Edición genética: científica chilena desarrolla cultivos que crecen en el desierto
Chile ha sufrido la peor sequía de su historia durante 10 años seguidos, y aunque el invierno de 2020 fue una tregua momentánea, los avances de la Dra. Dra. Stange se proyectan como una herramienta importante.Santiago, Chile – TodoElCampo – Actualmente Chile enfrenta una de las peores sequías de su historia, por lo cual algunos cultivos desarrollados con edición genética en el laboratorio de la Dra. Stange (Universidad de Chile) pueden ser clave.
Plántulas de tomate y kiwi editadas con Crispr para tolerar condiciones de sequía y salinidad crecen en paralelo a manzanas que han sido editadas para una mayor nutrición y no oxidarse tras ser cortadas. ¿Podrá Chile ser un ejemplo mundial en la adopción de esta nueva tecnología?
Mientras el país enfrenta al coronavirus y vive un ambiente de acaloradas discusiones políticas, en el laboratorio de la Dra. Claudia Stange (foto) en la Universidad de Chile, crecen bajo mucha atención y cuidado unos pequeños brotes de manzano, kiwis y tomate, los cuales han sido editados genéticamente para mejorar su contenido nutricional y resistencia a la sequía y suelos salinos.
Chile ha sufrido la peor sequía de su historia durante 10 años seguidos, y aunque el invierno de 2020 ha sido una tregua momentánea, estos pequeños brotes de la Dra. Stange se proyectan como una herramienta importante, entre varias otras, para que el país enfrente el cambio climático y las frecuentes sequías cuando la pandemia y las grandes discusiones políticas vuelvan a la normalidad.
LA BIOTECNOLOGÍA SURGIÓ NATURALMENTE.
“Siempre me gustaron las plantas porque crecí en el campo y fue una enseñanza inconsciente transmitida por mi madre y mi abuela”, dijo la Dra. Stange a ChileBio, una asociación sin fines de lucro dedicada a informar y educar sobre biotecnología agrícola.
“La biotecnología surgió naturalmente ya trabajando en la facultad de ciencias considerando la importancia de los carotenoides en la salud”, agregó.
La Dra. Stange es bioquímica de la Universidad de Chile y en 2004 el doctorado en Ciencias Biológicas de la Universidad Católica de Chile, con una tesis sobre interacción planta-patógeno. Su interés por las plantas proviene desde su niñez, cuando por diversión y curiosidad polinizaba y cruzaba flores en la ciudad de Puerto Montt, su ciudad natal.
Stange ha desarrollado una destacada carrera desde que obtuvo su doctorado, realizando investigaciones sobre la vía metabólica de los carotenoides en las zanahorias (en la cual se encuentra el precursor de la Vitamina A) y mejoramiento genético de frutales.
La investigación de Stange, quien en 2020 fue nombrada Presidenta de la Sociedad Chilena de Biología Vegetal, no se quedó sola en ciencia básica, ya que durante una década proyecta aplicaciones futuras que pueden ser de gran importancia para el país.
MANZANA “DORADA” Y EL PROBLEMA DE LOS TRANSGÉNICOS.
El arroz dorado es un proyecto humanitario iniciado por científicos alemanes para desarrollar un arroz transgénico rico en carotenoides, pigmentos vegetales de gran poder antioxidante y que son precursores de la vitamina A, un nutriente que casi no se encuentra en la dieta de varios países asiáticos en desarrollo, un problema que a su vez es responsable de alrededor de un millón de muertes y miles de casos de ceguera infantil cada año.
El primer proyecto aplicado de la Dra. Stange, que comenzó en 2011, tenía un objetivo similar al del arroz dorado, ya que buscaba desarrollar plántulas transgénicas de manzano con genes para sintetizar carotenoides en los frutos. Por razones técnicas y de tiempo de trabajo, la ingeniería genética es la mejor herramienta para modificar dicha vía metabólica de los carotenoides, frente a los métodos convencionales.
Hay que considerar que Chile es un importante productor mundial de manzanas, y en 2019 fue el cuarto mayor exportador de esta fruta, por lo que mejorar el perfil nutricional de las variedades locales y exportadas agregará un gran valor e impulso a esta industria chilena.
Por otro lado, “hoy los consumidores buscan alimentos funcionales, es decir, con mayor contenido de antioxidantes, vitaminas, etc. Esas características las cumplirían nuestras manzanas con un mayor contenido de carotenoides (que son las moléculas de pro-vitamina A) y antioxidantes que contrarrestan diversas enfermedades y el envejecimiento”, comentó la Dra. Stange a ChileBio.
Aunque en cultivos como maíz, soja o canola, el desarrollo de eventos transgénicos ya es rutinario en algunos países, los investigadores continúan enfrentando un gran obstáculo con trabas regulatorias y/o oposición política y ecologista al momento de utilizar esta tecnología.
“Es de conocimiento que los cultivos transgénicos han aumentado su comercialización a lo largo de los años, sumándose 27 países (a nivel comercial) en todo el mundo. Considero que ello irá en aumento, dado que luego de 30 años de que han sido cultivados y comercializados, no se ha reportado ningún caso en el cual se haya afectado la salud de las personas”, afirmó la científica.
El trabajo tuvo resultados exitosos en la generación de líneas transgénicas de plántulas de manzano biofortificadas en el laboratorio, pero por falta de financiamiento, el proyecto finalizó en 2014. A esto, se suma el vacío regulatorio de Chile, el cual aún no posibilita llevar esta tecnología al campo de los agricultores chilenos.