Productores Forestales uruguayos alertaron sobre limitantes a capacidad exportadora del sector
Superposición de legislaciones, costos de energía y combustibles, e infraestructura podrían afectar curva ascendente de exportaciones
“Uruguay tiene la posibilidad de que en los próximos 10 años duplique las exportaciones forestales y pasar de 2.100 millones a US$4.000 millones anuales, con más transformación y más valor agregado”, afirmó el presidente de la Sociedad de Productores Forestales, Carlos Faroppa.
El directivo participó, en el marco de los 60 años de la institución, en el desayuno “2020. Retos para la Construcción del Mañana”, que reunió al ex canciller uruguayo y ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias, al director de Planificación de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Fernando Isabella. La instancia contó, además, con exposiciones del representante del estudio Ferrere CPA, Alfonso Capurro, sobre la contribución económica de la cadena forestal, y los desafíos y oportunidades que se generan en materia logística, por parte del especialista Guillermo Mera.
“El 23,8% de las exportaciones totales, en 2018, fueron forestales, lo que configura un perfil de país forestal. Podemos criticar que la actividad está muy sectorizada en la cadena celulósica, que hay mucha materia prima sin elaborar pero este es el perfil y si le agregamos valor la incidencia será mayor”, analizó el dirigente.
Faroppa afirmó que el sector “se encuentra con limitaciones” para continuar creciendo. “Hoy estamos moviendo volúmenes de 15,5 millones de metros cúbicos pero en breve vamos a tener que hacerlo con 25 millones pero para eso tenemos algunas limitaciones en los costos de energía y combustible y en infraestructura, entre otros, que nos hacen disminuir nuestra capacidad exportadora”.
Además, reconoció el mejoramiento de las rutas y el proyecto, en marcha, del Ferrocarril Central que unirá Fray Bentos, en el centro del país con el puerto de Montevideo, al sur, impulsados por el Ministerio de Transporte y Obras Públicas. No obstante, manifestó que es necesario construir carreteras con nuevos diseños, para los nuevos camiones, más anchas, con menos curvas o curvas más amplias y rectas con trazados este-oeste y norte-sur.
Sector forestal cuenta con Código de Buenas Prácticas
Faroppa advirtió sobre lo que considera una “superposición” de la legislación en materia de ordenamiento territorial y medio ambiente y los requisitos de diversas reparticiones estatales. “Encontramos dificultades cuando se plantea un proyecto en suelo forestal, que es el único en materia agropecuaria relativo al uso de la tierra que exige un doble permiso de la Dirección General Forestal (Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca) y la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente)”, ilustró. “Nos estamos entrampando a nosotros mismos”, alertó.
El titular de la gremial añadió el caso del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, también perteneciente a la cartera de Vivienda, que “está comprometido a incorporar áreas protegidas y monte indígena pero no convalida las plantaciones forestales, que son las grandes fijadores de carbono. En el futuro también visualizamos una limitante importante en cuanto al área a crecer”, apuntó.
Faroppa consideró que las dificultades descriptas le generan incertidumbre al inversor que quiere desarrollar un proyecto forestal. El directivo dijo que se visualiza como un riesgo lo que denominó como “presión ambiental o ambientalismo, que no quiere decir cuidado ambiental, la que ejercen organizaciones no gubernamentales y personas de la sociedad civil y que no manejan el grado de conocimientos que si tiene el mundo forestal”. En ese sentido, recordó que el sector cuenta con un Código de Buenas Prácticas elaborado por la institución, la Universidad de la República, los ministerios de Vivienda y Trabajo, el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias y el Laboratorio Tecnológico del Uruguay.
“Tenemos los esquemas de certificación más exigentes del mundo porque Uruguay tiene que exportar sus productos forestales. Los sellos y la cadena de custodia funcionan a la perfección y nuestros productos son reconocidos en China o Vietnam que transforman esa madera certificada y le incorporan el sello al lugar de destino, como Estados Unidos o Europa”, remarcó.