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Australia lanzó el barco eléctrico más grande del mundo y viene rumbo al Río de la Plata
La nave fue construida para Buquebus. Unirá Buenos Aires con Uruguay y puede llevar 2.100 pasajeros, pero aún no sirve para cruzar océanos.El barco eléctrico más grande del mundo ya está terminado. Se llama Hull 096, mide 130 metros de largo, y fue construido por la empresa australiana Incat para la compañía Buquebus, que lo usará para cubrir el trayecto entre Buenos Aires y Uruguay.
Según informó Business Insider, el ferry, que ya fue botado en Hobart, Tasmania, está diseñado para transportar 2.100 pasajeros y 225 vehículos. Es un buque completamente eléctrico: funciona con una batería de 40 megavatios-hora, la más potente jamás instalada en una embarcación, y utiliza ocho motores tipo waterjet desarrollados por la firma finlandesa Wärtsilä.
Aunque se trata de un hito para el transporte marítimo, sus límites son claros. “Debajo de 50 millas, lo eléctrico será casi total. Arriba de 200, hoy es inviable”, explicó el fundador y presidente de Incat, Robert Clifford, en diálogo con Business Insider. El problema sigue siendo la baja densidad energética de las baterías comparada con los combustibles fósiles.
Por eso, este tipo de tecnología se enfoca en rutas cortas y frecuentes, como el cruce del Río de la Plata, el canal de la Mancha o el mar Báltico. “Somos constructores de ferris”, resumió Clifford. “Incluso los más grandes no suelen superar los 160 metros de largo”.
El Hull 096 iba a ser originalmente un ferry a gas natural, pero Incat convenció a Buquebus para apostar por un modelo 100% eléctrico. “Este barco cambia el juego”, aseguró Clifford en un comunicado. “Es el proyecto más ambicioso que entregamos en más de 40 años de historia”.
Además de su potencia, el barco tendrá un área de 2.300 metros cuadrados de duty free. Las pruebas finales se harán este año en el río Derwent, antes de que comience a operar en Sudamérica.
Desde que se anunció su finalización, Incat recibió interés de al menos una docena de potenciales clientes en Europa y América del Sur. Pero el crecimiento presenta un desafío: pasar de fabricar uno o dos barcos por año a cuatro o más implicaría aumentar el personal de 500 a 3.000 personas. “La gran pregunta es cómo escalar sin perder calidad”, dijo Clifford.
Para ilustrar el reto, comparó la situación con los inicios de Boeing: “No era el mejor lugar para hacer aviones, pero vendieron cien al ejército y despegaron. Esa clase de desafío es el que tenemos ahora”.
Aunque el Hull 096 no cruzará océanos, representa un paso firme hacia un futuro con barcos sin emisiones, al menos en recorridos de corta distancia.