madera campoLa celulosa busca su mejor año del siglo

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El precio de la materia acumula un rebote superior al 30% en 2017 que, de mantenerse, hará de este ejercicio el más alcista desde 1999, cuando repuntó un 60%.

 

Carlos Simón García
El dinero no crece de los árboles, reza uno de los dichos populares más extendidos en nuestro país. No obstante, hay un sector en el que esto, por inverosímil que parezca, sí sucede. En concreto, se trata de la industria de los fabricantes de pasta de papel, que utilizan la pulpa de celulosa para fabricar sus productos.

En este sentido, han sido los grandes beneficiados del fuerte repunte que ha vivido el precio de esta materia en lo que va de año. Así, con más de un 32 por ciento de revalorización, la tonelada métrica ha alcanzado los 864 dólares, su nivel más alto desde julio de 2011. Además, si se cerrase el ejercicio con esta subida, 2017 se convertiría en su mejor año desde 1999, cuando la pulpa se anotó más de un 60 por ciento. Pero, ¿por qué este escenario beneficia a las productoras de pasta de papel como Ence o Altri? Rafael Cavanillas, analista de Ahorro Corporación, explica que "un entorno de precios altos permite a las compañías repercutir este coste y aumentar sus precios de venta, con el consiguiente aumento de los márgenes y los beneficios". El experto cree que "el precio actual de la pulpa de celulosa está recogiendo un escenario de sólido crecimiento de los envíos de fibra corta -especialmente en China, que mueve más del 30 por ciento del mercado-, bajos niveles de stocks y un equilibrio en el medio plazo entre la demanda y la entrada de nuevas capacidades a nivel mundial", concluye. Sobre si este repunte continuará, Íñigo Recio, analista de GVC Gaesko Beka, explica que "es una materia prima muy cíclica y la evolución de China juega un papel relevante en el sector; sin embargo, creo que la parte más importante de la recuperación de precios ya se ha producido".

De hecho, las previsiones de beneficio de las seis principales compañías del sector -Ence, Altri, Fibria, Suzano, CMPC y Canfor- para este ejercicio se han incrementado más de un 31 por ciento en las firmas del sector desde que comenzase el año. Los analistas estimaban en enero unas ganancias cercanas a los 870 millones de euros, mientras que ahora ya las sitúan por encima de los 1.140 millones. Paradójicamente, el encarecimiento de la pulpa está abaratando los títulos de estas compañías que, pese a revalorizarse de media casi un 15 por ciento, cotizan a un PER -veces que el beneficio se recoge en el precio de la acción- medio de un 19,8 por ciento menor que a comienzos del ejercicio.
Ence, la gran beneficiada en España

Entre las firmas de todo el mundo más enfocadas al negocio de la celulosa se encuentra una española, Ence, que, además, está viendo reflejado este buen momento tanto en el valor de sus acciones como en su recomendación, además de en las previsiones de beneficio. Al rebote de más del 35 por ciento del precio de sus títulos -ya se sitúan en los 3,40 euros-, hay que añadir que en junio llegó a ostentar su mejor recomendación de los últimos cinco años, algo que va en línea con la mejora de las previsiones de ganancias para este año que, tras mejorar un 132 por ciento, ya alcanzan los 72 millones de euros, un 84 por ciento más de lo reportado en 2016. De confirmarse esta cifra, será el mayor beneficio ordinario histórico para la compañía, ya que en 2001 superó los 121 millones por extraordinarios.

Este sector gusta especialmente entre los gestores value españoles; sobre todo, dos de las grandes firmas de Europa, como son la propia Ence y la portuguesa Altri, que son valores que se pueden encontrar en multitud de productos de inversión, entre ellos, dos fondos de Gesconsult. Uno de sus gestores, Gonzalo Sánchez, señala que "es un sector que estaba por descubrir. A diferencia de otros sectoriales, como la banca o la construcción, esta industria no es sensible al entorno macro y al crecimiento de la economía mundial y, además, cuenta con una potencial demanda creciente, ya que se beneficia del paso de las clases pobres a medias". Sánchez añade que "el 85 por ciento de la población mundial no consume productos de papel, pero esto, poco a poco, está cambiando, como hemos visto en China, con el paso del campo a las ciudades", concluye.

EL ECONOMISTA   -   ESPAÑA - 30 julio 2017