La extracción indiscriminada de arena está afectando el acosistema y cambiando los paisajes; Rebollo es un claro ejemplo
Se trata de un recurso natural, el cual se saca indiscriminadamente y está afectando a los ecosistemas y las poblaciones. Se trata de una realidad a la que lamentablemente aquí en Durazno no escapamos y si bien existen normas que impiden la extracción de este elemento en la denominada zona “entre dos puentes”, lo que está sucediendo en otros puntos del río Yí, en especial en Rebollo, debe preocupar, porque en pocos años el paisaje del lugar ha cambiado y es visible como ha sido afectado el ecosistema de esa zona no tan lejana a nuestra ciudad.
En abril de 2020 este era el panorama en Rebollo
Hace dos años, desde estas mismas páginas, se informaba sobre la desaparición de algunos médanos en ese lugar. Una foto tomada desde el cielo hace pocos días deja en evidencia que la situación lejos de mejorar, ha empeorado.
El importante desarrollo en la región centro del país y la demanda de arena para la construcción hace que por día sean muchos los camiones que salgan cargados de arena del río Yí. La pregunta es ¿Quién se encarga de controlar esto? ¿Cuál es el límite diario de extracción de arena? ¿Quién otorga los permisos?
La Dirección Nacional de Hidrografía, se nos informó que es la autoridad que debe controlar esta situación, aunque por el impacto que representa, el Ministerio de Medio Ambiente no debería de estar ajeno a lo que está sucediendo. Desde la Intendencia de Durazno se nos indicó que la División Medio Ambiente que funciona en la órbita del Departamento de Desarrollo periódicamente realiza controles de la calidad del agua y el aire en esa zona y se observa con preocupación este problema con los arenales.
En mayo pasado, un informe de las Naciones Unidas, alertó que la extracción de arena sin vigilancia adecuada de los ecosistemas en los que tiene un papel activo, puede provocar erosión en la costa de los ríos y deterioro de la biodiversidad. Estos son algunos de los daños que puede provocar.
El informe también señala que la arena es un recurso clave para hacer frente a la crisis que se torna cada vez más grave en relación al cambio climático, como así también la contaminación y lejos de tomar nota y conciencia, este elemento está siendo utilizado más rápidamente de lo que puede ser repuesto en forma natural, según se expresa en el reporte de la ONU titulado “Arena y sostenibilidad: 10 recomendaciones estratégicas para evitar una crisis”.
Según el reporte, cada año, aproximadamente 50.000 millones de toneladas de arena se extraen en todo el mundo, sin un control adecuado del impacto a la naturaleza que ello representa. Una porción, aunque mínima en ese número macro, pero muy importante en nuestra realidad, se extrae de nuestro río Yí.
Uno de los tantos inconvenientes que provoca la continua extracción de arena a gran escala es que la volatilidad de este elemento puede ingresar a los pulmones de los seres vivos como las aves, produciendo una enfermedad que se llama silicosis, además de que en los lugares de extracción en el corto plazo se genera un hábitat diferente que obliga a la fauna autóctona a abandonar esa zona.
Hay que tener presente que el recurso de la arena no es infinito, por ello hay que usarlo de forma inteligente, gestionarlo de forma inteligente y así poder evitar una crisis.
El cambio climático con lluvias copiosas y la reiterada ocurrencia de inundaciones que afectan nuestra ciudad, debe hacernos reflexionar sobre el daño que se ha hecho en el monte autóctono ribereño y la extracción indiscriminada de arena, dos elementos muy importantes para de alguna manera frenar al río Yí en su caudal. De seguir en esta postura de mirar para el costado, ser indiferente y no controlar, debemos preguntarnos ¿Quién frenará al río para no padecer inundaciones más graves? ¿Cuánto tiempo estamos perdiendo y cuánto más nos llevará revertir este impacto negativo? Interrogantes que las autoridades nacionales, departamentales, empresarios y todos los ciudadanos, tenemos que cuestionarnos antes de que sea demasiado tarde. El ejemplo visible está en Rebollo y en San Borja, es momento de actuar y evaluar a la arena como un material estratégico.