edificio maderaLA NUEVA ARQUITECTURA
Rascacielos de madera, una oportunidad para Uruguay

La necesidad urgente de frenar el calentamiento global y sacar carbono de la atmósfera puede conectar a la producción local de pinos con la arquitectura.¿Qué mejor que la madera para sacar carbono de la atmósfera? En la carrera por frenar el calentamiento global se va forjando una revolución arquitectónica: usar más madera en lugar de acero y cemento, que son altamente contaminantes. Ese movimiento mundial –que cada semana conoce nuevos proyectos de edificios de madera– está desembarcando en Uruguay.

Una charla TED de un arquitecto canadiense y el encuentro con un exzar estadounidense del petróleo arrepentido y reconvertido en promotor de las energías renovables motivaron al empresario uruguayo Matías Abergo a desarrollar un emprendimiento transformador: la producción de paneles de madera maciza de grandes dimensiones como material de construcción de casas y  edificios.

Es que la necesidad urgente de frenar el calentamiento global y sacar carbono de la atmósfera lo cambia todo, y puede ahora conectar a la producción forestal uruguaya, particularmente de pinos, con la arquitectura.

Para levantar un edificio de 20 pisos de cemento y acero se emiten 1.215 toneladas de carbono en la construcción y el transporte de los materiales. El mismo edificio hecho de madera secuestra 3.150 toneladas de carbono. La diferencia neta es de 4.360 toneladas, el equivalente al impacto de retirar de las carreteras 900 autos durante todo un año. De hecho, la industria de la construcción es responsable por el 47% de la emisión de gases de efecto invernadero en Estados Unidos.

Estos son algunos de los datos que maneja el arquitecto canadiense Michael Green y que marcaron a Abergo, director de la empresa constructora y estudio de arquitectura Enkel Group.

Green fue uno de los principales impulsores de las nuevas tecnologías para construir rascacielos de madera, basado en un consejo de su padre: si cortas un árbol, honralo haciendo algo bello. El sistema de construcción con madera con un sistema de entramados que recuerda a un Lego está en expansión en Europa y América del Norte. Es la madera laminada cruzada, conocida como Cross Laminated Timber o CLT en inglés.

El edificio más alto construido en madera laminada hasta ahora está en Noruega, tiene 18 pisos y 85 metros de altura, aunque hay proyectos en proceso de hasta 150 metros de altura en Londres y de 300 metros en Tokio.

Son paneles de tablas de madera cruzadas a 90 grados y adheridas entre sí. Se usan como elementos estructurales, paredes interiores, losas, planchadas y fachadas, sustituyendo materiales tradicionales como el cemento y el acero. Permiten una construcción más ecológica, rápida, económica y limpia.

Los paneles pueden tener 20 metros de largo, 2,40 metros de ancho y diferentes espesores. Se fabrican a medida de cada proyecto edilicio y luego se ensamblan.

El sistema ya está en Uruguay, desde 2018 cuando se inauguraron seis edificios de 1.800 metros cuadrados, algunos de tres niveles, para la cadena hotelera Vik, en José Ignacio, un proyecto pionero en Sudamérica y una prueba para Enkel Group y Abergo.

Fue ensamblado en pocos meses con 504 metros cúbicos de madera laminada importada de Italia y captó 580 toneladas de carbono, lo que equivale a retirar 122 autos de las calles durante todo un año.

Para la silvicultura uruguaya puede ser una revolución. Los paneles de mass timber son elaborados con madera pinos jóvenes (10 a 15 años), un recurso existente en Uruguay y que se exporta en rolos, con poco valor agregado.

Aquí entra Mike Crandall. Conocido desde la década de 1980 como “Mr. Oil” (señor petróleo) fue trader de energías fósiles para Morgan Stanley y Glencore, antes de fundar Trafigura Group en 1993. En 2006 se pasó a las energías verdes: fundó Postscriptum, grupo de capital de riesgo que invierte en energías renovables. Se instaló en Punta del Este. Contrató a Enkel Group para una reforma en su casa en 2019 y así conoció a Abergo, quien lo interesó en el proyecto de instalar una fábrica de mass timber en Uruguay.

