marAbandono del mar uruguayo

Conrado Etchebarne Bullrich | Carmelo

@|Más de la mitad de la superficie del Uruguay es marítima: mar territorial, zona contigua, zona económica exclusiva, nueva ampliación; o fluvial: Río de la Plata, Río Uruguay, Río Negro... y está prácticamente abandonada.En los puertos uruguayos las embarcaciones con bandera uruguaya (salvo algunas excepciones: algunos ferries que van a Buenos Aires, embarcaciones pesqueras artesanales, unos pocos veleros de bandera uruguaya) lucen por su ausencia.

El motivo principal es el exceso de impuestos y regulaciones estatales. Importar una embarcación es prohibitivo: la suma de impuestos suma más del 100%. Construirlas es imposible, los pocos astilleros que habían desaparecieron: el tamaño del mercado es muy chico para construirlas, las regulaciones son excesivas, y los impuestos para la importación de insumos necesarios lo hace imposible.

En los puertos deportivos uruguayos casi no hay embarcaciones de bandera nacional: en La Paloma suelen haber unos pocos veleros de bandera extranjera, en Punta del Este casi todos los veleros son de bandera extranjera, en el del Buceo hay veleros de bandera nacional pero con un promedio de edad de más de 20 años, en Puerto Sauce hay pocas embarcaciones al igual que en Riachuelo o Conchillas, en Carmelo no hay veleros de bandera nacional.

Las lanchas de pesca artesanal en todos los puertos uruguayos se destacan por su obsolescencia.

Y lo paradójico: tantos impuestos hacen que la recaudación sea ínfima. Casi nadie, por no decir nadie, importa embarcaciones.

Los ingleses lograron en el siglo XIX conquistar los mares del mundo “Britain rules de seas”... con embarcaciones privadas...

Es urgente derogar todos los impuestos y tasas de todo tipo a la importación de embarcaciones. No solo se lograría que los puertos y aguas uruguayas se llenen de embarcaciones que enarbolen el Pabellón Nacional, sino que aumentaría la recaudación. No solo todas las naves estarían sujetas al pago del Impuesto al Patrimonio, los derechos de hidrografía, de amarra, de matrícula; sino que además se generarían montones de puestos de trabajos: astilleros, reparaciones, marinería, mantenimiento, pinturas, brokers... que además pagarían sus impuestos.

Más embarcaciones lleva a que más uruguayos sepan navegar y que tengan los brevets correspondientes. Y que en caso de emergencias puedan colaborar con la Prefectura o la Marina - sin generar costo alguno al presupuesto nacional, como se vio en la conocida película del “Día D” sobre el desembarco en Normandía y la colaboración de las embarcaciones privadas.

Y también llevaría a un importante crecimiento de la flota pesquera de altura, en especial si simultáneamente se desregula el mercado laboral de las personas embarcadas.

El caso de Carmelo es paradigmático. Desde que cerró La Cacciola no hay embarcaciones de pasajeros que hagan en forma diaria el trayecto de ida y vuelta a Tigre, con el perjuicio que ello significa para la actividad turística y comercial. Así como también en Carmelo hace ya años cerró un importante astillero que además prestaba servicios de dragado, por el exceso de regulaciones y personal mínimo que se requería para la draga.

Diario EL PAIS -Montevideo - URUGUAY - 11 Mayo 2025