 137 que caerán el próximo 30 de junio, en grupos como alimentación, metalúrgica, transporte, banca, salud, comercio y servicios, entre otros. Pero hay un par que vencen el próximo 30 de abril y que pertenecen a un sector muy importante de la economía, la industria de la construcción.
El Sunca será el primero que se sentará a negociar nuevas condiciones salariales. También será el primero en estrenar las nuevos lineamientos o criterios que dé el Ministerio de Economía y Finanzas para la ronda. Y lo hará en un escenario donde la foto de la industria lucirá bastante diferente a la que había hace un año y medio atrás cuando tocó discutir el anterior convenio.
La construcción de la nueva planta de celulosa de UPM en Durazno, su terminal portuaria, el viaducto, el ferrocarril central y el puerto pesquero de Capurro, sumado a otras inversiones en obras de infraestructura vial y educativa por régimen de Participación Público Privada (PPP) permiten avizorar un sector más dinámico y con más demanda de empleo. Son cosas que el sindicato de la construcción hará pesar cuando afine números y vaya por nuevas condiciones salariales.
“Nos van a poner como locos irresponsables”
El sindicato comenzará a diseñar su plataforma reivindicativa en un congreso que se celebrará en febrero. El pasado 13 de diciembre en un acto frente a la sede de la calle Yí, su presidente Daniel Diverio fue crítico con el gobierno electo, habló de “enemigos”, y dijo que el gremio está preparado para “cualquier pelea”.
Según afirmó, “la cruz de caminos marcó para el lado más jodido” y “la democracia con el voto resolvió que llegara al gobierno la representación de la derecha”. “Quizás Lacalle Pou no es igual que Bolsonaro, Macri o Piñera, pero está claro que la ideología de derecha es la misma en todo el continente y en el mundo. Los objetivos son recortar las políticas sociales y degollar de parados las conquistas que tuvimos”, dijo.
En otra parte de su discurso, el dirigente señaló que el nuevo gobierno intentará “congelar el salario”, y para eso lo primero será “minimizar” y “desmovilizar” a los trabajadores para “que no ofrezcan resistencia”.
“Nos van a poner como los locos irresponsables que generamos desempleo, que generamos locura, que rompemos vidrios y que no dejamos avanzar al país libremente. Nos van a poner como responsables de ser rígidos y de no permitir a los inversores que vengan a Uruguay generar empleo”, dijo.
“Nos vamos a preparar para tener los Consejos de Salarios que precisamos. Los mismos o mejores de los que tuvimos hasta ahora. Vamos a reclamar lo que nos corresponde” (…) Debemos tener claro que el enemigo es todo aquel que intente hacernos retroceder”, arengó.
Los últimos acuerdos
En las últimas rondas de negociación, los convenios que consiguió el Sunca desafiaron en líneas generales los lineamientos oficiales, al punto que el gobierno terminó no acompañando las propuestas presentadas y votadas por trabajadores y empleadores. Eso ocurrió, por ejemplo, en 2018. Incluso en otra ocasión durante el gobierno de José Mujica los ajustes fueron superiores a los sugeridos en las pautas. Eso llevó a que posteriormente en el gobierno de Tabaré Vázquez un decreto prohibiera que se trasladara a precios, tarifas o contratos públicos los incrementos acordados por encima de los lineamientos.
El último acuerdo colectivo firmado en setiembre de 2018 contempló la totalidad de los puntos que estaban en la plataforma del sindicato. Ese convenio se clasificó dentro del sector intermedio, fijó una extensión de 21 meses de duración y tuvo un triple blindaje contra la inflación, que incluyó dos correctivos (uno a la mitad y otro al final) mas una clausula de salvaguarda específica que podía activarse en cualquier momento dentro del primer año.
Fue también un acuerdo que el sindicato denominó como “puente”, con el argumento que el sector no estaba en un pico de actividad como tuvo entre 2013 y 2014, pero tampoco en una crisis, aun cuando los números mostraban un deterioro marcado de la ocupación en el sector que llegó a sus menores nivel en 10 años.
La lógica que el Poder Ejecutivo propuso en las dos últimas rondas se basó en ajustes nominales decrecientes (techo de 8,5% en pautas de 2018-2019) con variantes según cómo se autoclasificara el sector: dinámicos, intermedio o en dificultades.
La línea que seguirá la nueva negociación es todavía una incógnita y la última palabra será de Economía. En entrevista con El Observador, el designado ministro de Trabajo Pablo Mieres afirmó días atrás que “no va a haber pérdida de salario real”. “Vamos a estar en una línea de aumentos equivalente al IPC. Se podrá ir más arriba, depende. Y ahí empiezan las condicionantes de la macroeconomía”, apuntó. .
Apoyo pero con matices
El último informe de Relaciones Laborales elaborado por el departamento de Psicología Social y Trabajo de la Universidad Católica del Uruguay, señala que los trabajadores han defendido la negociación colectiva en todas y cada una de sus declaraciones y acciones, y han saludado que se retomara la negociación tripartita a partir de 2005.
Sin embargo, destaca que el apoyo no ha sido incondicional. “En particular en la sexta y séptima ronda (que se desarrollaron entre 2015 y 2019) la conflictividad ha sido muy alta por un sistemático rechazo a las pautas propuestas tanto en 2015 como en 2018. Criticaron la desindexación y la colocación de los correctivos muy distanciados de los ajustes, lo que consideraron afectaría al salario real”, recuerda el informe.
En otro pasaje, el reporte afirma que más allá de las declaraciones sobre que los Consejos de Salarios deberían flexibilizarse no se sabe que contenidos tendrán los lineamientos, si es que se establecen pautas que enmarquen la negociación como hasta ahora. Y recuerda que este tema ya ha provocado un enfrentamiento entre el actual ministro de trabajo Ernesto Murro y el designado Pablo Mieres. El primero señaló “que los Consejos de Salarios van a cambiar para peor” y Mieres respondió que estaba sorprendido porque en la primera reunión de transición no se había hablado de esos aspectos, salvo de uno: el proyecto de ley para modificar la ley de Negociación Colectiva.