Volvieron las cianobacteriasVolvieron las cianobacterias

Volvieron a aparecer las cianobacterias que no se van a ir por mano del azar sino con políticas públicas inteligentes y articuladas.

Un cambio de rumbo en este sentido es más que necesario y el gobierno y las autoridades correspondientes deben tomarse el tema en serio. De no hacerlo las consecuencias en la salud de la población, el turismo y el comercio serán temibles.

Las cianobacterias son como un virus resistente que llegó para quedarse. En los últimos días las corrientes de agua del sur del país volvieron a teñirse de verde. Como si tuviese alguna relación con el papelón protagonizado por el gobierno y las fuerzas armadas por los tristes episodios de la dictadura, las cianobacterias vuelven, bien verdes y molestas.

Cuando todos parecen haberlas olvidado, las algas vuelven. Se empeñan en retornar para recordarnos que lo que sucedió en verano afectando al turismo de nuestros principales balnearios e infectando individuos no fue parte de una pesadilla pasajera.

Circulan videos por las redes sociales de botes surcando el río Negro en un líquido verdor espeso, muy alejado del color natural que siempre caracterizó la corriente de agua dulce que corta el país en dos. Entre los troperos ya se sabe: hay cañadas en que el ganado no puede tomar agua porque se enferma y hasta puede perecer.

El legado de un sistema productivo agropecuario con falta de coordinación y controles, que se caracterizó por la relativización de aspectos relacionados con el cuidado del agua, el uso de pesticidas, fertilizantes y la utilización adecuada de los envases está haciendo sonar una alarma que se diluye en el griterío de una campaña electoral confusa y el cansancio de un gobierno que carece de iniciativa y protagonismo.

Mientras en el mundo las nuevas generaciones ponen el grito en el cielo y se movilizan ubicando el tema del cuidado del medioambiente sobre el tablero, Uruguay sigue enfrascado en discusiones del pasado como si el presente no clamase por acciones concretas y coordinadas.

El más que adecuado eslogan de Uruguay Natural parece haber nacido antes de tiempo y con los protagonistas equivocados de la historia. En un mundo que vuelca su consumo cada vez más hacia lo natural, Uruguay debería ser el principal proveedor de alimentos naturales del mundo: la carne, los cultivos orgánicos, la miel pura de abejas, la leche generada de vacas que pastan en praderas naturales y otros. Suena a utopía lejana pero solo requiere de ver la oportunidad y actuar en consecuencia.

¿No habrá llegado la hora de ponerse a discutir en serio el tema del Uruguay productivo, del cuidado de nuestro medioambiente, de nuestros recursos naturales y del bien más sagrado de todos: el agua? ¿No habrá llegado por fin el tiempo de empezar a avizorar un futuro posible para Uruguay ligado a lo natural y a la aplicación de tecnología de punta en nuestra agropecuaria que vaya de la mano del cuidado de la naturaleza?

Pero no, como las cianobacterias que vuelven, la discusión pública y los protagonistas del último medio siglo en el país se resisten a marchar y dejarles el lugar a nuevos debates, nuevos desafíos y un porvenir prometedor en que las nuevas generaciones se animen a ser protagonistas por fin.

Diario EL OBSERVADOR -Montevideo - URUGUAY -12 abril 2019