PRIMER TRIMESTRE DE 2024
Las represas de UTE tuvieron su mejor arranque de año desde 2019
La generación hidráulica en Uruguay volvió a crecer en el primer trimestre de 2024 favorecida por las lluvias y luego de cuatro veranos consecutivos con descensos de producción.Las lluvias registradas en los últimos meses sirvieron para que en el primer trimestre de 2024 casi la mitad (48%) de la demanda de energía eléctrica en Uruguay fuera abastecida con generación hidráulica, según datos oficiales.
El panorama es totalmente opuesto al del arranque de 2023, cuando la seca se hizo sentir y por esas fechas Uruguay importaba energía de Brasil para abaratar costos de generación. En igual período del año pasado, la participación de las represas era de apenas 18% en el total de generación.
Las cifras del primer trimestre
Entre enero y marzo, el aporte de las represas de Salto Grande y Río Negro (Rincón de Baygorria, Rincón del Bonete, Palmar) que gestiona UTE totalizó 1.548 gigavatio-hora GWh. Los niveles de generación son los mejores para un primer trimestre desde 2019 (2.100 GWh), y fueron tres veces superiores comparados con 2023.
La respuesta del parque hidráulico con el que cuenta UTE sigue en niveles óptimos, y junto con el recurso eólico, y en menor medida biomasa y solar, hacen que la utilización de energía térmica tenga una participación casi nula en lo que va del año (0,2%). Un año atrás, el 25% de la demanda local se había cubierto con generación a gasoil.
Represa por represa
Los datos desagregados por represa indican que la producción hidráulica de Salto Grande se multiplicó por cuatro respecto al primer trimestre de 2023, y en las represas del Río Negro los aportes crecieron dos y veces y media en la comparación interanual, según datos procesados por El Observador.
En el pasado la variabilidad del recurso hídrico fue tradicionalmente responsable de la vulnerabilidad financiera del sistema eléctrico, lo que implicaba que en años húmedos se veían favorecidas las finanzas del ente, pero en año secos se producían altos sobrecostos de generación, como en 2012, cuando el costo de abastecimiento de la demanda se disparó a US$ 1.200 millones porque el aporte del complejo hidroeléctrico fue muy bajo.
Esa vulnerabilidad a la que solía estar expuesta UTE en caso de una sequía se redujo de manera significativa a partir de la segunda mitad de la década pasada, con la incorporación de fuentes como la eólica, y otras que se han integrado progresivamente a la matriz energética.
Falta de agua, un problema repetido en los últimos veranos
Los aportes en conjunto del sistema de represas habían caído consecutivamente durante cuatro veranos –entre 2020 y 2023– en la medida que el caudal de los ríos bajaba.
Eso llevó a un cuidado máximo del recurso agua, y a que se recurriera a utilización de energía térmica, para junto con el aporte de fuentes renovables como la eólica cubrir las necesidades de hogares y empresas.
Pero en alguna de esas ocasiones también pasó que vecinos como Argentina o Brasil tenían excedentes disponibles, y que Uruguay pudo aprovechar a precios más baratos que cualquiera de las fuentes de generación térmica que se podían despachar en el país.
El caso más reciente fue la importación de energía desde Brasil por unos US$ 100 millones entre febrero y julio del año pasado.
Particularmente en 2023, el costo de abastecimiento de la demanda como consecuencia de la sequía superó las previsiones y se incrementó en unos US$ 200 millones respecto a los US$ 700 millones originalmente incluidos en la programación financiera de UTE.
Esa coyuntura también se reflejó en las ventas de excedentes de energía eléctrica a los países de la región que fueron mínimas (unos US$ 20 millones), y se concentraron exclusivamente en el mercado argentino. Uruguay no contó prácticamente con excedentes que pudiera ofrecer en la primera parte de 2023, y en ocasiones puntuales cuando sí hubo demanda externa fue muy débil.
Efecto en cuentas nacionales
Los últimos datos de Cuentas Nacionales publicados por el Banco Central (BCU), mostraron que en 2023 las actividades de energía eléctrica, gas y agua cayeron 9,2%.
Eso estuvo asociado al aumento importante de las importaciones en detrimento de la generación hidráulica, y a la caída de las exportaciones como consecuencia de la sequía.