Producción sostenible, cambio de matriz energética y adaptación al cambio climático, los temas centrales de Uruguay en la COP26
La pandemia provocada por el Covid-19 no retrasó el avance del cambio climático, solo causó una reducción temporal de las emisiones de carbono: hoy las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera “se mantienen en niveles sin precedentes y condenan al planeta a un peligroso calentamiento futuro”.
Así lo afirma el nuevo informe anual publicado en setiembre por la Organización Meteorológica Mundial, perteneciente a la Organización de las Naciones Unidas.
Este diagnóstico poco alentador es la antesala de la Cumbre Internacional del Clima o Conferencia de las Partes (COP, por sus siglas en inglés) que se celebrará en Glasgow, Reino Unido, a partir del 31 de octubre. Se trata de la única instancia en la que jefes de Estado de todo el mundo se reúnen para tomar decisiones con el fin de mitigar los efectos de la crisis climática. El encuentro de 2020 debió ser suspendido debido al avance del coronavirus.
Uruguay ya tiene definida una estrategia de cara a la COP26. La delegación que viajará encabezada por el ministro de Ambiente, Adrián Peña, y la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, adelantó algunos detalles de lo que será la participación del país en la conferencia, en la que las naciones deberán ratificar y aumentar sus compromisos para reducir las emisiones contaminantes, tal como lo establece el Acuerdo de París asumido en 2015 por 197 países.
“Nuestra delegación tratará de poner en valor que Uruguay es un país que cumple con sus compromisos, ya que en cuanto a mitigación lo viene haciendo a través de la transformación de su matriz energética. Esto es algo que la comunidad internacional ya conoce, pero debemos remarcarlo y hacerlo valer a la hora de sentarnos a conversar”, dijo Peña a Búsqueda.
Según explicó el jerarca, otro de los grandes focos de Uruguay será la transformación de los sistemas productivos, un sector en el que se pretende incorporar cada vez más la dimensión ambiental y que las autoridades esperan “comunicar y poner en valor”. Además, Peña aseguró que el país “está trabajando fuertemente en la adaptación” de la sociedad, la producción y la infraestructura ante los efectos del cambio climático, punto al que incluso se le ha dado prioridad política.
La ministra Arbeleche destacó otro punto clave para el país. Según anunció en conferencia de prensa el lunes 25, Uruguay luchará por emitir bonos cuya tasa de interés esté ligada a las buenas prácticas medioambientales. De esta forma, buscará que aquellos países que mantienen un comportamiento ambiental más adecuado “paguen menos interés por su endeudamiento”, indicó.
En ese sentido, Peña señaló que la delegación acudirá a Glasgow “con el espíritu de generar mayor compromiso para el financiamiento necesario” que permita cumplir con las metas establecidas. “Disponer de medios de implementación a través de financiamiento, transferencia y desarrollo de tecnologías y generación de capacidades es esencial para la completa implementación de nuestra Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés)”, indicó.
Además, opinó que el rol activo del Ministerio de Economía en relación a la elaboración de políticas públicas en materia ambiental demuestra la relevancia y la jerarquización que el gobierno nacional le ha otorgado a estos temas.
Metas uruguayas
Lejos de traer consecuencias negativas, la postergación de la COP no generó mayores inconvenientes en relación a la lucha contra el cambio climático, opinó el subsercretario del Ministerio de Ambiente, Gerardo Amarilla. Por el contrario, el jerarca dijo a Búsqueda que la cancelación permitió que los países “prepararan mejor sus informes y generaran actividades y reuniones tanto a nivel nacional como internacional” donde se explicitaron compromisos de mejora del desempeño en la contribución de los países al calentamiento global. “Ha sido tiempo aprovechado”, afirmó.
Consultado respecto a la postura que tomará Uruguay en la próxima COP, Amarilla aseguró que las metas a largo plazo “se mantienen”. Por ejemplo, en 2019 Uruguay anunció que implementaría una estrategia de desarrollo baja en carbono y resiliente al clima, incorporando la meta de neutralidad de CO2 al 2050. Ese objetivo (vinculado sobre todo a la movilidad y la producción sostenible) será ratificado nuevamente. En paralelo, la NDC presentada en 2017 procura reducir 50% la intensidad de emisiones de gases de efecto invernadero a 2025, lo que ya implica una revisión y aumento de ambición respecto a la meta tentativa de 2015.
Asimismo, Peña confirmó que el próximo compromiso nacional de Uruguay será presentado oficialmente a mediados de 2022. “En la NDC se han adelantado y mejorado las metas generales, ampliado la cantidad de medidas propuestas y precisado metas cuantificables y transparentes para las principales acciones”, adelantó el ministro. Además, afirmó que ya se encuentra en la fase final la elaboración de la Estrategia Climática a largo plazo para un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero, documento que será presentado al retorno de las autoridades y tendrá como fin “aumentar la capacidad de adaptación y resiliencia al clima de un modo que no comprometa la producción de alimentos”.
En la COP Uruguay buscará mostrar su buen desempeño nacional, con las metas y objetivos que ha ido cumpliendo, coincidieron las autoridades. En esa línea, Amarilla se refirió al posicionamiento de Uruguay respecto a la producción agrícola ganadera, un tema que definió como central, y aseguró que la delegación deberá ser “muy firme” en cuanto a defender la vocación de producción de alimentos del país. Es que Uruguay tiene una producción ganadera de 400 años de historia en base a pasturas naturales, lo que genera “un saldo positivo en relación a la captación de carbono”, opinó.
Mario Caffera, climatólogo y docente del Departamento de Sistemas Ambientales de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República, también se refirió a este punto. El experto, que se encuentra actualmente en Glasgow para participar de la cumbre en representación de la organización Amigos del Viento, integrante de la red Climate Action Network Latinoamérica, opinó que si bien se ha hecho un esfuerzo “bastante serio” en este sector, todavía se necesita más inversión para investigación que permita reducir aún más las emisiones de dióxido nitroso.
“Hay una cierta continuidad y se hacen las cosas bastante bien. Pero con respecto a los monocultivos y los granos, es otra historia”, opinó. Otro de los puntos sobre los que podría versar el foco de Uruguay ante la cumbre, agregó Caffera, es el cuidado de los océanos, aunque reconoció que eso podría “tropezar con intereses chinos” debido a la pesca.
El experto se refirió también al nuevo NDC de Uruguay y dijo que “si bien tiene algunos puntos criticables”, es un objetivo bastante ambicioso al compararlo con la región. De todas maneras, dijo que la posición de Uruguay en el tema ambiental resulta contradictoria, ya que por ejemplo “se promete hacer todo eléctrico pero también se impulsa la prospección de petróleo”.
Caffera reconoció que tiene “muchas dudas” acerca de los acuerdos que puedan lograrse en la COP26, ya que los tomadores de decisión a nivel mundial se vuelcan hacia el lado “de los grandes contaminadores y potencias” como Rusia y China. Y mientras tanto, la lucha por la “supremacía mundial” entre China y Estados Unidos genera “intereses que están por encima de la supervivencia de la raza humana en el planeta”, criticó.
Consultado sobre el anuncio de Arbeleche, el experto dijo que se está intentando arreglar el problema financiero a través del problema ambiental, y no al revés. Opinó que Uruguay necesita divisas, por lo que entonces se busca “provocar la mercantalización del ambiente”.