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Banque Heritage, un banco único que presenta un crecimiento exponencial
Entrevista con Johannes T. Barth y Marcos Esteve, directores y accionistas del banco, y con Alejandro Suzacq, gerente general en Uruguay.La de Banque Heritage es una historia familiar que va mucho más lejos de su fundación en 1986 y de su llegada a Uruguay en 2007.
Ese ambiente de cercanías en la dirección de su casa matriz se traslada a su cultura interna y al trato personalizado que mantienen con sus clientes. «Llevando la tradición hacia el futuro», es su lema. Eso es precisamente lo que hacen con cada producto que ofrecen, con cada meta y cada estrategia que se establecen. Por eso mismo es pertinente hablar de su pasado, su evolución, su crecimiento y sus planes a mediano y largo plazo.
-¿Cómo nace Banque Heritage?
-Marcos Esteve: Somos una familia de origen catalán que empezó con el hilado de algodón hace más de 170 años y trabajando para terceros. Decidimos extendernos en el negocio y así nos convertimos en traders de algodón. Parte de la familia emigró entonces a EE.UU. y así empezamos a tratar directamente con productores y a exportar a distintos destinos. Hace unos 70 años nos diversificamos al café y hace unos 30 años nos extendimos al cacao. Hoy nuestra familia es uno de los cinco jugadores principales en cualquiera de estos tres commodities. Fundamos el Banco Heritage en 1986 como una manera de manejar los ingresos de la familia. Y luego nos asociamos con Sallfort Bank, propiedad de la familia Barth, en 2019. Operamos principalmente en Suiza y llegamos a Uruguay hace 20 años de la mano de IFC y Rabobank entonces accionistas de Banco Surinvest, al que terminamos comprando en 2010 y cambiando a continuación su nombre a Banque Heritage.
-Johannes Barth: Nuestra familia se dedica al comercio del lúpulo desde 1794 con base en Núremberg. Hoy tenemos el 40% del mercado mundial y estamos presentes en mercados tan diversos como Australia y China. En 1981 nos instalamos en Suiza y allí fuimos abriéndonos paso hasta ser administradores independientes de bienes, asesores de inversión y luego banco. Cinco años atrás nos pusimos en contacto con Heritage y resolvimos fusionarnos porque al compartir muchas similitudes, vimos que nos podíamos complementar muy bien. Nosotros cubríamos las zonas germanoparlantes de Suiza, mientras que ellos cubrían las francófonas. Esta unión tenía sentido para mí porque juntos podíamos unir fuerzas.
-¿Qué caracteriza a Heritage?
-ME: Nos determina un compromiso a largo plazo en el que nos alineamos con los clientes, nos ponemos de su lado y los acompañamos. Buscamos para ellos lo que queremos para nosotros mismos. Y como se trata de una organización relativamente pequeña y con jerarquías horizontales, otra característica importante es que las decisiones se toman de forma ágil.
-Alejandro Suzacq: Además de las características de nuestra casa matriz, somos el único banco suizo instalado en Uruguay. A su vez, nuestro foco es la banca de Ahorro e Inversión y la banca Empresas, donde tenemos un equipo muy fuerte que se terminó de consolidar con la compra de Lloyds Bank en 2014. Esto último nos da una característica diferente a la casa matriz. Y a su vez, al no tener foco en la banca Consumo o Minorista, nos podemos enfocar en nuestros clientes para darles una atención personalizada y dedicada, ofreciéndoles soluciones a medida.
-¿Cómo afectó la pandemia a las estrategias del banco?
-AS: Pudimos verla como oportunidad, porque el banco tiene una muy buena plataforma tecnológica y nos basamos en un e-banking muy potente que permitió a nuestros clientes realizar por este canal casi el 100% de su operativa durante ese período. Y creamos a su vez una aplicación móvil para los clientes persona física; los clientes empresas ya tenían trato fluido a distancia. La forma de trabajo en la pandemia nos permitió mantener un contacto muy frecuente con los clientes y a su vez implementamos procedimientos que permitían, por ejemplo, abrir cuentas de forma remota mediante videoconferencia. Esto nos permitió avanzar muy rápidamente en nuestro plan de crecimiento.
-¿La estrategia durante la pandemia fue igual aquí que en Suiza?
-JB: Como banco estamos muy guiados por los mercados y desde el lado de los brokers fue un buen año. Así que para los bancos, el covid no fue tan negativo. El problema fue cómo crecer y llegar a nuevos clientes sin poder tener un trato cara a cara. Nos pusimos felices cuando pudimos salir y tener tratos directos.
-AS: En Uruguay, por un lado, nuestra estrategia de banca Empresas puso foco en los sectores que resultaron fundamentales para mantener andando la economía de nuestro país: los agronegocios y la construcción, en especial todo lo relativo a las necesidades de financiación de las empresas constructoras participando de la obra civil de la planta de celulosa de UPM. Y tuvimos por otro lado, una gran afluencia de argentinos y otros extranjeros que venían a vivir a Uruguay. Nuestro rol fue muy importante para apoyar la llegada de todos estos nuevos inversores. Financiamos inversiones, compras de inmuebles como casas y campos. Ahí tuvimos un empuje muy importante de crecimiento.