En abril de 2021 compraron el aserradero Frutifor de Tacuarembó por US$ 25 millones, mediante la compañía Arboreal, y sumaron a eso la inversión de otros US$ 34 millones para duplicar la producción de tablas y construir allí la planta de mass timber más grande y moderna de Sudamérica.

Si bien se han reducido los stocks de pino plantados en los últimos años –concentrados en Rivera y Tacuarembó–, el volumen de árboles maduros es más que suficiente para abastecer un aumento de procesamiento industrial de 140 mil a 600 mil m3.

Las primeras placas de CLT serán producidas este año: entre 50% y 60% para el mercado interno y el resto para exportación.

El CLT se aleja de la lógica de los commodities, porque cada proyecto constructivo requiere un stock de materiales específicos a medida para luego montar la construcción en sitio.

Además de una revolución arquitectónica y forestal, el proyecto será transformador en términos laborales y educativos. Arboreal tiene previsto capacitar a 6.000 trabajadores, técnicos y profesionales de la construcción en los 19 departamentos para “que pasen de usar balde y cuchara, a nivelador laser y herramientas de automatización”, dijo Abergo.

“Esto es montar un Lego sin hacer fuerza, todo está diseñado para que las paredes queden rectas sin esfuerzo, y los trabajadores se van limpios y descansados a su casa”, explica.

Cambio de paradigma
Los paneles de manera laminada cruzada tienen ventajas ambientales en todo el ciclo, desde la producción de los árboles al proceso industrial, el transporte, el montaje en sitio y el consumo energético de los edificios, asociado a la capacidad de aislación de la madera frente a otros materiales.

La incorporación de sistemas de microgeneración energética –solar, principalmente– agrega otra dimensión. La descarbonización permite a la planta industrial, así como a las construcciones en mass timber, ser elegibles para participar en programas de carbono.

Abergo introduce otro concepto: el de desmaterialización. “En un camión de Tacuarembó a Montevideo entra cinco veces más material que el necesario para una construcción tradicional, por la diferencia de peso de los paneles respecto al hormigón y el acero”, afirma. Esta liviandad reduce a una quinta parte las emisiones de carbono en la etapa de transporte. Otro cambio radical es el de la basura generada en las obras: “Una sola volqueta, sin plásticos”.

El mass timber es “el producto estrella a nivel internacional en la construcción de edificaciones de madera”, afirmó el arquitecto Daniel Godoy en un estudio académico de la Facultad de Ingeniería. “Con una lógica diferente a la de otros sistemas de madera, que habilitaron un nicho de mercado: la edificación en altura de más de cuatro niveles”.

La materia prima
“La plantación de pinos disminuyó paulatinamente hasta ser de muy poca importancia en los años recientes. Sin embargo, lo plantado con anterioridad asegura una disponibilidad muy importante durante los próximos 20 años, con picos de volumen muy grandes en el futuro cercano. Un promedio de disponibilidad anual de madera superior a los tres millones de metros cúbicos que supera ampliamente la capacidad industrial instalada de Uruguay”, según un informe de 2021 de Uruguay XXI sobre el sector forestal.

Las exportaciones de pino en rolo crecieron 115% en 2021 dentro de un aumento total de 64% en las exportaciones de madera.

Los rolos de pino representaron US$ 240 millones de un total de US$ 569 millones en madera exportada.

La capacidad instalada de los aserraderos de pino nacionales permite un consumo de entre 3.000 y 4.000 hectáreas de bosque maduro por año.

La superficie destinada a plantaciones de pinos debería estar entre 60.000 y 80.000 hectáreas totales para suplir esa demanda.

Y actualmente es el doble de ese número.

La experiencia de Mevir
Más allá de la madera contralaminada, otras técnicas constructivas con maderas nacionales están siendo desarrolladas.

Desde el 2020, Mevir ha comenzado a construir viviendas con materiales proporcionados por  Ñande, Lumin, Urufor y Laviere.

“Las viviendas sustentables en madera promueven la sustentabilidad desde la perspectiva social, ambiental y económica. El valor del metro cuadrado de estas viviendas es un 43% menor que el de construcción tradicional de vivienda social de acuerdo al índice Appcu.

La madera pasa a ser un sistema constructivo más”, informó Mevir en enero de este año, al inaugurar en Rivera las primeras viviendas construidas con este método.

Diario EL OBSERVADOR -Montevideo - URUGUAY - 29 Abril 2022