Tras perder la batalla con la soja, la paloma y la cotorra, el girasol regresa a las chacras uruguayas
Los agricultores buscan opciones a la soja y ahora disponen de variedades resistentes a plagas, que han dado buenos resultados en recientes experiencias productivas.Luego de un ensayo realizado en la zafra 2019/2020, que involucró una superficie de entre 300 y 400 hectáreas y rendimientos de unos 2.000 kilos por hectárea, la industria local pretende aumentar su demanda por girasol, un cultivo que prácticamente desapareció en Uruguay
desde inicios de este siglo, tras haber sido considerado incluso como el cultivo estrella entre las oleaginosas de verano, cuando la soja no era lo que llegó a ser (el principal cultivo en el área nacional de chacra).
Desde hace varios años el área de siembra de girasol en Uruguay es de escasa relevancia. El mismo ha sufrido mermas importantes y abruptas en un lapso de tiempo muy breve, pasando de 55.000 a 10.000 ha sembradas a nivel nacional para las zafras 2008/2009 y 2010/2011, respectivamente, según se desprende de un informe remitido a El Observador, denominado Resultados experimentales de la evaluación nacional de cultivares de girasol, elaborado por profesionales del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en 2014.
El girasol no solamente fue desplazado fundamentalmente por la aparición de la soja y otros cultivos de verano, sino que el continuo problema de hongos que destruían las plantas y la presencia de aves plaga, como palomas y cotorras, también fueron desterrando al cultivo de las chacras.
Ahora la novedad es que hay nuevas variedades en el mercado, resistentes a esas plagas y de ese modo se renueva la esperanza de los productores que manejan al girasol como una nueva opción en su abanico de cultivos de verano, con el foco puesto también en una rotación en el uso de las tierras que tiene un alto valor para el cuidado del recurso suelo.
Un estímulo clave para los agricultores
Una de las principales razones por las que el girasol vuelve a ser atractivo es que en la zafra pasada algunos productores se arriesgaron y pusieron sus fichas en esta oleaginosa y les fue bien. Y muchos otros buscan opciones para sustituir al menos en parte a la soja, un negocio agrícola que presenta márgenes ajustados, y además no en todos los casos se logra una ganancia.
Desde Cousa (Compañía Oleaginosa Uruguay SA) se aseguró que “al productor uruguayo le gusta mucho producir girasol”, por lo que, si se logran sortear los problemas señalados, “es probable que tenga un futuro interesante en las chacras uruguayas”.
En ese escenario, se prevé que en la próxima campaña se siembren unas 6.000 hectáreas a nivel pais. “Son cosas que hay que retomar”, dijeron desde el área comercial de Cousa a El Observador.
Esta industria tiene prácticamente asegurado el volumen de girasol previsto para la zafra 2020/2021 de 10.000 toneladas (correspondiente a un área de 5.000 hectáreas).
Se trata de un contrato que tiene como referencia al precio de la soja que se publica en la Cámara Mercantil de Productos del País (CMPP) para el mercado local y de exportación. Para fijar el precio del girasol se hace la media de esos valores, aunque esto podrá realizarse a partir de enero y hasta junio del siguiente año.
La bonificación se dará a partir de una base de materia grasa de 42%, con dos puntos por cada punto adicional hasta el 47%. A partir de ese nivel la bonificación será de un punto por punto adicional de materia grasa.
Con el foco en el mercado interno y en exportar
La empresa también comprará girasol disponible en el mercado luego de la cosecha, dado que se apunta, en un futuro, a retomar las exportaciones de derivados (como aceite y harina) que históricamente han sido a Brasil y Chile, aunque por ahora el destino fundamental es el mercado interno.
La expectativa de rendimiento es de unos 2.000 kg/has y está dada en que algunas chacras del año pasado rindieron un poco más, sobre los 2.200 kg/has.
“Uno de los miedos que hay es a la producción chica, porque cuánto más chica la producción, más llama a los pájaros a ir. Ese es uno de los miedos más grande que tienen los productores”, dijeron desde Cousa.
Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 17 Agosto 2020