CONRADO FERBER
“Entrar al Transpacífico depende de nuestra actitud”
Conrado Ferber, presidente del INAC, destacó el valor de ser parte del Acuerdo Transpacífico y que para concretarlo es clave actuar ya y no descansarse en hacer el pedido y reaccionar cuando sea tarde.Conrado Ferber, presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), destacó a El Observador el alto valor que para Uruguay significaría ingresar al Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica –y no solo para el sector de la agroindustria cárnica– e instó a seguir el ejemplo de Corea, que avanza con una actitud opuesta a la uruguaya: lejos de hacer la solicitud y esperar, comenzó a resolver aspectos normativos para que una vez que haga el planteo y sea aprobado rápidamente acceda a los beneficios que considera ser parte del acuerdo.
Ferber consideró eso y aportó otros conceptos al explicar por qué el INAC dedicó su tradicional conferencia en la Expo Melilla, organizada recientemente por la Asociación Rural del Uruguay (ARU), a este tema.
El presidente del instituto cárnico nacional recordó que cuando comenzó la actual administración de gobierno, en 2020, una de sus premisas fue la apertura comercial, “abrirnos al mundo y en su sentido más amplio”.
Admitió que hay sectores que “hay que cuidarlos, hay que ser progresivos en las transformaciones y movimientos, pero al final del día el consumidor va a tener las mejores condiciones en la medida que tenga acceso a la producción más eficiente, que en carnes y algún otro producto se ha logrado, pero hay casos en los que otros mercados son más eficientes y nuestro consumidor debe tener acceso a ese mejor desempeño”.
¿Qué pasa en los destinos?
Ferber analizó que en el caso de Estados Unidos, “estamos encorsetados desde hace muchos años en una cuota que nos limita, no hemos logrado encontrar una fórmula válida para mejorar la misma, y una vez cumplida empezamos a pagar 26,4% de aranceles y se nos hace muy difícil competir con Australia y otros”.
En el caso de Europa, “se trata de un mercado fundamental por ser destino de cortes de alto valor, hoy deprimido por los efectos económicos del covid, sumado a que desde hace unos años se ha dado un progresivo achique de la cuota 481, responsable de un cambio radical en nuestra matriz productiva”, y en el caso de la cuota Hilton “tras la división que generó el Brexit quedamos con algo menos de 6.000 toneladas en Europa y algo más de 700 en el Reino Unido”.
Más allá del anhelado acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, “que ojalá termine de aterrizar, en este momento parece haber una oportunidad entre la movida del presidente de Brasil –Lula– y la presidencia pro tempore de España en la UE, que de darse sería una gran noticia, pero la realidad es que mientras tanto debemos seguir mirando hacia Asia”.
En ese sentido, en Asia “tenemos a Japón, Vietnam, obviamente China, Malasia, Indonesia… mercados enormes, en crecimiento y con una ventaja muy importante: se le vende todo el set de productos, no solo los cortes que en occidente estamos acostumbrados a consumir”.
Pese a los deseos de Uruguay y de la cadena cárnica, el Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, dijo Ferber, “hoy aparece al menos enlentecido, entró de nuevo Brasil a tallar, a querer incorporar en el acuerdo al Mercosur y eso hace que lógicamente China no avance en negociar solo con Uruguay, y por tratarse de un destino de tanto volumen, reducir el 12% de arancel resultaría muy importante, por lo cual preocupa la situación, pero parece fuera de nuestro control”.
Jugar en primera división
Esa realidad establece, consideró Ferber, que “el gran acuerdo para nosotros hoy sea el Transpacífico, que considera no solo mercados muy grandes, también mercados absolutamente complementarios con Uruguay”, y agregó: “Entrar al Transpacífico, como ninguno, depende de nuestra actitud”
De ser aceptados, “sería como pasar a jugar en primera división, se solucionarían casi todos los problemas, ese acuerdo lo conforman actualmente 11 mercados muy importantes y entrar sería con una sola jugada acceder a una montaña de mercados fundamentales”.
Sugirió, en este tema, “mirar también el costo de no hacerlo: cada día que pasa seremos menos competitivos estando afuera”.
Adentro, señaló, están por ejemplo Australia y Nueva Zelanda, competidores directos de Uruguay, “que cada año que pase pagarán menos aranceles para ingresar con sus productos a Japón por ejemplo, ahí nosotros pagamos 38,5%, Australia ya paga mucho menos y pagará cada año menos, con lo cual todo el esfuerzo que hacemos por consolidarnos en ese mercado será estéril porque ese arancel nos aleja”.
Tras indicar que “no es descabellado pensar que en el Acuerdo Transpacífico, además de terminar el proceso de ingreso Reino Unido, vuelva a estar Estados Unidos que ya estuvo”, enfatizó que “estar sentados en esa mesa y cuanto antes es muy importante”.
Ferber destacó que el Acuerdo Transpacífico ya tiene las condiciones y exigencias que Uruguay debería cumplir totalmente establecidas, no hay que negociarlas, solo hay que cumplirlas.
