La "meta" de Martínez: quiere que las tarifas “reflejen los costos” de las empresas
El precandidato del Frente Amplio dijo que un eventual gobierno suyo tenderá a buscar esos recursos en otros lados
Para el precandidato frenteamplista Daniel Martínez, el valor de las tarifas públicas debe fijarse “de acuerdo a los costos de las empresas” y no como un insumo para transferir a Rentas Generales. Así lo declaró este miércoles a la prensa luego de disertar en el Club de Golf ante un auditorio de empresarios convocados por la Asociación de Directores de Marketing (ADM).
En la presentación Martínez insistió en su postura de que la carga tributaria “es acorde” al país y que en varios sectores los impuestos y salarios “no son lo más importante para lograr mayor competitividad”, como sí lo son el factor tecnológico y de innovación. En rueda de prensa, el exintendente de Montevideo fue consultado respecto al impacto de las tarifas públicas y señaló que, en caso de ser electo presidente, “la meta” va a ser que el precio esté fijado en función de los costos de las empresas, a diferencia de lo que ocurre en la actualidad.
“La tendencia va a ser a lograr que el costo de las tarifas sea el que corresponde de acuerdo a los costos de la empresa. Obviamente no se puede hacer de un día para el otro, porque ese dinero hoy en día es parte de la estructura de gasto del Estado. Por algún lado lo tengo que sacar y hay que ver cómo se logra”, expresó Martínez.
La declaración constituye una de las críticas más importantes que el precandidato favorito del oficialismo según todas las encuestas hizo a su gobierno en lo que va de la campaña.
Según Martínez, cuando uno tiene “costos adicionales” dentro de las tarifas “no se puede comparar (con otras empresas u otros parámetros) para ver si las cosas se están haciendo bien o no”. “Entonces la meta es que cada una termine reflejando los costos y ver por qué lado se sacan esos recursos que se dejan de conseguir”, añadió.
El planteo supone un viraje respecto a la actual conducción de las empresas públicas, y al rol que el gobierno le ha asignado en el manejo macroeconómico. En 2017, los entes volcaron a Rentas Generales US$ 530 millones; UTE lideró con US$ 336 millones, Antel aportó US$ 100 millones, el Banco República US$ 85 millones y la Administración Nacional de Puertos US$ 10 millones, según información de la OPP.
"Sinónimos de fracaso"
Durante los 50 minutos que duró su alocución en ADM, Martínez no evadió hacer algunas apreciaciones que lo distancian de la agenda predominante del empresariado. Por ejemplo, dijo que le “preocupa” que se ponga el foco únicamente en los impuestos, tarifas o salarios y planteó que hay "algunos sectores que tienen para dar un salto tecnológico descomunal y ser más competitivos" pero que "se quedan" con "una cabeza" centrada en los costos. "Eso es sinónimo de fracaso. Lo digo con claridad: sinónimo de fracaso”, manifestó.
“Lo entiendo. Sé lo que significan los apuros de una empresa o las angustias de tener que salir a conseguir recursos para pagar un sueldo. Sé lo que es y que hay que atender la urgencia pero sin perder el largo plazo. Como país no estamos por fuera de los parámetros mundiales”, agregó. El precandidato dijo que con su equipo han “estudiado unos cuantos sectores” y que “hay de lo más variado”. Si bien no quiso adelantar ejemplos particulares, subrayó que no cree que “una medida general o al voleo sea lo correcto”.
Por otra parte, Martínez dijo que "ahora está de moda hablar de austeridad" en alusión a la propuesta de Lacalle Pou. "¿Por qué hablar de shock? Es un mandato ético de cualquier funcionario público, no un tema de shocks. Le tengo pavor a esas modas porque da la sensación de que es algo publicitario y no se conocen las estructuras internas", argumentó. "No hay soluciones mágicas. Hay método y sistema", subrayó. En línea con su planteo de evitar las "estrellitas" en el gabinete, Martínez agregó que "Uruguay está demasiado acostumbrado a los líderes mágicos que pegan un grito y hay que agachar la cabeza". Eso también "es sinónimo de fracaso", concluyó.