FAO
Ganadería y Clima comenzó el diagnóstico en predios de Uruguay
Los 52 establecimientos que participan del proyecto Ganadería y Clima recibieron las primeras visitas del técnico o técnica extensionista con el que van a trabajar en los próximos tres años. Durante esos primeros encuentros productores y técnicos pudieron conocerse y comenzar la fase de diagnóstico.
A través del intercambio que acaba de comenzar entre productoras y productores, extensionistas e investigadores, el proyecto busca generar un aprendizaje social en el ámbito de la ganadería.
Actualmente y durante los próximos 3 meses, el proyecto va a estar caracterizando y diagnosticando los establecimientos. En esta etapa se busca entender cómo es la estructura y el funcionamiento de cada predio y explicar los resultados obtenidos. También se pretende comprender las aspiraciones de las productoras y productores, así como las estrategias que eligen para alcanzarlas, con el objetivo de traducirlas en objetivos y metas concretas.
Para lograrlo, se trabaja en base a indicadores de sostenibilidad biofísica, económica y social. En el marco de ese proceso, el equipo de extensionistas visita cada establecimiento y, a través de estos encuentros, busca conocer la situación del predio y cómo se llegó a ella.
El técnico o técnica está conociendo la historia de los establecimientos a los que va a ir siguiendo, a través del uso que se hace de su suelo ahora y del que se hizo en los últimos 3 años. Gracias a las declaraciones juradas, también se repasa el stock y la carga que tuvo el predio, así como las ventas realizadas y las compra, en el mismo periodo.
La Ing. Agr. Victoria Gestido, es la agente de apoyo en territorio del equipo de extensionista en las zonas noreste y este del país, explica que “se busca acceder a todos los números para calcular desde los indicadores productivos hasta los indicadores económicos, para tener una idea muy fina de la situación de partida, para poder medir el impacto del proyecto”.
Este diagnóstico apunta a entender cómo se llegó a la situación en la que se encuentra el predio, y por eso también se releva información de los años anteriores.
La primera visita es profunda y distendida. Dura varias horas, durante las cuales se pretende conocer la idiosincrasia de cada familia productora, empatizar y reconocer las particularidades de cada establecimiento, indagando en cómo se trabaja y por qué se toman ciertas decisiones. Además, se relevan datos generales de la situación actual, como el área total, los potreros, la cantidad de animales por potrero, cuál es el enfoque productivo, si se hace ciclo completo o cría, cuándo se vende, cuándo se compra.
Para Gestido, “es necesario que el productor o la productora, interiorice lo que el proyecto va a generar en su predio, es muy importante que el equipo extensionista/productor o productora tenga claro de dónde partimos, porque este proyecto pretende que productoras y productores aprendan a manejar un conjunto de tecnologías, entendiendo como estas se combinan y aplican en diferentes escenarios climáticos y económicos. Si las personas no están completamente convencidas, esto no se puede hacer”.
El proyecto Ganadería y Clima cuenta con el apoyo del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés) y busca generar un aprendizaje social a través del intercambio de conocimiento entre productores y las productoras, técnicos extensionistas e investigadores.
Luego de la charla y el relevamiento de datos, se realiza una recorrida del establecimiento, se geo-referencia el predio, se realiza un croquis y se mide la oferta en cada potrero, es decir la cantidad de pasto en relación de la cantidad de kilogramos de peso vivo.
La productora Judith Insúa de Durazno, relata que, en la primera visita, la técnica Ing. Agr. Carolina Gari confirmó la información que ella le había enviado previamente, recorriendo todo el predio. “Nos preguntó todo: qué había plantado y cuánto tiempo tenían las praderas, cuándo se entora, cuándo se desteta, cuáles estaban preñadas y si habíamos participado de otros proyectos ganaderos. Se hizo un intercambio muy fluido, esperamos que en la próxima visita nos cuente que vio en los números y como venimos”, dijo Gari.
Todas las entrevistas se realizaron al aire libre, manteniendo los dos metros de distancia recomendados entre personas, sin ningún tipo de contacto corporal y, en el caso de las recorridas a campo, se hicieron a pie o en autos particulares (cada persona en su propio automóvil).
Tanto el equipo extensionista como las familias participantes recibieron la guía de medidas de protección frente al coronavirus Covid-19 elaboradas en base a documentos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y revisadas por la Organización Panamericana y Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), previo a los encuentros.
Además de las visitas, se realizan intercambios permanentes entre el equipo de extensionistas, el equipo de apoyo territorial, los docentes de Facultad de Agronomía que lideran el proceso en territorio y el equipo conjunto de la FAO y la Agricultura y el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, que coordina la totalidad del proyecto.
En algunos casos y en función de la situación agropecuaria, se hicieron recomendaciones luego de la primera visita.
Sobre el proyecto
En febrero, el proyecto Ganadería y Clima finalizó el proceso de selección del equipo de extensionistas y de los 64 predios seleccionados en las 4 zonas del país en las que trabaja el proyecto. En marzo estaba previsto realizar el primer encuentro nacional de Ganadería y Clima, pero la emergencia sanitaria obligó a suspender dicha actividad, en la que estaba confirmada la participación de más de 200 personas entre productores y productoras, equipo técnico, docentes y representantes de diversas instituciones. Sin embargo, ese mismo mes se realizaron varias reuniones virtuales preparando la primera visita. También se envió información a las familias participantes, tanto respecto a la situación del proyecto frente a la emergencia sanitaria, como al equipo de extensionistas, al que no conocían.
En abril comenzaron las primeras visitas, aplicando las medidas de protección y prevención que se recopilaron en la guía avalada por la OPS/OMS.
El proyecto pretende implementar prácticas de Ganadería Climáticamente Inteligente (GCI) que apuntan a mejorar la producción, utilización y transformación en la producción animal del forraje a partir de la gestión de la intensidad de pastoreo, que permite mejorar el consumo de energía por parte del animal y a su vez la producción de forraje.
En los sistemas ganaderos se implementan técnicas de manejo para definir los momentos en los que deben ocurrir los principales eventos productivos.
La gestión de sistemas de cría de ganado basados en campo natural y los mecanismos de control de los procesos biológicos involucrados, son de alta complejidad y esos hace que a menudo se vuelva complejo, para los productores, el poder implementar las prácticas de GCI. Para subsanar esta limitante, el proyecto adopta como estrategia de trabajo en los predios el enfoque de ‘coinnovación’. La coinnovación se propone mejorar de manera significativa los resultados productivos, económicos, ambientales y sociales de los predios participantes, realizando cambios de fondo en la estructura y funcionamiento de los sistemas, abordándolos como un todo.
Para lograr estos resultados se todos los participantes accederán a capacitaciones y otras formas de capacitación, buscando la construcción colectiva de trayectorias de cambio y adaptando las propuestas a la realidad concreta de cada explotación.