ESCRIBE ERNESTO FERNÁNDEZ POLCUCH
Opinión | Celebrando el Día Mundial del Agua
El crecimiento poblacional, la expansión agrícola y las actividades industriales plantean amenazas constantes al Acuífero Guaraní.En un mundo lleno de divisiones y conflictos, es reconfortante encontrar historias que nos recuerdan que la colaboración y el entendimiento mutuo aún son posibles. El agua y la paz —consigna de este 22 de marzo, Día Mundial del Agua—, están relacionadas íntimamente.
Por Ernesto Fernández Polcuch y Miguel Doria*
Muchas veces se dijo que las “próximas guerras serían las del agua”, pero en el sur de Sudamérica tenemos un caso emblemático de la relación entre agua y paz: la gestión sostenible del Sistema Acuífero Guaraní (SAG), para la cual Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay han puesto en marcha un proceso ejemplar.
El acuífero, ese tesoro subterráneo compartido, verdadero corazón de la región, ha demostrado ser más que un depósito de agua. Es un vínculo que trasciende fronteras políticas y une a naciones en la búsqueda de un objetivo común: la preservación de un recurso vital.
El Sistema Acuífero Guaraní, uno de los mayores depósitos de agua subterránea en el mundo, abarca casi un millón de kilómetros cuadrados, desafiando nuestra comprensión de la geografía y recordándonos la interconexión de nuestro planeta. Sin embargo, su grandeza también presenta desafíos cruciales: ¿cómo utilizar este recurso de manera sostenible y preservarlo para las generaciones futuras?
En respuesta a esta pregunta, los cuatro países bajo los cuales se encuentra el acuífero han encomendado a la UNESCO, a través de CAF, Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, un proyecto ambicioso: la implementación del Programa de Acción Estratégica del SAG. Este proyecto, que comenzó en 2022, ha marcado un hito en la cooperación transfronteriza al acordar mecanismos conjuntos de monitoreo y estudio del acuífero, y poner en marcha un sistema piloto de monitoreo de la calidad y disponibilidad del agua.
Una de las claves de este éxito ha sido la colaboración entre personas clave provenientes de diversos ámbitos, gobiernos, comunidad científica, diplomacia, actores locales y organismos internacionales, en la ingeniería de lo que se ha dado en llamar la “diplomacia del agua”. A través de negociaciones y acuerdos, se han acordado protocolos, establecido comités especializados, y diseñado una red de monitoreo piloto para garantizar un acceso equitativo y sostenible al agua subterránea en los cuatro países involucrados, para todas las personas. Para ello ya hemos empezado el proceso para construir cinco nuevos pozos de monitoreo e instalar nuevos equipamientos en otros treinta pozos existentes.
Sin embargo, este viaje no está exento de desafíos. El crecimiento poblacional, la expansión agrícola y las actividades industriales plantean amenazas constantes al SAG. Es por eso que la participación de diversos actores sociales, incluyendo pueblos indígenas —en particular mujeres—, así como colectivos de usuarias y usuarios, científicas y científicos, gobiernos locales, o defensoras y defensores del medio ambiente, es fundamental para garantizar la gestión integrada y sostenible de este recurso escondido pero presente.
En el corazón de esta gestión se encuentra el diálogo intercultural y de conocimientos, donde los saberes ancestrales interactúan con los conocimientos científicos para el abordaje de las necesidades del presente y de las generaciones futuras. Este diálogo no solo nos recuerda la importancia de respetar la tierra y el agua, sino que también nos muestra el poder de la colaboración más allá de las fronteras políticas. Para trabajar sobre el Acuífero Guaraní hay que escuchar a las comunidades que viven de él y lo cuidan, y por ello consultarlas sin intermediación.
El futuro del Sistema Acuífero Guaraní depende de nuestra capacidad para seguir tejiendo esta red de colaboración y entendimiento mutuo entre países, regiones y comunidades. En un mundo cada vez más interconectado, el SAG nos recuerda que las aguas que compartimos no conocen de fronteras y que juntos podemos lograr un futuro sostenible para todos.
* Ernesto Fernández Polcuch es director de la Oficina Regional Unesco Montevideo. Miguel Doria es hidrólogo regional de Unesco para América Latina y el Caribe.