INFORME
Los miles de millones de dólares de inversión en combustibles sostenibles y qué pasará hacia 2050
En línea con esto, desde la consultora global McKinsey esperan que la demanda de combustibles sostenibles se triplique en los próximos 20 años.Para alcanzar objetivos ambiciosos de descarbonización será necesario aplicar múltiples medidas, entre las cuales, los combustibles sostenibles tendrán un rol relevante. Así lo indicó el nuevo informe Perspectiva Energética Global 2022, elaborado por la consultora global McKinsey & Company, Inc.
De acuerdo con el informe, los combustibles sostenibles son aquellos que incluyen biocombustibles como el aceite vegetal hidrotratado (AVH) o bio-etanol y combustibles sintéticos, como el amoníaco o el metanol. “Aunque se proyecta que los costos de usar combustibles sostenibles sean más elevados que las alternativas a largo plazo, el uso de diésel 100% renovable, como el AVH, puede lograr una reducción de gases de efecto invernadero (GEI) del ciclo de vida comparable a la del uso de vehículos eléctricos, lo que permite una descarbonización más rápida de las flotas existentes a corto plazo”, señaló el trabajo.
En línea con esto, desde McKinsey esperan que la demanda de combustibles sostenibles se triplique en los próximos 20 años.
El informe destacó que en todos los escenarios, se espera que los combustibles sostenibles adquieran “un papel cada vez más importante en los sectores del transporte”, inclusive en los sectores más difíciles de reducir los combustibles fósiles, como la aviación y el transporte pesado por carretera.
En este sentido, estimaron que para el año 2050, la proporción de combustibles sostenibles en la demanda energética del transporte podría situarse entre el 7% y el 37%, dependiendo de los niveles de ambición de los países.
“El crecimiento de los combustibles sostenibles hasta 2035 está impulsado principalmente por el transporte por carretera, alcanzando las 290 megatoneladas (Mt) en el escenario de mayor aceleración, mientras que la aviación juega un papel cada vez más importante” a partir de ese año, destacó el reporte.
De acuerdo con la consultora “se necesitan combustibles sostenibles para alcanzar los objetivos de descarbonización” fijados para el año 2030. “Incluso en un mundo con una rápida adopción” de vehículos eléctricos -en el que estos representen alrededor del 75% de las ventas totales de vehículos para 2030-, alcanzar los objetivos reglamentarios de reducción de GEI para el transporte podría requerir una contribución significativa de los combustibles sostenibles”, informó.
El reporte advirtió que si bien la adopción de vehículos eléctricos a batería “es fuerte” actualmente en el segmento de vehículos de pasajeros, en el caso del transporte comercial pesado como los camiones y los autobuses, se espera que “se electrifiquen a largo plazo”.
Es por esto que afirman que “antes de que se complete” el proceso de electrificación, para poder cumplir con los objetivos de reducción de GEI “en la mayoría de los países requerirá el uso de combustibles sostenibles directamente en las flotas existentes con motores de combustión interna”.
En el caso de la aviación, el reporte indicó que los combustibles sostenibles -como la mezcla con queroseno en motores convencionales- “pueden ser la única opción viable para limitar las emisiones de GEI”.
Es que actualmente los aviones tienen “limitaciones de diseño” que “restringen el potencial de descarbonización de las tecnologías de propulsión alternativas, como la batería eléctrica y el hidrógeno”, agregó.
En línea con esto, el reporte señaló que “es probable” que se precisen nuevas materias primas avanzadas para poder satisfacer la creciente demanda de los combustibles sostenibles
Luego del año 2035, el aumento previsto de la penetración de vehículos eléctricos en el transporte, “puede causar una disminución” en el uso de vehículos de motores a combustión interna “y la disminución correspondiente de los combustibles líquidos”.
Por otro lado, el reporte señaló que el “aumento de los mandatos en la aviación podría compensar la disminución, lo que daría como resultado un mayor crecimiento de la demanda total de combustibles sostenibles, que alcanzaría casi 400 Mt para 2050, en el escenario de mayor aceleración”.
En relación al crecimiento de las materias primas de aceites comestibles y de azúcar, estos “deben equilibrarse cuidadosamente con la necesidad de satisfacer el consumo de alimentos, especialmente considerando la actual escasez en medio del conflicto en Ucrania”, advirtió la consultora.
Sin embargo, “dado que la disponibilidad de materias primas de aceites usados es muy limitada, se prevé que el límite de suministro global (30 Mt) se alcance a fines de la década de 2020, a menos que se amplíen rápidamente los volúmenes cultivados intencionalmente de cultivos de cobertura/de bajo cambio indirecto del uso del suelo”. En este sentido, el reporte indicó que “para satisfacer la creciente demanda de combustibles sostenibles, será necesario aumentar considerablemente el uso de otras materias primas, además de los aceites y los azúcares, incluidos los combustibles renovables de origen no biológico y materiales lignocelulósicos”.
En relación a las inversiones en combustibles sostenibles, el informe remarcó que estas “cobran impulso”, con una cartera de inversión total planeada de US$ 40.000 a US$ 50.000 millones” y una proyección de capacidad de 46 Mt de combustibles sostenibles para 2025.
Sin embargo, el reporte advirtió que “se necesitan inversiones adicionales” hasta el año 2040 para cumplir los compromisos de descarbonización y la demanda regulada”.