Fitch tiene “visión cauta” de propuesta del FA y de la “factibilidad” de recortes prometidos por la oposición
La agencia es escéptica respecto a la propuesta de apostar al crecimiento para reducir el déficit, y advierte obstáculos por "rigidez presupuestaria"
Si en algo coinciden el oficialismo y la oposición es en que el déficit fiscal es un asunto a atender en el próximo gobierno. En lo que difieren unos y otros es en la forma de atacarlo.
El Frente Amplio apuesta a reducir el rojo de las cuentas públicas –que se ubicó en 4,8% del PIB en agosto– por la vía del crecimiento económico.
En la izquierda sostienen que la inversión de UPM, la ejecución de un conjunto de proyectos de participación público-privada (PPP) y otros incentivos bastarán para dinamizar la hoy estancada economía hasta alcanzar un ritmo de crecimiento capaz de licuar el déficit. Su candidato Daniel Martínez promete que aumentando el gasto por debajo del alza del PBI se podrá llegar a 2% de déficit para el año 2025.
En la oposición es otra la receta. Aunque también apuestan a retomar la senda de crecimiento, los partidos Nacional y Colorado coinciden en la necesidad de recortar el gasto público. Los blancos pronostican un ahorro de US$ 900 millones en el primer año. Su diagnóstico es que la economía está estancada por el alto costo del Estado y que es posible reducir en esa magnitud los egresos del sector público.
Las que miran de reojo las promesas de unos y otros son las calificadoras de riesgo, que son cautelosas respecto a ambas recetas. Todd Martínez, de la agencia Fitch, dijo al semanario Búsqueda que "en estos momentos" ven "desafíos en cualquier escenario electoral" y mencionó las interrogantes de los distintos programas.
"Tenemos una visión cauta sobre la medida en que el déficit podría bajar por una recuperación económica, ya que la recaudación tributaria no ha sufrido mucho por la desaceleración en 2018-2019", dijo el analista. Por otra parte, mencionó que "la rigidez presupuestaria representa un desafío para cualquier gobierno", y que "por eso (estarán) prestando mucha atención al detalle y factibilidad de los recortes que pretenden lograr algunos candidatos".
En agosto de 2018, la agencia Fitch bajó la perspectiva de la deuda uruguaya de "estable" a "negativa", el mínimo escalón del grado inversor. "El tema fiscal es el factor clave detrás de la perspectiva 'negativa' en nuestra calificación 'BBB-'", dijo Martínez a Búsqueda. "En junio mantuvimos la calificación a pesar del aumento del déficit porque si bien sigue superando las expectativas del gobierno, ha superado las nuestras en menor medida y queda dentro de un rango de tolerancia para hacernos esperar para más claridad sobre el plan fiscal (que vendrá)", agregó.
El analista de Fitch planteó que "el principal riesgo para el grado inversor de Uruguay" es que el ratio deuda/PIB "siga en su trayectoria empinada actual". La agencia prevé un salto de 60% a 65% para este año, lo que representaría "el mayor aumento en la categoría BBB en los últimos cinco años".
"Cuándo y en qué nivel se estabilizará la deuda/PIB dependerá del plan del próximo gobierno y en este momento vemos desafíos en cualquier escenario electoral. Podría haber un aumento importante en el gasto en pasividades en 2020 por el crecimiento de los salarios este año, y una reforma previsional tomará tiempo para negociar y mucho más para rendir ahorros", concluyó.
Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 17 octubre 2019