Aunque no estaba previsto, el embajador uruguayo en Helsinki asistió a un debate organizado por una universidad finesa
El gobierno defiende a UPM en Finlandia y destaca que la compañía solo tomó “ventaja” de los beneficios a su alcance
El debate fue organizado por la Universidad de Helsinki y contó con seis expositores: tres académicos finlandeses, un sindicalista finlandés, un representante de UPM y un activista uruguayo. Hablaron por más de dos horas y cuando se abrió el espacio para preguntas, el primero en tomar la palabra fue otro uruguayo. “Buenas tardes, mi nombre es Pablo Porro, trabajo para el gobierno de Uruguay.
Soy el embajador. Mis disculpas porque llegué tarde y me he perdido algunas de las discusiones enriquecedoras que han tenido”, se presentó Porro de frente al auditorio.
Durante su intervención, que no estaba prevista, el diplomático respondió a algunas de las críticas que en el debate se hicieron contra la inversión en la que UPM destinará U$S 2.700 millones para construir una planta de celulosa de eucalyptus en Durazno. “Tenemos una ley aprobada por el Parlamento que promociona la inversión. Lo que la compañía está haciendo es solamente tomar ventaja de lo que dice esa ley aprobada por el Parlamento, un Parlamento que como sabrán es muy importante para nosotros. Hay una ley que provee cierta cantidad de derechos y la compañía la está tomando. Eso es todo”, sostuvo. Antes había escuchado planteos de los oradores sobre los posibles impactos ambientales, los beneficios económicos que recibirá la compañía, perjuicios a productores y falta de atención del gobierno a los reclamos de los vecinos.
El embajador también defendió la reserva de información impuesta a lo largo de las negociaciones y que aún se mantiene en ciertos puntos del acuerdo, desligando al Poder Ejecutivo de esa decisión. “El proyecto no fue discutido en el Parlamento, pero no estoy capacitado para responder por qué sucedió eso. Debe ser respondido en Uruguay a nivel parlamentario. Lo que puedo informar es que la Presidencia de la República ha publicado en su sitio web el contrato”, dijo.
La aparición de Porro no es una excepción en la actuación del gobierno uruguayo en Finlandia. Desde que comenzaron las negociaciones por una segunda planta de UPM en Uruguay, la embajada en Helsinki ha estado activa para defender públicamente la iniciativa y contraargumentar las posiciones que surgen localmente. A comienzos de año el entonces embajador Pablo Sader —reemplazado en julio por Porro— envió una carta oficial al editor en jefe del Helsingin Sanomat, uno de los periódicos más grandes de Finlandia, para aclarar que la población uruguaya apoyaba ampliamente el acuerdo (Búsqueda Nº2.003). La carta respondía a un artículo titulado con el término “colonialismo” y en el cual se entrevistaba a ambientalistas, ganaderos y abogados uruguayos opuestos a la inversión de UPM.
El debate de la Universidad de Helsinki, realizado el jueves 3, se centró en puntos similares. “UPM en Uruguay. ¿Invirtiendo para el futuro sostenible o colonialismo finlandés?”, era el encabezado. “Uruguay es un país en donde no solo UPM sino también Finlandia se han convertido en temas importantes de discusiones públicas. Las voces críticas apuntan a temas controvertidos con respecto a los impactos que la inversión tiene en la democracia y en la soberanía nacional, y a aspectos coloniales que UPM tiene como compañía extranjera”, agregaba la invitación.
Porro fue cuidadoso de quitar del debate a Finlandia como país. “En primer lugar, estamos hablando de un gobierno, del gobierno de Uruguay, que está relacionado con una compañía. Entonces no debemos poner a Finlandia en la misma discusión. Es una compañía, una compañía de Finlandia negociando con el gobierno de Uruguay”, explicó. También negó cualquier tipo de colonialismo de una empresa en la industria forestal nacional. “¿Por qué eligen Uruguay? Probablemente porque tenemos condiciones naturales, ese es el motto con el que promocionamos inversiones en nuestro país”.
Entre los expositores hubo opiniones a favor del desarrollo forestal y de las empresas finlandesas, pero también reclamos ante sus posibles consecuencias ambientales y a las condiciones en que supeditan a gobiernos extranjeros. Hablaron Maria Ehrnström-Fuentes, investigadora posdoctoral en la Hanken School of Economics; Markus Kröger, profesor asociado de estudios de desarrollo en la Universidad de Helsinki; Jussi Pakkasvirta, vicedecano de Humanidades en la Universidad de Helsinki; Janne Ronkainen, director ejecutivo del Centro de Solidaridad Sindical de Finlandia (SASK); y Víctor Baccheta, integrante del Movimiento por un Uruguay Sustentable. La voz de la compañía fue Saara Tahvanainen, vicepresidenta de Relaciones con Accionistas.
“Cuando inviertes por encima de 2 billones de euros, realmente prestas atención a las condiciones y al ambiente de operación y a la visión pública de un país. Y el Estado uruguayo ha sido muy consistente para desarrollar una base industrial en el país”, indicó Tahvanainen. “Por ejemplo, la reforma impositiva sistemáticamente ha buscado inversiones extranjeras desde hace décadas. La clara propiedad de la tierra es algo que también contribuye a negocios sostenibles en el país porque, a diferencia de algunos países vecinos como Brasil, que por supuesto tienen problemas, Uruguay tiene una ley muy clara sobre propiedad de la tierra. Entonces para compañías como UPM es un excelente país para operar”, añadió.
Kröger, por su parte, sostuvo que debido al cambio climático hay que “mirar a todas las inversiones como esta desde una perspectiva crítica”. El docente universitario apuntó que “no es la misma situación” que hace unos años. “Estamos enfrentando un futuro diferente y difícil, y estos riesgos no son considerados por la gente que planea y promociona estas inversiones en sus modelos. Necesitamos otros modelos. Hay demasiados riesgos, para las sociedades, para los inversores y para las compañías”, dijo. “Un factor por el que estoy particularmente preocupado en esta expansión de UPM en Uruguay es el efecto que tendrá en el suelo. Estudios en Uruguay han demostrado que las plantaciones de eucalyptus conducen a una disminución en el carbono orgánico del suelo en cantidades significativas”.
La actividad fue finalizada por el moderador Teivo Teivainen, profesor de Política Mundial en la Universidad de Helsinki, la más antigua y más grande de Finlandia con alrededor de 40.000 estudiantes. “Creo que hemos escuchado presentaciones fantásticas desde distintas perspectivas. Podríamos haber debatido más sobre los hechos, sobre la sustentabilidad, sobre la dimensión colonial, sobre la responsabilidad empresarial y otras cuestiones. Y sobre si los finlandeses, y Finlandia, deberíamos sentirnos más comprometidos o responsables cuando una compañía finlandesa hace cosas en el extranjero. Y así pensemos que hacen cosas buenas o malas, creo que como universidad este es un tópico al que debemos continuar prestando atención”.