¿En qué indicadores deben mejorar las empresas uruguayas según el Monitor de Desarrollo Sostenible?
Esta herramienta, que recibió el Premio Nacional de Ambiente 2022, permite a las empresas locales medir su desempeño en los indicadores ambientales, sociales y de gobernanza.
Con el objetivo de crear una herramienta para medir el desempeño de las empresas uruguayas en aspectos medioambientales, sociales y económicos/gobernanza, se creó en 2018 el Monitor de Desarrollo Sostenible (MDS) en la Cátedra de Gerencia y Contabilidad para el Desarrollo Sostenible – Deloitte de Universidad ORT Uruguay en asociación con DERES. Ya se presentaron tres ediciones y próximamente se hará el lanzamiento de la 4ta edición con resultados correspondientes al ejercicio 2023.
Según explicó Mariella de Aurrecoechea, Líder de Cambio Climático y Sostenibilidad y Líder de riesgos regulatorios de Deloitte SLATAM, la necesidad de esta herramienta en Uruguay tiene que ver con las particularidades de un país que no tiene mercado de capitales propio y por lo tanto, carece de información pública de un universo importante de empresas.
“En otros mercados existen instrumentos similares a este pero básicamente formados con información pública” explicó, “una de las necesidades es mostrar el desempeño de las empresas a nivel económico y del resto de los factores relacionados a la sostenibilidad, a través de un instrumento que supla la falta de información pública para hacerlo”. En ese sentido, la asociación con DERES es clave, ya que les permite solicitar información dentro de grupo de empresas que ya están comprometidas con la temática y no tienen problema en ser transparentes con la información que brindan.
De todos modos, el monitor es una herramienta anónima que solo revela resultados generales y el de las empresas que voluntariamente quieren hacerlos públicos. Desde la edición anterior pueden participar del Monitor de Desarrollo Sostenible todas las empresas uruguayas.
“Este monitor es de gran utilidad para ayudar al país en su compromiso con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 a la que se suscribió en 2015” agregó Nicolás Gambetta, catedrático de Sostenibilidad Empresarial y coordinador académico de postgrados en Contabilidad e Impuestos de ORT; “este compromiso no es solo para el gobierno, sino que se extiende hacia las empresas y la sociedad civil” explicó.
El MDS tiene 17 indicadores, cada uno de ellos asociados a uno o varios de los ODS, distribuidos en 3 áreas: ambiental, social y económico/gobernanza. A las empresas les permite medir el avance que hacen en su contribución a los ODS, compararse con sí misma a lo largo de los años y también, ver cómo se comparan con otras empresas del país.
Según las propias empresas participantes, participar de este proceso les permitió “avanzar respecto a la gestión del triple impacto” contó de Aurrecoechea. “Preparar la información para calcular estos indicadores, que parecen sencillos, lleva mucho trabajo” explicó y agregó: “este proceso ayuda a las empresas a crear una adecuada estructura de gobernanza y a incorporar buenas prácticas para gestionar la sostenibilidad, esto les permite conocer el valor actual de cada indicador y definir estrategias para mejorar el valor de los mismos”.
Por otra parte, en el mundo las regulaciones que obligan a las empresas a revelar estos indicadores (más no aún a presentar buenos resultados) avanzan a pasos agigantados. En Europa y Estados Unidos ya son una realidad, pero también están siendo adoptados en países más cercanos como Brasil, Costa Rica, México o Argentina. “Si las empresas uruguayas quieren continuar siendo parte de las cadenas de valor de otras empresas del exterior, entonces van a tener que empezar a revelar este tipo de indicadores, porque sino se van a quedar afuera” sentenció Gambetta.
Los resultados
El último monitor presentado demostró una mejora en casi todos los indicadores con respecto a ediciones anteriores. De todos modos, a las empresas uruguayas aún les queda mucho por hacer, coincidieron Gambetta y de Aurrecoechea. De un total de 100 puntos posibles que otorga el monitor, el promedio es 62,15.
Y de las tres dimensiones en las que se evalúa a las empresas en la que peor puntúan es en el desempeño ambiental: de un máximo posible de 33 puntos, el promedio es 15,17. Al analizar el porqué de este magro resultado, según Gambetta son varios factores en los que las empresas aún no están trabajando, pero el principal es la medición de emisiones: “las empresas no están midiendo las emisiones que generan”. Por otra parte, también hay problemas en la gestión de residuos y la unidad en la que se miden, un tema en el que se debería avanzar a partir de la reglamentación de la nueva ley de gestión de residuos.
En cuanto a los aspectos positivos, Gambetta destacó indicadores en los que se avanzó en el último monitor: “no todos son malas; en los últimos años se mejoró en el indicador de reuniones de directorio, que se reúnen con una periodicidad adecuada; hay bajo nivel de pago de multas lo que quiere decir que las empresas cumplen con la regulación; todas las empresas participantes tienen un código de ética; estos resultados explican por qué les va bien en la dimensión de gobernanza”.
Gambetta también resaltó los resultados en la dimensión social, donde hubo mejoras en el indicador de remuneración fija vs. remuneración variable, baja rotación de personal y el nivel de accidentes laborales se mantuvo bajo.