celulosa12Inversiones en plantas de celulosa en América Latina: expansión sin fronteras

Radicados en otros países, los proyectos de plantas de celulosa de inversionistas chilenos no se detienen, las empresas remodelan plantas antiguas y no descartan nuevos proyectos, mientras la demanda se mantenga.

Este año 2014 se han materializado dos grandes proyectos de plantas de celulosa anunciados hace tiempo. La planta Guaíba II de CMPC, en etapa de implementación y que producirá 1.350.000 toneladas al año, y la de Montes del Plata, fruto de un joint venture entre Arauco y la empresa suecofinlandesa Stora Enso, que ya entró en operaciones, destinada a producir 1.300.000 toneladas anuales. Lo que llama la atención es que ambas están ubicadas en el extranjero: la de CMPC en el Estado de Río Grande do Sul en Brasil y la de Arauco en Punta Pereira, en el Departamento de Colonia, en Uruguay. Los dos mayores proyectos chilenos de celulosa se han desarrollado fuera del país y al respecto los empresarios del sector señalan que se debe a una mayor disponibilidad de tierras en otros países de América Latina, más fuerza de trabajo a menor costo, clima apropiado y un aumento en el crecimiento de las especies forestales, como los elementos decisorios. De acuerdo con Kurt Schaefer, economista principal y responsable del área de análisis de la celulosa y papeles recuperados de la consultora estadounidense RISI, “todos los factores, con excepción del costo de la mano de obra, son determinantes en los gastos de producción de largo plazo. El costo de la mano de obra es relativamente menor para las escalas de las nuevas máquinas. La madera es singularmente el elemento de costo más importante, tanto para pulpa PBC como PKBE, de modo tal que los precios de la tierra, el costo de crecimiento forestal y los rendimientos de la madera son todos muy importantes. No debe ignorarse, sin embargo, la estabilidad política y económica de un país en el cual se planee construir una fábrica de celulosa. Los costos de la logística son de creciente importancia, ya que las grandes plantas de celulosa en Brasil se están construyendo lejos de la costa y en lugares relativamente menos desarrollados del país”.

Por su parte, Gonzalo García, secretario general de CMPC, señala que “en Chile hoy ya no existe la masa forestal que requiere una planta de nuevas tecnologías. Fue por eso que la compañía comenzó a mirar al extranjero y encontró en Brasil las mejores condiciones para realizar sus actividades empresariales. Guaíba es un proyecto muy importante para CMPC, del cual esperamos obtener retornos desde sus inicios”.

Con la entrada en operaciones de Montes del Plata y el próximo año Guaíba los nuevos proyectos de inversionistas chilenos parecen haber culminado en el corto plazo. Otras iniciativas a nivel mundial agregarán 5.275.000 de toneladas métricas a la oferta mundial hasta el año 2018. Con respecto a las nuevas inversiones de pulpa en Chile, Kurt Schaefer señala, que “hubo rumores de una posible nueva línea de PKBE de parte de uno de los mayores productores en Chile, pero nada se ha señalado últimamente. Dada la importante capacidad que pudiera estar en los planes en otros países en los años venideros, podría tener sentido –en términos económicos– ampliar las plantas existentes en Chile.

Esto podría proveer una oportunidad de menores costos medios, por aumento de la capacidad, y también invertir en nueva tecnología para maximizar el valor de la energía producida en las plantas de pulpa kraft”.

Pulpa textil
La posibilidad de instalar nuevas plantas de celulosa en Chile se ve lejana, pero no extinguida. “Es factible que si se dan las condiciones necesarias pudiese haber nuevas inversiones de este tipo en el país”, reconoce Charles Kimber, gerente de Asuntos Corporativos y Comerciales de Arauco.

Actualmente Arauco está analizando varios proyectos que podrían agregar hasta 37% de capacidad en celulosa en 2019, con un monto total de inversión de hasta US$2.250 millones.mLa expansión de la planta Nueva Aldea, para alcanzar una producción de 1.170.000 toneladas y la remodelación de la planta de celulosa de Valdivia, para permitir la producción de pulpa textil son dos posibilidades. “La modernización y ampliación de la Planta Arauco, llamada proyecto MAPA, se desarrollará en la Región del Biobío y se estima que aumentará la capacidad de la ya existente planta en 1,3 millones de TM/año”, manifiesta Kimber.

El proyecto considera una inversión de US$2.100 millones para la instalación de una nueva línea de producción (Línea 3), con tecnología de punta y que contempla una producción de hasta 1,55 millones de toneladas de nueva capacidad y también el cierre de la antigua primera línea; la modernización de la línea 2 (de pino), que continuará operando, con la incorporación de mejoras, y la detención de la línea 1 (de eucaliptus), que data de la década del 70. Una vez que MAPA esté operativo se espera que alcance una producción total de celulosa de 2.100.000 TM/año.

CMPC, por su parte, también están concentrada en otros negocios de sus cuatro filiales. A los ya US$2.100 millones que se están invirtiendo en la construcción de la nueva unidad de celulosa en Brasil; en el negocio de tissue, en México, se está instalando una máquina papelera de 50.000 toneladas/año, que implica una inversión

de US$161.000.000. Además, y en conjunto con el negocio de papeles, en la planta de Puente Alto se construye una planta de cogeneración que implica una inversión de US$70.000.000. En la planta Talagante de tissue también se está construyendo una planta de cogeneración con un costo de US$32.000.000. En paralelo, el área forestal de la empresa realiza una permanente tarea de compra de tierras para las plantaciones.

Fuente: Revista Lignum.

Sociedad de Productores Forestales - URUGUAY - 21 octubre 2014