Cursos forestales son ejemplo de descentralización educativa con alta inserción laboral
Son cursos de mucha importancia en el contexto regional actual: los departamentos de Rivera, Tacuarembó, Paysandú, Río Negro y Lavalleja concentran la mayoría de las plantaciones forestales debido a las características de sus suelos.
La Dirección General de Educación Técnico Profesional (DGETP-UTU) desarrolla dos propuestas de educación forestal en sus polos de Rivera y Tacuarembó: Técnico Forestal y Tecnólogo en Madera, esta última en convenio con la Universidad de la República. Ambas opciones forman profesionales capaces de responder a la demanda de una industria creciente en esa región, con alta inserción laboral y amplias perspectivas de desarrollo.
Los Polos Educativos Tecnológicos de Rivera y de Tacuarembó, son las sedes donde la DGETP desarrolla los cursos terciarios Técnico Forestal y Tecnólogo en Madera, que abarcan todo el espectro de la actividad agraria e industrial, con una gran posibilidad de inserción laboral.
Estos cursos resultan de importancia en el contexto regional actual: los departamentos de Rivera y Tacuarembó, junto a Paysandú, Río Negro y Lavalleja concentran la mayoría de las plantaciones forestales debido a las características de sus suelos.
TÉCNICO FORESTAL
Este curso terciario se ofrece en ambos polos educativos. En el centro de Rivera se distingue por ser binacional, por lo que también recibe estudiantes brasileños, en el marco de un convenio entre la DGETP y el Instituto Federal Sul Río Grandense (Ifsul).
La carrera forma profesionales capaces de ejercer mandos medios, y de actuar y supervisar en las diferentes etapas de la cadena productiva.
A través de veinticinco asignaturas, desarrolladas en cuatro semestres, cubre todos los procesos de la industria forestal: desde la plantación y la cosecha; al aserrado, carga y secado. Las clases combinan la teoría con la práctica, ya que cada centro cuenta con un campo auxiliar donde los estudiantes pueden aprender en el terreno.
En Rivera, las clases alternan entre el Polo Educativo y un campo de 50 hectáreas, situado a 15 kilómetros del centro educativo, donde se desarrollan sistemas de silvopastoreo. El polo, además, cuenta con un vivero forestal de 2.500 metros cuadrados que alberga más de 200 especies de plantas.
En ese vivero los estudiantes conocen y participan del ciclo de producción de cada una de las especies, desde la generación del sustrato necesario para la plantación hasta la cosecha. En el campo auxiliar, en tanto, desarrollan conocimientos y habilidades vinculadas al aspecto industrial de la actividad forestal.
Actualmente, docentes y alumnos trabajan en la parquización del predio lindero al polo, con énfasis en la utilización de especies nativas, incluidas plantas forestales de producción como eucaliptus; cortinas rompevientos como los cipreses; ornamentales; de hoja caduca, perenne y coníferas, entre otras.
Las semillas para las plantaciones se obtienen a partir de la búsqueda de los propios estudiantes, y de la interacción con redes de intercambio de la comunidad. Además, a través de la Biblioteca de Semillas de la Universidad de la República (Udelar), proyecto de extensión con sede en el Centro Universitario de Rivera.
A la fecha, el curso cuenta con 32 cupos anuales de los cuales 16 están destinados a estudiantes uruguayos y la otra mitad a brasileros. El polo ofrece la modalidad de internado, a través de la cual proporciona alojamiento, de lunes a viernes, a jóvenes de distintos departamentos.
La directora del Polo Educativo Tecnológico Rivera, Gabriela Gómez, subrayó la importancia de brindar esa oportunidad a estudiantes de todo el país, así como la paridad en materia de género en los cursos forestales.
El coordinador del curso Técnico Forestal en Rivera, Eduardo Rodríguez, explicó que la actividad forestal se ha convertido en una de las más importantes de la producción agraria y que la demanda de mano de obra calificada es cada vez mayor.
En Tacuarembó, en tanto, el curso Técnico Forestal se dicta alternadamente entre el polo y un campo auxiliar de 300 hectáreas situado a escasos minutos al norte de la ciudad, cedido por la escuela agraria local. Cuenta con 30 hectáreas plantadas de eucaliptus colorado, una de eucaliptus grandis, y aulas para clases teóricas: allí los estudiantes llevan a la práctica diversas tareas que hacen a la actividad forestal.
La producción que se obtiene a partir de estas actividades se distribuye a las escuelas técnicas y agrarias de todo el país para su uso interno. Así, por ejemplo, desde el campo auxiliar de Tacuarembó salen los postes y tablas que emplean los distintos centros educativos de la DGETP.
El director del Polo Educativo Tecnológico Tacuarembó, César González, destacó la necesidad de profesionales que existe en la región y la baja deserción que tiene, puntualmente, la carrera de Técnico Forestal.
Asimismo, resaltó la inclusión de la educación forestal en materia de género, y la novedad de que los estudiantes se trasladen al norte del país para su formación, a lo que contribuyó la instalación, en 2021, de la Residencia Universitaria. Dicha obra, impulsada por el gobierno departamental, contó con financiación de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), a través del Programa de Desarrollo y Gestión Subnacional (PDGS).
El referente del curso Técnico Forestal en Tacuarembó, Gonzalo Pecapedra, indicó que existen vínculos con las empresas del rubro, que suelen contactarse para acercarse a distintos perfiles de estudiantes. Opinó que el sector necesita “gente calificada que llegue con un conocimiento teórico y práctico como para ingresar en el trabajo y ya ser una parte importante de la empresa”.
Otro referente del curso, Yuber González, destacó la maquinaria con la que se cuenta en el centro tacuaremboense que permite que los alumnos lleven a la práctica actividades de toda la cadena productiva, y afirmó que se pretende incorporar simuladores y otras herramientas.
Tanto Tacuarembó como Rivera disponen de hornos para el secado solar de madera, construidos en 2021 por el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), y financiados por dicho organismo y la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) en el marco de un proyecto de fortalecimiento de las capacidades de micro, pequeños y mediano aserraderos y carpinterías.
TECNÓLOGO EN MADERA.
Es una formación originada en 2012, y conforma una oferta única en el país, destacó su coordinadora, Cyntia da Silva. La carrera se creó en respuesta a las necesidades de la industria forestal. Cursarla requiere de un desarrollo de tres años y es compartida entre las facultades de Agronomía, Ingeniería, y la DGETP-UTU.
Las clases alternan entre el Polo Educativo Tecnológico de Rivera, donde hay un laboratorio especializado en anatomía de la madera, y la sede de la Udelar, situada en el mismo campus.
Ofrece formación integral en tres áreas: tecnología de la madera, gestión de la producción y generación de energía a través de biomasa. Los estudiantes pueden definir su perfil de egreso durante la carrera a través de la elección de asignaturas electivas.
Da Silva destacó la alta inserción laboral que ofrece el curso. “Los egresados trabajan en lo que se formaron”. Resaltó la inclusión alcanzada a través de la propuesta educativa, ya que la mayoría de estudiantes son de género femenino.
En el laboratorio, los alumnos exploran los procesos físicos, químicos y biológicos de la madera, y pueden desarrollar diversas investigaciones. El espacio dispone de una xiloteca, proyecto elaborado por una estudiante de la carrera, y se compone de muestras macro y microscópicas de diversas especies. (Secretaría de Comunicación).