El volantazo sostenible del sector de los transportes
El camino que tiene por delante el sector es desafiante.
Nuevas regulaciones enfocadas en la sostenibilidad que implican la adopción de modernos combustibles y energía renovables, el impulso de la intermodalidad como solución para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, y la necesidad de atraer y retener talento son solo algunas de las piedras angulares de la transformación
El reto es mayúsculo porque implica cambiar el sistema nervioso de la economía, aquel por el que transitan miles de personas y toneladas de productos.La movilidad es uno de los principales campos donde hoy se está jugando el Uruguay que queremos tener en el futuro.
La importancia de adoptar un enfoque integral que combine el cuidado ambiental y el desarrollo será el gran desafío.El sistema de comercio de derechos de emisiones, las energías renovables y los nuevos combustibles son elementos fundamentales para alcanzar nuestro objetivo común. La sostenibilidad y el crecimiento son dos caras de la misma moneda.Uno de los desafíos más apremiantes del país es la descarbonización del transporte.Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 35% para 2030 no será una tarea sencilla.
Esto requerirá una disminución del 20% en el uso del vehículo privado en las ciudades y un impulso significativo hacia el transporte público. De hecho, dos terceras partes de esta reducción depende de un cambio modal hacia el transporte urbano y metropolitano.
La adopción de tecnologías alternativas, como el hidrógeno verde y los biocombustibles avanzados, es fundamental para propiciar un cambio profundo en el sector. Si bien ya hemos logrado avances en los vehículos ligeros, en los pesados aún queda un largo camino por recorrer. Necesitamos infraestructuras y tecnologías que satisfagan las demandas del transporte de larga distancia. En el ámbito logístico, que tiene un papel cada vez más relevante en la economía, la intermodalidad se presenta como una solución eficaz para optimizar el traslado de mercaderías.El ferrocarril y la carretera no deben competir, sino complementarse. La multimodalidad no es un fin en sí mismo; es la forma más eficiente de mover nuestras mercaderías y cumplir con los objetivos de sostenibilidad.
Para abordar todos estos desafíos en el transporte es esencial destacar uno de los grandes retos del sector: la gestión del talento. La transición hacia un modelo más sostenible y digitalizado, no solo implica modificaciones en infraestructura o tecnología, sino que también requiere un perfil de trabajadores con habilidades específicas adaptadas a las nuevas realidades del mercado. No solo se demanda conocimiento técnico, sino también una capacidad para adaptarse a cambios rápidos y nuevas formas de operar.
Bajo este enfoque multifacético, la importancia de contar con un marco jurídico claro y estable para que las empresas del sector puedan realizar inversiones a largo plazo es fundamental.
El objetivo es ambicioso: lograr una reducción de las emisiones en el transporte antes de 2030 y alcanzar la neutralidad en 2050, así que todos debemos colaborar.
Ante tales metas,la necesidad de democratizar la alta velocidad y facilitar el acceso a precios es fundamental.Pensamos que hay que ir un paso más y defender una sostenibilidad también social. Cada vez más personas en el mundo eligen el tren como medio de transporte, gracias a una mayor oferta de servicios.Se requiere una gobernanza nacional y departamental en Uruguay con objetivos sostenibles y sustentables.