Fernando Indarte: “Políticas serán claves en el precio”
– ¿Cómo analiza el comportamiento del mercado de los campos?
– La lógica de los últimos años es de menores operaciones desde cuando llegamos a un pico en 2007 y después en los años 2012 y 2013. A partir de ahí fue cayendo el número de negocios y del valor de la tierra. Por tanto, en este año continúa la misma lógica, a lo que se suma un componente de año electoral que siempre genera incertidumbre y la gente espera que se defina para hacer operaciones importantes, independientemente de cuál sea la situación. Obviamente que se han hecho negocios, pero si se compara con las tendencias de los años que mencioné, las transacciones son menores.
– ¿Qué situaciones se han dado para que disminuya el número de operaciones y el valor de la tierra?
– Hay varios factores que sucedieron, pero la baja de la rentabilidad es uno de los principales. Para que sea atractiva una inversión fija, como la tierra, de poca liquidez y que cuando querés salir cuesta, la rentabilidad es fundamental. En algún momento, en 2003 y 2004 en la primera explosión de la soja, se llegó a tener 7 a 7,5% de rentabilidad, era una época en la que Uruguay estaba muy abajo con respecto a Argentina por los coletazos de la crisis del 2002; entonces teníamos rentabilidades altísimas. Hoy se está en 2,5 a 3% de rentabilidad. La situación del país cambió. Y más allá que algunos commodities, como la carne vacuna, están en precios históricamente altos, si a esos valores sumás la carga impositiva y los costos en general, pasás del 7% al 2,5% de rentabilidad. Eso hace poco atractivo la inversión en el activo tierra, porque hoy los inversores cuentan con muchas otras opciones, y la inversión al final del día siempre termina buscando rentabilidad.
– ¿En cuánto estima el porcentaje de ajuste del valor de la tierra?
– En un 40% más abajo, tomando desde la punta de precios de la gráfica a la actualidad. Eso se ha dado en general, fue bastante pareja la baja de los distintos tipos de campos. Tal vez los que sintieron menos el impacto de ajuste fueron aquellas tierras con alta prioridad forestal, relacionado, a algo que ya es sabido, al auge de la forestación en el país. No tengo dudas que en pocos años vamos a pasar a ser un país forestal-agrícola-ganadero o forestal-ganadero-agrícola, la forestación estará en primera ubicación.
– ¿Estamos en referencias piso?
– Es difícil saber si estamos en el piso de valores. Un factor que va a depender mucho es la posición que tome el nuevo gobierno en Argentina, que siempre tiene una gran influencia con nosotros, además de la posición que tome el nuevo gobierno en Uruguay, sea el partido que sea.
– ¿Pasa a ser fundamental la postura política que se tome en Uruguay?
– Es clave, porque si aumentás la carga impositiva sigue afectando negativamente la rentabilidad y sigue bajando el valor de los campos. Si sigue aumentando los costos relacionados a la producción agropecuaria, también bajás rentabilidad y terminás bajando el valor de los campos. Hoy todos sabemos que no se pueden bajar los impuestos, lo que sí puede suceder es que alguno tenga más afinidad con el campo y apuesta a la producción y brinde condiciones para que la gente pueda crecer, y el Estado recaude más impuestos por mayor producción. O también está la opción de seguir siendo más antipáticos con el agro y presionar más al campo. Ahí está la clave de lo que puede llegar a pasar. De igual manera, si se avizoran políticas amigables con el campo, el cambio del mercado será lento por la actual situación de baja rentabilidad.
– Recién mencionó Argentina, con la elección de Alberto Fernández y el retorno del gobierno “K”, ¿podría registrarse una nueva oleada de inversores argentinos en el país?
– Es necesario ver qué actitud toma el gobierno, si son tan radicales como fueron o están más moderados. Independientemente de eso, no vamos a tener la oleada que experimentamos en 2003, porque en ese momento se dieron otras condiciones. Uruguay, por la crisis económica, estaba desalineado con Argentina, y la rentabilidad para invertir en tierras estaba por las nubes. Sumado a la era de un negocio emergente que fue la nueva forma de hacer agricultura y un cultivo que no existía en Uruguay y en poco tiempo se sembró más de un millón de hectáreas, como fue la soja. Era obvio que rápidamente tenía que arbitrar y subir el precio, se llenó de inversión extranjera y también fue rápido como se salió de la crisis.
– Ahora las condiciones de Uruguay son otras…
– Si claro, no están las mismas condiciones de antes. No hay rentabilidad, se tiene la mayor carga impositiva y el argentino tiene más opciones para invertir su capital. Es posible que algunos argentinos vengan, hay que ver cuántos llegarán, el país siempre ha sido un refugio para los vecinos por ser serio y cumplidor. Con esa llegada, quizás puede hacer que el precio toque piso y deje de bajar o hasta subir moderadamente.