-¿A qué atribuyen ese logro?
-AS: Nuestros clientes siempre son nuestra principal fuente de recomendación para llegar a más clientes. Hicimos muchos contactos con estudios legales, firmas asesoras de inversiones y asesores impositivos que trabajaban con extranjeros. Con el cambio de la normativa para obtener la residencia fiscal uruguaya, ideamos un crédito hipotecario dirigido a extranjeros que querían instalarse en el país y no tenían el total del capital disponible en el momento para hacerlo.
-¿Cuál ha sido el recorrido del banco desde la pandemia?
-AS: Estamos en un plan de crecimiento ambicioso. En los últimos tres años y medio casi duplicamos el tamaño del banco tanto en activos como en depósitos, con un gran aumento del capital y mejora de la rentabilidad. Tenemos una estrategia para atraer clientes fuertes desde el lado de las empresas y para ampliar la base de clientes persona física, al ofrecerles una gran variedad de formas de ahorro y de inversión tanto a clientes locales como extranjeros.
-¿Cómo evalúan los resultados del último semestre?
-ME: A nivel del grupo, hemos facturado unos 7 millones de francos suizos, que son unos US$ 8 millones. Eso se comparte entre la operativa en Uruguay y la de Suiza. Es el fruto de trabajar desde hace tres años en reorganizar el banco y del cambio de las tasas de interés.
-AS: En Uruguay, en 2021, crecieron tanto nuestros depósitos que para reforzar nuestro patrimonio regulatorio, buscamos una alianza estratégica con la DEG, banco de desarrollo alemán y brazo de KFW. Así obtuvimos un préstamo subordinado a 10 años de plazo que nos permitió dar un salto más de crecimiento en los préstamos. Y a su vez, a fin de 2022 los accionistas hicieron una inyección de capital a través de un bono convertible en acciones, todo lo cual nos asegura que en los próximos tres o cuatro años seguiremos creciendo con una base sólida. A esto se suma la suba de tasas internacionales de interés que obviamente ha hecho que este año sea especialmente favorable en cuanto a rentabilidad. Creo, entonces, que terminaremos el año con una rentabilidad récord para este banco en el entorno de US$ 6,5 millones o US$ 7 millones. A la vista de los resultados estamos muy satisfechos. Es sin lugar a dudas el fruto del trabajo en equipo de todos nuestros colaboradores, que duplicaron esfuerzos durante la pandemia para lograr el crecimiento en clientes, negocios, mejorando eficiencia operativa, trabajando con la camiseta puesta, y sin perder la mejor característica de nuestra gente: la atención personalizada y las soluciones hechas a la medida de cada cliente.
-¿Qué principios guían la búsqueda de esos nuevos clientes?
-AS: Queremos construir una base sólida y más amplia, por eso relanzamos un producto que ya tuvimos: la cuenta Smart. Es una cuenta de ahorro e inversión para ahorristas que dispongan de entre US$ 10.000 y US$ 100.000, que rinde un 3.5% anual en dólares. Entendemos que eso fomentará el ahorro de los uruguayos y nos permitirá ampliar la base de clientes.
-¿Cuál es su diferencial respecto a otros bancos extranjeros presentes en plaza?
-AS: Tenemos a las dos familias dueñas del banco muy presentes. Como es un banco familiar, tenemos comunicación directa y permanente, cosa que no sucede en las grandes organizaciones. Aquí lo que nos distingue es que la autonomía de decisión nos permite ser muy ágiles en la toma de decisiones. No solo damos una atención muy rápida, sino que el 90% de las decisiones se toman a nivel local, y eso se valora mucho. Somos como un sastre, damos soluciones financieras a medida tanto a empresas como a clientes individuales.
-JB: Desde que Alejandro está al frente, hemos conseguido grandes resultados. Tener un banco tan lejos, en culturas distintas, es algo difícil que no siempre funciona y por eso el éxito se trata de la gente con la que trabajas y de la confianza que se establece.
FOCO EN LO SUSTENTABLE
«Realizamos talleres y capacitaciones, identificamos ODS relevantes para el banco y definimos nuestra estrategia, objetivos y equipo. Fue una propuesta de calidad de la DEG y eso nos hizo tomar conciencia del verdadero aporte que eso representaba. No solo incorporamos y trasladamos esta visión y conceptos a todo nuestro equipo, sino que comenzamos a trasladarlo a nuestros clientes de inversión y de crédito y a proveedores. Estamos por poner en práctica un sistema Saras para el análisis de los riesgos ambientales, sociales y de gobernanza en los créditos que otorgamos. Los socios alemanes nos han alentado a impulsar y financiar proyectos verdes con impacto medioambiental positivo, y también a apoyar actividades en lo social, como el impulso al liderazgo de las mujeres en las organizaciones. Hoy estamos orgullosos de incorporar con convicción la mirada ESG a nuestra estrategia y negocio», aseguró Suzacq.
Esteve agregó: «La de nuestra casa matriz es una aproximación diferente, enfocada en las inversiones. Cuando hacemos propuestas de inversión a los clientes, incorporamos las calificaciones ESG para tener en cuenta dónde invertir».