Día Mundial del Suelo: Cada año se pierden al menos 100 millones de hectáreas de tierras sanas
Todos los 5 de diciembre se conmemora el día de este recurso natural que genera más del 90% de los alimentos que consumimos.El cambio climático hace referencia a los cambios a largo plazo de las temperaturas y los patrones climáticos.
Estos cambios pueden ser naturales, pero desde el siglo XIX, las actividades humanas han sido el principal motor del cambio climático, debido en gran parte a la quema de combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, lo que produce gases que atrapan el calor.
Las Naciones Unidas advierten que el cambio climático altera el equilibrio habitual de la naturaleza y esto supone muchos riesgos para los seres humanos y todas las demás formas de vida de la Tierra. En casi todas las zonas terrestres se ven más días calurosos y olas de calor; el año 2020 fue uno de los más calurosos registrados.
Las temperaturas más elevadas aumentan las enfermedades relacionadas con el calor y pueden dificultar el trabajo y los desplazamientos. Los incendios forestales se producen con mayor facilidad y se propagan más rápidamente cuando las temperaturas son más altas. Los cambios de temperatura provocan cambios en las precipitaciones. Esto da lugar a tormentas más intensas y frecuentes. Provocan inundaciones y corrimientos de tierra, destruyendo hogares y comunidades, y costando miles de millones de dólares.
En el caso del suelo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el 5 de diciembre como el Día Mundial del Suelo, para crear conciencia sobre el cuidado que debe tener la superficie del planeta y la importancia de un suelo sano para abogar por la gestión sostenible de los recursos.
Los expertos aseguran que la supervivencia de nuestro planeta depende del vínculo entre el suelo y el agua, ya que más del 95% de nuestros alimentos proviene de estos dos recursos fundamentales. El agua del suelo, es vital para la absorción de nutrientes por las plantas, une nuestros ecosistemas. Esta relación simbiótica es la base de nuestros sistemas agrícolas.
Sin embargo, ante el cambio climático y la actividad humana, nuestros suelos se están degradando, lo que ejerce una presión excesiva sobre nuestros recursos hídricos. La erosión altera el equilibrio natural, reduciendo la infiltración del agua y su disponibilidad para todas las formas de vida.
Las prácticas sostenibles de manejo del suelo, como la labranza mínima, la rotación de cultivos, la adición de materia orgánica y los cultivos de cobertura, mejoran la salud del suelo, reducen la erosión y la contaminación y, a su vez, mejoran la infiltración y el almacenamiento del agua. Estas prácticas también preservan la biodiversidad del suelo, mejoran la fertilidad y contribuyen al secuestro de carbono, desempeñando un papel crucial en la lucha contra el cambio climático.
Tanto nuestra salud como la del planeta dependen de las plantas, pues estas nos proporcionan el 80% de los alimentos que ingerimos y el 98% del oxígeno que respiramos. Aun así, no se las protege lo suficiente y por ello enfrentamos problemas de gran magnitud, como la degradación de los suelos.
En Uruguay, entre enero 2020 y diciembre 2023, la mayor parte del país tuvo un período bajo condiciones de sequía; en un total de 28 meses sobre 45 (62 % de los meses), fue el periodo más prolongado con 17 meses consecutivos de sequía. Para esta temporada, el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) anunció que puede ser el verano más caluroso de los últimos tiempos. Por lo que es necesario comenzar a generar políticas a favor del cuidado del ecosistema.
Grupo R Multimedio -Montevideo - URUGUAY - 05 Diciembre 2024