asamblea domingosConflicto internacional, pero también local

Gualeguaychú, a través de la Asamblea Ciudadana Ambiental, viene sosteniendo una férrea oposición a la presencia contaminante de la pastera UPM Botnia en la cuenca del río Uruguay.

Es cierto que se trata de un conflicto internacional con un país hermano, y que si después de once largos años no se ha encontrado una solución es porque ambos gobiernos nacionales han tenido meros intereses económicos en desmedro del interés general. Pero no es solamente un conflicto internacional o transfronterizo, sino que también se ha convertido en un conflicto provincial y local. Lo que ocurre en Gualeguaychú pasa en todas las localidades donde hay conflictos ambientales: el abandono por parte del Estado, la distracción por parte de los políticos y los negocios que avanzan de manera avasallante sobre el fundamental derecho a la vida.

Y el gobierno Municipal como el Provincial no han sabido transmitir esta honda preocupación colectiva que embarga a sus representados. O en todo caso ante la negativa del gobierno  Nacional de dar republicanas explicaciones acerca de lo que está ocurriendo, tanto el Municipio como la Provincia guardan una actitud demasiado pasiva e incluso sospechada de complicidad.

Cuando el valor de la salud de las personas y cuando el valor de la salud ambiental se subordina a una obediencia debida partidaria, entonces se vulneran elementales derechos. Es desde esa actitud de obediencia debida partidaria que se quiere de manera enérgica poner un punto final por decreto a esta controversia.

Por eso estas actitudes generan mucho enojo y mucha impotencia en términos ciudadanos, porque hay que recordar –como un agravante- que para los vecinos de Gualeguaychú ni siquiera le está garantizado el acceso a la Justicia en esta materia, excepto para criminalizarlos por su protesta. Hay que sacarse la venda de los ojos: ese conflicto –que ya lleva once largos años- ha recorrido todo el período kirchnerista y con la aprobación ambiental que fijó de manera unilateral el gobierno uruguayo para aumentar la producción anual de pasta de celulosa, quedará como herencia para la próxima gestión presidencial, provincial y municipal.

No han sabido resolver esta situación. Han fracasado, incluso para que el gobierno nacional entienda mínimamente lo que está ocurriendo en el plano local y provincial. No se trata de solucionar una cuestión ambiental, sino esencialmente política, social e incluso de integración entre los pueblos. Y a medida que los años van pasando, lo único que se experimenta es cómo el conflicto se profundiza y cómo el Estado en todos sus niveles queda divorciado de su pueblo.
No es casual esta situación, porque si algo ha sido negativo en esta era kirchnerista ha sido su política ambiental, que se ha caracterizado por su brutal agresividad hacia las poblaciones que se rebelan frente al saqueo y la depredación.

No es casual tampoco que en casi todas las provincias existen profundos y añejos conflictos ambientales por cómo se están explotando las riquezas naturales. Se insiste: así como es un conflicto internacional, la falta de resolución también lo ha convertido en un conflicto local y provincial.

Diario EL ARGENTINO -  Gyaleguaychú  -  ARGENTINA - 5 febrero 2015