audiencia por upmAudiencia por UPM cargada de roces entre vecinos de Paso de los Toros y manifestantes de Montevideo

El gobierno defendió la instalación de la pastera y negó que hubiera irregularidades en el proceso

La Dirección Nacional de Medio Ambiente y UPM realizaron este martes una audiencia pública en Paso de los Toros en la que explicaron el alcance de la segunda planta de celulosa que la empresa finlandesa estudia instalar cerca de Pueblo Centenario, en el departamento de Durazno.

Al encuentro ­­­–que se desarrolló en el Club Oriental– asistieron unos 300 vecinos que llegaron desde distintos puntos del departamento. Algunos minutos antes de empezar, un grupo de unos treinta manifestantes –la mayoría desde Montevideo– llegó al lugar con pancartas en rechazo al proyecto y folletos que criticaban el desarrollo del tren, y acusaban a la empresa de contaminar el medioambiente.

Su arribo molestó a los vecinos, que durante la audiencia expresaron su rechazo. El punto de mayor tensión se produjo durante la ronda de preguntas, cuando el reconocido activista Víctor Bachetta estaba realizando una consulta acerca del caudal mínimo que se necesitaba del río Negro y fue interrumpido por un vecino que estaba sentado a pocos metros. El hombre le dijo que se “dejara de discursos” en contra de la planta, a lo que Bachetta le contestó que era una audiencia pública, que estaba haciendo uso de su derecho y que si no le gustaba se podía retirar. Previamente, los manifestantes habían interrumpido a una vecina al pasar por delante de las autoridades con una pancarta que decía “UPM contamina” y que el ferrocarril que unirá Montevideo con Paso de los Toros generará “vibraciones” y “barrios vallados”. Sentado en primera fila, el vicepresidente senior de UPM, Petri Hakanen, observaba todo con atención junto al intendente de Durazno, Carmelo Vidalín.

En el comienzo, el director de la Dinama, Alejandro Nario, había dicho que era una “reunión informativa” y no una “asamblea” a favor o en contra de la empresa, lo que fue ignorado por la mayoría, que hizo uso de la palabra para agradecer a UPM o para expresar su postura contraria al proyecto.

Otro de los momentos de tensión se produjo cuando un hombre ­–que se presentó como edil de Tacuarembó– hizo una encendida defensa de UPM al destacar que el río Negro ya estaba contaminado y que la empresa generaría empleos, lo que provocó silbidos de los manifestantes y críticas bajo el argumento de que “plantando árboles” no se estaba dando trabajo. El director de negocios de UPM, Gonzalo GIambruno, destacó que la empresa se había instalado en Uruguay hacía treinta años y que actualmente generaban 7 mil empleos en once departamentos.

El vocero de Un Solo Uruguay Guillermo Franchi criticó los datos presentados en materia de empleo (que habían mostrado al departamento de Río Negro en verde, sin problemas) y dijo que basándose en cifras de 2018 del Instituto Nacional de Estadística, ese departamento era el tercero con mayor desocupación del país.

Antes, un hombre que se definió como “productor rural tradicional” que vive a 15 kilómetros de donde se instalaría la planta, dijo que no estaba de acuerdo con el contrato firmado y que Uruguay se había transformado en un “anexo de una multinacional”, mientras que otro preguntó por qué si UPM respetaba las leyes había solicitado modificar la normativa laboral para implementar una cláusula de prevención de conflictos. Giambruno le contestó que la empresa “cumple con la regulación nacional y local” y que tiene un enfoque de “diálogo franco, reglas claras, predecibles y buena comunicación”. Más tarde, la tensión retornó cuando una mujer del Movimiento Uruguay Sustentable (Movus) dijo que lo primero que había aumentado en Paso de los Toros eran los “prostíbulos” y que en Fray Bentos la población había sido engañada. 

Durante la audiencia, tanto la empresa como el gobierno defendieron la instalación de la planta y negaron que hubiera irregularidades en el proceso. “El proceso ha sido transparente. Todo ha sido publicado en el Observatorio Ambiental de la Dinama”, señaló Nario, y subrayó que no estaban violando normas por hacer la audiencia antes que terminara una nueva fase del proyecto.

El río seguirá contaminado “si no se toman medidas”
El estudio de impacto ambiental –que fue realizado por las empresas Estudio de Ingeniería Ambiental (EIA) y la canadiense EcoMetrix– fue presentado por Carlos Amorín, de EIA. El técnico, que se mostró indiferente a los reclamos, dijo que en su elaboración habían participado unas treinta personas entre uruguayos y extranjeros. Anunció que la planta requerirá un crecimiento de la forestación de entre 60 mil y 90 mil hectáreas, subrayó que no requerirá de un aumento de la cota del embalse de la represa de Rincón del Bonete y que el caudal debería estar en el rango de entre 65 y 90 metros cúbicos por segundo para ser “sostenible”.

Amorín reconoció que el embalse de Baygorria estaba contaminado desde hace al menos diez años, que venía creciendo “debido a su carga de nutrientes” y que se expresaba “por medio de floraciones algales”.

“El problema de eutrofización existente en el rio Negro continuará si no se toman medidas adicionales, independientemente de la instalación de la planta”, sentenció.

El último momento de tensión se vivió al final, cuando un vecino estaba agradeciendo a UPM y fue interrumpido por los manifestantes, a lo que les pidió aprender a “esperar y no ser caretas”. “Gracias UPM, gracias. Vamos arriba con la tecnología”, dijo. Nario terminó la audiencia porque no había más preguntas, mientras lo acusaban de "vende patria".

Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 01 mayo 2019