Ir a la pelota y no esperarla
Considerando todo lo anterior, y la característica local de discutir a fondo cada decisión, fue que el INAC decidió hacer un aporte y para ello encargó a las tres universidades (Universidad de la República, Universidad de Montevideo y Universidad Católica del Uruguay) un estudio sobre la incidencia de las exigencias del Acuerdo Transpacífico, en particular con relación a la normativa local y la necesidad de adecuar las empresas públicas y las situaciones monopólicas.
“Quedó claro con ese estudio que no hay nada que sea imposible cumplir, en nada nuestras empresas públicas entorpecen el acuerdo, hay que hacer algunos cambios normativos, pero no es nada que no podamos hacer porque van en el sentido en el que va Uruguay”, afirmó Ferber.
Los resultados del estudio de los profesionales de las universidades (disponible en la página del INAC) fueron presentados en la jornada del instituto en la Expo Melilla, donde uno de los mensajes que quedó es que, por ejemplo, “Corea todavía no solicitó formalmente el ingreso, sabemos que lo hará, pero antes está realizando los cambios normativos con base en lo que exige el Acuerdo Transpacífico, es decir se adelanta a la jugada, hace los cambios para que el día que haga el planteo eso lo encuentre preparado”.
A eso se le contrapone la posición que ha sido tradicional en Uruguay: “Después de mucho pensarlo y discutirlo pido para entrar, luego espero la respuesta y si es positiva recién ahí me pongo a hacer lo que debo hacer para que me acepten”.
El presidente del INAC dijo que, por eso, es fundamental “movernos, anticiparnos a la jugada, no esperar que nos llegue la pelota, hay que ir a buscar la pelota que no es otra cosa que empezar ya a analizar los cambios normativos”.
Quedó claro, por lo que explicaron los panelistas Ignacio Bartesaghi y Marcelo Sheppard, que “no hay nada insalvable para que Uruguay avance hacia estar pronto y solicitar ser parte del acuerdo”, subrayó Ferber.
Señaló, además, la importancia de “ir a esos 11 país, hacer lobby, recorrerlos continuamente para que sepan qué es Uruguay, que estamos interesados, que podemos cumplir lo que se exige y que tenemos nuestro aporte para el acuerdo, eso es un trabajo de Relaciones Exteriores y para nosotros es fundamental que se esté haciendo”.
El cuco de las patentes
El otro capítulo que “genera ruido”, admitió Ferber, es que Uruguay firme el acuerdo de patentes: “Es desde hace muchos años uno de los cucos de la inserción de Uruguay en el mundo”, definió.
“Quienes estaban en la cancha en los años en los que se habló del acuerdo comercial bilateral con Estados Unidos dicen que la gran razón por la cual Uruguay no encaró ese acuerdo fue por el costo que iba a tener sobre todo para el sector farmacéutico, pasaron los años y seguimos sin firmarlo y han firmado casi todos los países, salvo Uruguay, Argentina y Bolivia, dos o tres países de África y dos o tres países de Asia. Lo firmó China, está firmado por Brasil desde los años 70, por supuesto toda Europa… uno ve el mapa con los países que lo firmaron pintado en azul y los que no en blanco y genera cuando menos sorpresa”, reflexionó.
Agregó que esto se viene discutiendo desde aquel momento sin tener números sobre la mesa: “Realmente, ¿cuánto cuesta? El INAC, en un acuerdo con el Ministerio de Industria –nuestro vicepresidente es delegado del ministerio en la junta directiva del INAC–, que es el que se encarga del tema patentes, contrató un estudio a los economistas Juan Dubra y Néstor Gandelman, dos profesionales de primera línea, absolutamente independientes que dejaron en claro en la jornada de la Expo Melilla que para Uruguay no habrá un perjuicio, que para la industria farmacéutica será muy menor, casi anecdótico, no habrá un problema en el costo de los productos, se estudió lo que ocurrió en los países donde se firmó, con lo cual pusimos sobre la mesa un primer estudio de impacto que nunca se había tenido”.
Ferber indicó que las farmacéuticas publicaron un trabajo, “pero no incluía números, es conceptual, da a entender que tendrían perjuicios, pero entendemos que hoy todo está mucho más maduro y tantos las farmacéuticas como la industria de los agroquímicos que podría ser otro actor con perjuicios entienden que es un paso que hay que dar, seguramente habrá que tomar alguna medida, no lo descarto, pero es mucho más lo que Uruguay acá tiene para ganar que para perder”.
Pidió recordar que cuando se firmó el acuerdo que creó el Mercosur en los años 90 el gran perjudicado, se decía, sería la vitivinicultura, se dijo que desaparecería en Uruguay, “pero se firmó el acuerdo, se armó un plan de reconversión de los viñedos y hoy tenemos una vitivinicultura desarrollada, de calidad, con gran nivel, que lejos de desaparecer se potenció, porque competir obliga a mejorar”.
“Si hay algo que dejó bien claro Dubra en Melilla es que esto no es un problema económico, no va a perjudicar a nadie y en todo caso hay mucho más para ganar que para perder”, enfatizó.