apicultores donanApicultores mejoran su ánimo y donan miel para canastas solidarias

Aunque a precios menores, mejoran las exportaciones, en tanto se organizan donaciones de miel

En un mundo afectado por los perjuicios derivados de la pandemia de covid-19 (coronavirus), que por ejemplo han puesto en jaque a sectores de la producción de alimentos, los apicultores uruguayos mejoran su ánimo.

Las exportaciones crecieron en los primeros tres meses de 2020 y eso es una buena noticia, dado que hace al menos tres años el sector afronta una crisis; lo malo es que los precios siguen bajos.

En 2016 se instaló un racha de situaciones negativas para este sector de la granja nacional. Por un lado, se detectaron en mieles uruguayas niveles no permitidos de resíduos de glifosato, lo que hizo cerrar algunos mercados.

“El glifosato es el talón de Aquiles de nuestras mieles”, lamentó Ruben Riera, presidente de la Sociedad Apícola Uruguaya (SAU).

Sumado a eso, hubo que empezar a competir con un producto chino que invadió el mercado mundial, una miel adulterada y además de precio extremadamente bajo.

Se exporta más, pero gracias a que los precios son menores
Si bien no significa una salida definitiva a la crisis, las exportaciones de han tenido recientemente un aumento “sustancial”, sobre todo hacia Europa, debido a que ese continente ha sido fuertemente golpeado por el coronavirus y eso ha restringido en gran medida la producción local.

Lo malo es que de momento los apicultores continúan recibiendo un precio muy bajo, de US$ 1 a US$ 1,10 por kilo y solo en “casos excepcionales” se recibe algo más.

10% de los 10 millones de kilos de miel que se producen cada año se consumen en el mercado local.

Riera explicó que lo ideal, para cubrir los costos y tener un margen razonable de ganancia, sería lograr al menos US$ 2 a US$ 2,50.


Hoy el principal comprador es España y en un segundo plano aparece Estados Unidos. Estos mercados, y alguno más que puede aparecer, reciben la miel nacional si la composición supera las 50 partes por billón de glifosato.

Hay otros, como el alemán que supo ser el destino principal para las mieles uruguayas y con buenos precios, que solo reciben el producto con menos niveles de resíduos de ese agroquímico.

En diálogo con El Observador Riera explicó que hay un esfuerzo grande por parte de los exportadores en la conquista de nuevos destinos, algo fundamental para que el sector frene el achique.

Pero, como se indicó, el alza en las exportaciones se basa en una caída de los precios. Se accede a los mercados, ofreciendo un menor precio. Eso genera una sensación agridulce en el productor.

Hay menos apicultores
Con base en el último registro nacional hay 2.464 apicultores, unos 250 menos que en 2018. Lo bueno es que la cantidad de colmenas no disminuyó, sigue en 530 mil a 550 mil. Riera lamentó que la cantidad de productores de miel seguirá bajando, “porque la apicultura hoy no es sustentable”. Mencionó que muchas de esas colmenas se desarrollan en zonas altamente productivas. “Y son las que van a seguir en el rubro”, anunció.

Apoyo por emergencia
La sequía de este verano también afectó a los apicultores. En ese marco, San José, Canelones, Montevideo y áreas de Florida y Maldonado fueron zonas incluidas en la emergencia agropecuaria por el déficit hídrico que declaró el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP).

Las colmenas ubicadas en esas  zonas fueron tenidas en cuenta en un plan de apoyo elaborado por la Dirección General de la Granja y hay 156 emprendimientos apícolas que tendrán ayuda económica. En una primera etapa, para productores familiares ganaderos, lecheros y granjeros el MGAP dispuso de US$ 700 mil para préstamos. Los vencimientos de los pagos serán en noviembre de 2020 y noviembre de 2021 y en el caso de los apicultores los intereses van a estar subsidiados por el Fondo Nacional de la Granja.

Se estima que los que trabajan en esas áreas  producirán menos de 10 kilos por colmena, por lo que, con la ausencia de los recursos económicos adecuados, “van a abandonar al rubro”, lamentó. A modo de referencia, en la última campaña hubo un promedio de 19 a 20 kilos de miel por colmena.

Lo positivo es que hay zonas de algunos departamentos que no fueron afectadas por la adversidad climática y han logrado una muy buena productividad.

Los apicultores observan que, con el ajuste en el área sojera y el incremento de la actividad ganadera en los últimos años han crecido las praderas forrajeras y eso ha permitido mejorar en los promedios de producción. Otra realidad positiva es que muchos han llevado sus colmenas a plantaciones de eucaliptus. “Están muy contentos con la productividad que están teniendo”, indicó.

Y respecto al resultado de esta nueva zafra, estimó que globalmente los números serán mejores.

Miel solidaria
Si bien la situación económica de la inmensa mayoría de los apicultores es deficitaria, muchos se sumaron a la oleada de donaciones en el marco de las ayudas locales para mitigar impactos por el covid-19 y así se creó la campaña Miel Solidaria.

En una primera instancia, se pretende acopiar 70 tanques de miel (cada uno con 300 kilos). Cada apicultor donará lo que pueda.

Lograda esa meta, se la fraccionará en envases de 250 gramos para entregar en un frasco por familia en una de las canastas de alimentos que se destinen a la población a través de entidades públicas o privadas.

Si bien es una iniciativa de los apicultores, la SAU se comprometió a respaldar, por ejemplo organizando las donaciones.

Bondades de la miel
La nutricionista María Rosa Curuchet destacó a El Observador que la miel posee cualidades como endulzante, ya que mayoritariamente está compuesta por azúcares, pero también aporta en pequeñas cantidades oligoelementos como minerales, ácidos orgánicos y vitaminas, lo que agrega diversidad de nutrientes a quien la ingiere. Por eso su presencia en canastas alimenticias es estratégica.
Además, según el Recetario de la Miel del Ministerio de Desarrollo Social y Instituto Nacional de Alimentación (Inda), dada la versatilidad de este producto, se lo puede incorporar en preparaciones dulces y salada, aportando humedad, brindando una textura suave, delicada y un agradable aroma y sabor.
Se trata principalmente de un tipo de azúcar, fluido y viscoso, altamente energético. Es por eso, que su uso como ingrediente y condimento debe ser moderado y en sustitución del azúcar refinado, de modo de no favorecer el exceso calórico.
Dado que la miel no presenta adición de sustancias químicas como aditivos, colorantes, saborizantes y conservantes, es un alimento más amigable con el medio ambiente y con el consumidor en comparación con otros alimentos ultraprocesados, ya que poco se conoce el efecto de estos compuestos a largo plazo sobre la salud de las personas.

Diario EL OBSERVADOR - Montevideo - URUGUAY - 12 Abril 2020