NATURALEZA
Crece el número de refugios privados de vida silvestre
Casi 30 predios que abarcan más de 8 mil hectáreas brindan protección a especies nativas y tienen medidas de conservación.El Programa de Refugios de Vida Silvestre amplió su campo de acción y hoy comprende 29 predios privados en 14 departamentos que brindan protección a mil especies de flora y fauna nativas (de estas, al menos 130 son prioritarias para la conservación).
Este año, esta iniciativa de Vida Silvestre Uruguay recibió Mención especial en la categoría “Premio Organizaciones Sociedad Civil” en la última edición del Premio Nacional de Ambiente Uruguay Sostenible.
Los predios adheridos a la red representan pastizales naturales, campo natural, montes y matorrales serranos, monte ribereño, monte parque, montes de quebrada y humedales. “La mayor parte de los refugios tienen actividades productivas; lo que más hay es ganadería en campo natural. El principio es conservar produciendo, que sea una conservación activa. También hay un gran número que tiene turismo de naturaleza asociado y otros que tienen actividades de educación ambiental”, apuntó Magdalena Carabio, integrante de la ONG Vida Silvestre.
De los 29 predios, Carabio destacó uno de Paysandú que fue chacra de remolacha azucarera y que sufrió un avanzado proceso de erosión e invasión de especies exóticas. “Se habían perdido las pasturas”, señaló. Una vez que se incorporó a la red de Refugios de Vida Silvestre se consolidó un proceso de restauración y ahora hay un pastizal natural intercalado con cultivo de trigo orgánico. También se logró recuperar el bosque parque.
Otro ejemplo de los predios que se sumaron en el último año corresponde a una propiedad en el departamento de Colonia que había sido utilizada para el cultivo de soja y está en proceso de recuperación del campo natural.
“Uno de los principales problemas son las especies exóticas invasoras. Más del 70% de los refugios han iniciado acciones de restauración porque muchos ambientes estaban muy degradados o perdidos”, comentó Carabio a El País.
En el total de la red de refugios se registraron más de 280 especies de animales; la mayoría son aves. Un ejemplo es la presencia de distintos ejemplares de capuchinos, una especie que se halla con problemas a nivel mundial. Se ha logrado la adquisición de cámaras trampa para confirmar la presencia de ciertos animales en los predios.
No todos los refugios pueden ser visitados. Algunos promueven actividades turísticas como Tierra Mágica –ubicada cerca de Grutas de Salamanca, en Maldonado, donde puede verse una gran variedad de helechos, un campo natural rocoso y cascaditas–, o La Barra Grande˗–al norte de la laguna de Castillos con pastizales, humedales, ceibales y bosque de ombúes, donde hay 138 especies registradas de fauna nativa y 28 de flora nativa– o Bichadero –en la Cuchilla de Laureles, en Tacuarembó, donde pueden verse más de 160 especies de aves y coendúes y coatíes–.
Sin actividad turística, el Programa de Refugios de Vida Silvestre destaca a Don Modesto, enclavado en la Sierra de los Caracoles, en Maldonado. Es un pequeño predio de 11 hectáreas donde se protegen ambientes como arbustales, bosque ribereño, bosque serrano y pastizales rocosos. Allí se registraron 126 especies de fauna nativa y 38 de flora nativa. También está Ana Lucía, un predio ganadero en Río Negro que conserva blanqueales. En este ambiente dominan los algarrobos y habita una especie de hormiga cortadora, la Atta vollenweideri, que construye hormigueros de gran tamaño. También se registran otras 173 especies de fauna nativa y 52 de flora.