Aprobación de nueva terminal en el puerto expone contradicción en el gobierno
Hace un año y medio, el ministro Rossi afirmó por escrito que no estaba previsto desarrollar un proyecto de esas características para movilizar contenedores
La Administración Nacional de Puertos (ANP) aprobó una iniciativa privada para la construcción y explotación de una terminal multipropósito de contenedores en el puerto de Montevideo. Sin embargo, un año y medio atrás el gobierno, para dar a tranquilidad a un grupo de posibles inversores, aseguró que no tenía previsto avanzar en un proyecto de ese tipo.
El viernes 29 de marzo el Directorio de la ANP con los votos del oficialismo dio el visto bueno a un emprendimiento planteado por Terminal Investment Limited (TIL) en los últimos días de diciembre de 2017. Esta compañía fue fundada hace 19 años por Mediterranean Shipping Company (MSC), la segunda mayor naviera del mundo. El proyecto abarcaba la construcción y el manejo de una terminal multipropósito para atender buques portacontenedores y cruceros.
A mediados del año pasado las autoridades portuarias encomendaron a un equipo de técnicos el análisis de la iniciativa. En enero la propuesta fue desestimada. Una de las mayores objeciones que le marcaron a la nueva terminal se basó en las maniobras de atraque que deberían efectuar los buques de carga.
La propuesta de TIL planteaba una opción. Los técnicos coincidieron que esa posibilidad no tenía en cuenta “la circulación hacia y desde el Muelle C, su ampliación y la terminal granelera”. Eso obligaría a los barcos a girar fuera de las dársenas del puerto, entrando marcha atrás y con tres remolcadores.
“Ello encarecería los costos y limitaría las zonas de desarrollo, planificadas con profundidades a 14 metros y asignadas a buques de gran porte”, explicaron los técnicos. Por tanto, concluyeron que no era posible avanzar con la propuesta en los términos planteados.
Sin embargo, el Directorio de la ANP no tomó en cuenta la negativa, decidió avanzar y planteó a TIL la reubicación de la terminal portuaria. Si la compañía continúa interesada y acepta la solicitud se realizaría un llamado a licitación para el proyecto al que pueden presentarse otros interesados. Por haber propuesto la iniciativa TIL tendrá preferencia frente a similares ofertas.
Días después de aceptar el emprendimiento jerarcas del organismo sostuvieron que habían tomado una decisión política ya que no se quería desaprovechar ninguna iniciativa de privados. Pero hay una contradicción que se remonta a 2017.
En mayo de ese año la multinacional belga Katoen Natie decidió poner en venta Terminal Cuenca del Plata (TCP) única especializada en contenedores dentro del puerto. Allí encomendó al banco de inversión estadounidense Goldman Sachs que comenzara los contactos con posibles interesados.
Fuentes al tanto de las negociaciones informaron a El Observador que en los intercambios algunos de ellos preguntaron si cabía la posibilidad que las autoridades uruguayas aceptaran la instalación de otro proyecto de características similares a TPC. La inquietud era clara: si aparecía una nueva terminal sería competencia directa de la ya instalada. Por tanto, el valor de compra, el recupero de la inversión y la rentabilidad variaría. Entonces, el gobierno tuvo que despejar las dudas. El Estado es socio minoritario de TCP con una participación de 20%.
En octubre de 2017 Goldman Sachs adjuntó al dossier de venta de TCP una carta firmada por el ministro de Transporte, Víctor Rossi.
Según supo El Observador, en la misiva el jerarca (entre otras consideraciones referidas al contrato con TCP) expresó que ni el Ministerio de Transporte ni la ANP tenían previsto o se planteaban realizar un llamado para la instalación de una nueva terminal de contenedores especializada.
Dos meses después, la ANP aceptó la propuesta de la empresa de MSC para construir otra, definida como multipropósito, para trabajar con contenedores, barcos portacontenedores y cruceros.
Idas y vueltas
Para aceptar la propuesta de la nueva terminal el Directorio de la ANP consideró que la eventual concesión no afectará a otras ya existentes y por tanto no supondrá daños a terceros. También que el emprendimiento mantiene una concepción de terminal polivalente y no exclusiva de una rama de negocio, siendo adecuada para el desarrollo del puerto de Montevideo en materia de infraestructura.
Pero esa no fue la visión que tuvo Katoen Natie cuando se enteró del proyecto a fines de 2017. Durante el proceso de venta de TCP, una de las compañías que mostró interés en adquirirla fue MSC. Luego decidió no avanzar y elaboró el proyecto de una nueva terminal portuaria. La actitud cayó mal en Bélgica. En enero de 2018, a través de un comunicado Katoen Natie afirmó que la propuesta de MSC para instalar otra terminal de contenedores tenía como principal objetivo hacer fracasar el proceso de venta de TCP. Por ese motivo, la multinacional informó que había decidió la suspensión de ese proceso. l